Anemia, ¿qué es y cómo tratarla?

Escrito por nutriciónalas6 el miércoles, 6 de febrero de 2013 | 6:00:00


Hola a todos. ¿Cómo va la semana? Ánimo, que ya llevamos la mitad. Hoy me gustaría hablar de un problema que la mayoría de nosotros habrá padecido en algún momento de su vida o puede padecerlo ya que es bastante común y no siempre sabemos identificarlo. Me refiero a la anemia.
¿Qué es la anemia?
La anemia es una disminución de la concentración en sangre de la hemoglobina. Para los que estéis un poco perdidos en este tema, la hemoglobina no es más que la proteína encargada de transportar el oxígeno por nuestra sangre. Y seguro que ahora os preguntaréis qué relación tiene la hemoglobina con la anemia, pues bien, la hemoglobina está compuesta, en parte, por hierro, de tal forma que si tenemos una deficiencia de hierro, habrá menos cantidad de hemoglobina. 
Sin embargo, no sólo existe la anemia ferropénica (por déficit de hierro), también existen otros dos tipo de anemia, una por deficiencia de vitamina B12 y la otra por deficiencia de ácido fólico. Así que, hay tres tipos de anemias.
¿Cómo saber si tenemos anemia?
Lo único que nos dirá si tenemos anemia es una analítica sanguínea. De todas formas, hay una serie de síntomas que podrían indicar que tenemos anemia y, por tanto, sería conveniente hacer una analítica para comprobarlo. La mayoría de estos síntomas son respuestas del sistema cardiovascular y pulmonar ante la falta de oxígeno en nuestro organismo, entre ellos encontramos:
  • Palidez en la piel y mucosas, debido a la vasoconstricción.
  • Palpitaciones debido a la respuesta al aumento del gasto cardíaco.
  • En el sistema neuromuscular encontramos cefaleas, mareos, visión borrosa, cansancio, etc. por posible falta de oxígeno en el cuerpo (anoxia).
  • A nivel del sistema respiratorio habría disnea y fatiga debido a la hipoxia (falta de oxígeno en el cerebro).
Causas de las anemias nutricionales
La anemia ferropénica puede producirse por 3 razones, por un aporte insuficiente de hierro, por un aumento en las necesidades de hierro o por pérdidas crónicas de sangre.
La anemia por deficiencia de vitamina B12 puede producirse por problemas en la absorción de dicha vitamina como consecuencia de gastroctomías, gastritis crónicas, enfermedades inflamatorias intestinales o por alcoholismo, entre otros, o en dietas estrictamente vegetarianas, puesto que esta vitamina es únicamente de origen animal.
La anemia por deficiencia de ácido fólico se da frecuentemente en dietas pobres en vegetales, en personas con unas necesidades superiores a la normalidad (como las embarazadas, pacientes en diálisis, insuficiencias cardíacas) y en algunas enfermedades como, por ejemplo, problemas intestinales o desnutriciones secundarias a alcoholismo.
Conceptos del metabolismo del hierro
El contenido corporal total de hierro es de unos 4-5 gr.; el 60-80% se encuentra como hierro orgánico formando parte de moléculas como la hemoglobina, mioglobina o los citocromos (los citocromos son los encargados de eliminar sustancias tóxicas del organismo). El resto del hierro se encuentra unido a proteínas de depósito que son la ferritina y la hemosiderina; en el suero hay una pequeña cantidad de ferritina disuelta y realiza el intercambio entre el compartimento funcional y el de depósito, lo transporta a la médula ósea y forma la mioglobina.
Hay dos estados en los que podemos encontrar el hierro, en estado “ferroso o reducido”, y en estado “no hemo”. Dependiendo de en qué estado se encuentra el hierro es biodisponible o no, es decir, si lo podemos absorber bien o no. La biodisponibilidad es mayor para el hierro hemo, procedente de proteínas animales. Además del estado, también hay que tener en cuenta que hay sustancias que aumentan o disminuyen esa disponibilidad. Los ácidos grasos orgánicos y proteínas de origen animal  la favorecen, mientras que los polifenoles (como los taninos del té), los fitatos (que se encuentran en el arroz y algunas legumbres) y algunas proteínas de origen vegetal la disminuyen. El calcio directamente impide la absorción del hierro.
El duodeno es el lugar de absorción más eficaz para el hierro. El ácido clorhídrico del estómago, además, tiene la capacidad de pasar el hierro no hemo a hierro ferroso para aumentar su biodisponibilidad. Cuando hay reservas disminuidas de hierro o cuando estamos en una situación de riesgo (como en la infancia, bebés prematuros o gemelos, el embarazo o la menstruación, donantes de sangre o médula ósea) la capacidad de absorción se ve incrementada. Por el contrario, cuando hay sobrecarga de hierro la capacidad de absorción se disminuye.
Tratamiento dietético de la anemia ferropénica
Está basado en aumentar el hierro en la dieta, vigilando que esté en forma biodisponible y evitando su consumición simultánea con alimentos que puedan interaccionar con su absorción (antes mencionados).
Las fuentes principales de hierro son:
  • Hígado y vísceras
  • Carne roja, marisco y pescado y carne de ave
  • Cereales, legumbres y verduras de hoja verde
  • La yema del huevo
  • Frutos secos, vinos y sidras
Por lo general, cuando se diagnostica la anemia, la práctica más común que se toma es dar una suplementación de hierro oral (sulfato o gluconato ferroso). Hay que tener presente que esta suplementación se debe tomar en ayunas y mejor acompañado de algún cítrico ya que aumenta la absorción, gracias a la vitamina C o ácido ascórbico; al tratarse esos suplementos de hierro no hemo. Sin embargo, este tratamiento no suele tolerarse bien.
Tratamiento dietético de las anemias por déficit de Vit. B12 y ácido fólico
Consiste, como en el caso de la anemia ferropénica, en dar consejo nutricional para aumentar el consumo de alimentos que contengan estos dos micronutrientes. Sin embargo, al contrario que la otra, la suplementación sólo debe darse cuando hay déficits importantes.
Fuentes principales:
  • De vitamina B12: hígado y riñones, carnes, pescados y huevos, y lácteos.
  • De ácido fólico: a pesar de que durante la manipulación de los alimentos se puede llegar a perder hasta el 50%, alimentos ricos en este nutriente son los productos cárnicos (sobre todo el hígado), los cereales integrales, la levadura (la cerveza y otros productos fermentados), la leche, los espárragos, las coles, las espinacas y los guisantes.
Con esto me voy a despedir. No sin antes comentar una noticia reciente, que está en todos sitios. Me refiero a la carne de equino. Aunque en España no es una carne que se consuma demasiado, nuestros vecinos los franceses e italianos sí que son más aficionados a consumirla. Por otra parte, para los ingleses es impensable consumirla.
En realidad, no hay ningún problema por consumir dicha carne, de hecho, dicen que es más dulce y es más barata que la ternera. El problema que está teniendo lugar en cuanto a las hamburguesas, que han encontrado con trazas de esta carne, es principalmente el etiquetado. No es que sean unas hamburguesas malas por llevar carne de caballo, el problema está en una irregularidad en el etiquetado, por no aparecer dicha carne cuando sí está presente, siendo esto un fraude. En lo concerniente a lo nutricional, cabe destacar que es más rica en hierro que otras carnes, por lo que es bastante interesante para personas que padecen anemias ferropénicas.
Con esto me despido hasta el próximo día.
Realizado por Cristina Vallespín Escalada

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2 comentarios :

  1. Muy interesante, como siempre, estoy aprendiendo muchas cosas leyendo vuestro blog, me encanta.
    EEB.

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    1. Hola Elena!! Nos alegra que cada día con nosotros aprendas cosas nuevas :).

      Un saludo el Equipo de Nutrición a las 6.

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