¡¡Hola a todos!!
Hemos querido traspasar horizontes y hacer una receta internacional.
Nuestra receta de hoy, especial, nos va a trasladar a un lugar lejano y
exótico. El alimento principal que vamos a tratar es el pollo y, la receta...
descubrirlo más abajo :)
Voy a empezar con una pregunta, ¿quién no ha comido pollo en algún
momento de su vida? La respuesta es casi todos. ¿A qué se debe esto? Pues
principalmente a que el pollo es una de las carnes más asequibles del mercado
tanto por su precio como por su versatilidad, lo que lo hace ideal para
preparar miles y miles de platos diferentes.
Pero
bien, ¿qué es el pollo? El pollo, es la carne que se obtiene de la gallina o
gallo jóvenes, sacrificados entre las 5-16 semanas de vida, con un
peso entre 1 y 3 kg. Según la alimentación que hayan tenido, podemos encontrar
una carne tierna, blanca o ligeramente amarillenta. Así, la edad en la que se
sacrifica supone una fase importante, junto con el sexo del animal, que
determinará la calidad final de la carne y parte de su contenido nutricional.
De igual manera, en función de las condiciones de cría, podremos distinguir dos
tipos distintos de pollo: de granja (son más baratos por criarse
masivamente, se los engorda rápidamente con piensos) y de corral (se
los alimenta con grano y en semilibertad, lo que hace que su carne sea mucho
más sabrosa y menos grasa).
Con respecto a las características nutricionales, la carne de pollo es
una gran fuente de proteínas. Por otra parte, aporta potasio, calcio, vitaminas de complejo B y muy
pocos carbohidratos y calorías. Sin embargo, no todas las partes del
pollo contienen los mismos nutrientes ni en la misma cantidad; no es lo mismo
comer las partes más oscuras del pollo (piernas y los interiores) que las más
blancas (lo que sería el músculo), ni comer la piel (que tiene muchas calorías
ya que se forma de grasa) que la carne en sí.
Las proteínas que contiene la carne de
pollo son de fácil digestión y de alto valor biológico, lo que la
hace ideal para personas enfermas, ancianos o niños. Estas proteínas van a
intervenir en un adecuado crecimiento y desarrollo del organismo (ideal para
niños en edad de crecimiento), favoreciendo funciones estructurales,
inmunológicas, enzimáticas y hormonales, manteniendo el equilibrio metabólico,
etc.
Aunque no lo parece, el pollo contiene, aproximadamente, un 70% de agua,
lo que favorece nuestra hidratación.
El pollo se puede considerar una carne
magra, sobre todo cuando se consume sin piel. La poca cantidad de
grasa que contiene es principalmente en forma de ácidos grasos monoinsaturados
(como ya hemos comentado anteriormente, con propiedades cardiovasculares
positivas), aunque también contiene una pequeña proporción de ácidos grasos
saturados y en menor cantidad aún, ácidos grasos poliinsaturados. Hay que tener cuidado con esta carne, porque contiene el
doble de colesterol que las carnes de vacuno o porcino, aunque todo hay que decirlo que dependerá de
la parte que consumamos. Por ejemplo, la pechuga es la que menos colesterol
tiene pero la piel y las vísceras son las que más. Los muslos contienen menos
cantidad de proteínas y el triple de grasas, así que hay que considerar la
parte que se consume. Estas grasas, además van a ayudar a absorber en mejores
circunstancias las vitaminas liposolubles que el pollo contiene que no son
otras que: la vitamina A, E y D.
En cuanto a los micronutrientes, el
principal aporte es de vitamina B6, la cual favorece la
formación de glóbulos rojos, hormonas, interviene en el metabolismo de los tres
grandes macronutrientes y colabora en el mantenimiento del sistema nervioso e
inmune. Esta vitamina, junto con la presencia de hierro en esta
carne, hace que sea una buena opción para personas que padecen de anemia.
También, constituye una fuente natural de vitamina B2 (que cuida de nuestro aspecto exterior, sobre
todo, de las uñas, pelo y piel), B3 (contribuye a mantener la elasticidad de
nuestro vasos sanguíneos y ayuda a mantener sanas nuestras mucosas digestivas,
además de nuestro sistema nervioso), B9 (interviene en la correcta división y
crecimiento celular, y junto con la vit. B6 y hierro previene la anemia) y B12 (participa en la síntesis de
neurotransmisores esenciales para mantener en buen funcionamiento el sistema
nervioso, además de ser necesaria para el metabolismo del ácido fólico tan
importante, sobre todo, en mujeres embarazadas).
Además de vitaminas del grupo B, también aporta vitamina C, y las liposolubles
previamente mencionadas.
Sin olvidarnos del aporte de minerales como el selenio, fosforo, hierro,
cinc, potasio, yodo, magnesio, sodio y calcio, entre otros.
A continuación os dejo una tabla con la composición nutricional del pollo:
Antes de pasar con la receta, quiero acabar comentando que además de ser
ideal para personas enfermas que requieran seguir una dieta blanda, ancianos,
niños y mujeres embarazadas, también es ideal para el tratamiento de la
obesidad, diabetes y afecciones cardiovasculares, entre otras, puesto que se
trata de un alimento hipocalórico y bajo en grasas, siempre que se opte por la
pechuga. Además es de fácil masticación y muy jugoso, siempre y cuando se
utilicen técnicas culinarias adecuadas.
Nada más, ahora continuamos con la receta especial. Hoy cocinaremos… Pollo a la tandoori
Ingredientes para 5 personas
- 5 contramuslos de pollo
- 2 yogures naturales, tipo griego
- 2 dientes de ajo picados
- 1 cucharadita de café de cilantro
- 1 cucharadita de café de comino
- ½ cucharadita de café de jengibre
- 1 cucharadita de café de pimentón
- 1 cucharadita de café de cúrcuma
- ½ cucharadita de café de pimienta
- ½ cucharadita de café de clavo
- 1 cucharadita de café de cardamomo
- Aceite de oliva
- Sal
- Zumo de 1 limón
La noche anterior debemos dejar el pollo en maceración de la siguiente
forma: quitamos la piel de los contramuslos, hacemos unos cortes en ellos y
reservamos.
En un bol grande (lo suficiente para que quepan los contramuslos) ponemos
el ajo picado, las especias y una pizca de sal, agregamos los yogures y el zumo
de limón, mezclamos bien y después vamos introduciendo los contramuslos
cubriéndolos bien con la mezcla.
Después tapamos bien con un film el bol y dejamos reposar hasta el día
siguiente. Debe estar al menos 6 horas en maceración, de ahí que lo hagamos el
día anterior.
Al día siguiente, precalentamos el horno a 200oC e introducimos el
pollo previamente colocado en una fuente, y dejamos asar durante 35-40 minutos,
posteriormente rociamos con un poco de aceite de oliva y ya está listo para
servir.
Es un plato oriental, por lo que un arroz tipo basmati o thai es un
acompañamiento ideal para esta receta.
Con esto nos despedimos por hoy, disfrutad de esta receta y contadnos qué
tal os ha salido. Nos vemos en el siguiente post. :)
Realizado por Cristina Vallespín Escalada y Tamara
Valencia Dueñas
Tiene una pinta estupenda esta receta, la voy ha hacer y ya os contare.
ResponderEliminarEEB
¡¡Hola Elena!!
EliminarNos alegra que te haya gustado nuestra receta, esperamos tus comentarios y opiniones.
Un saludo muy grande del Equipo de Nutrición a las 6.
Os puedo asegurar que esta bueniiiisimo! Gracias chicos. Un saludo para este equipo tan estupendo
ResponderEliminar¿Ya has probado el pollo María? Nos alegra que te haya parecido buenísimo cocinado así, hay que conocer nuevos sabores :)
EliminarGracias por tu apoyo.
Un saludo muy grande del Equipo de Nutrición a las 6.