¡Buenos días! Hoy vamos a hablar de un macronutriente muy importante y
que se tiende a reducir considerablemente e incluso suprimir de la dieta cuando
se quiere bajar de peso; hablamos de los hidratos de carbono, carbohidratos o
glúcidos.
Químicamente se definen como un grupo de compuestos orgánicos formados
por hidrógeno, oxígeno y carbono. Generalmente, los encontramos en
el reino vegetal, no obstante, en el mundo animal existen ciertos alimentos que
también contienen una cantidad significativa de este macronutriente (huevos y
leche).
Como ya sabemos, los hidratos de carbono tienen como
función principal dar energía y también almacenarla. No obstante, es
un grupo importante de compuestos por lo que, en función del tipo de
carbohidratos que tratemos, las funciones pueden variar, es decir, en el caso
de la celulosa tiene una función estructural dentro de las células vegetales,
formando parte de la pared celular.
¿Qué tipos de hidratos de carbono existen?
Principalmente encontramos dos grupos en función del número de azúcares
de su composición.
- Hidratos de carbono simples: en este grupo encontramos los monosacáridos compuestos por una única molécula de azúcar (glucosa, fructosa y galactosa), y los disacáridos (maltosa, sacarosa y lactosa) que consisten en la unión de varias moléculas de azúcar, por ejemplo, en el caso de la maltosa se forma por la unión de dos moléculas de glucosa.
- Hidratos de carbono compuestos: formados por la unión de diversos monosacáridos o disacáridos. En este grupo encontramos los polisacáridos y los oligosacáridos.
Los hidratos de carbono compuestos, partiendo de polisacáridos y
oligosacáridos, están subdivididos en varios tipos.
Entre los polisacáridos destacan el
almidón y la celulosa, compuestos de reserva y estructurales respectivamente,
ambos pertenecientes a las plantas, ya que el compuesto de reserva por
excelencia en animales es el glucógeno, aunque éste se pierde al manipular y
cocinar los alimentos, ya que es hidrosoluble.
- El almidón está formado por amilosa y amilopectina, para su transformación en azúcares más simples el organismo recurre a la amilasa, una enzima que se encuentra en la saliva y el páncreas. Alimentos que destacan por su contenido en almidón son los tubérculos como la patata.
- La celulosa está formada por moléculas de glucosa y, como hemos dicho antes, es el componente estructural por excelencia del reino vegetal, no es un compuesto que el ser humano pueda digerir pero es un tipo de fibra importante para mantener un buen tránsito intestinal.
- Otros polisacáridos son las pectinas, la hemicelulosa y los mucílagos, estos últimos son un ejemplo de cómo los macronutrientes pueden colaborar entre sí para diversas funciones, en este caso tenemos una unión de carbohidratos con proteínas, con esto protegen las células de las plantas además de ser una sustancia que permite el almacenamiento de agua y sustancias de reserva.
Con
respecto a los oligosacáridos, son hidratos de carbono complejos formados por
la unión de entre tres y nueve monosacáridos. Entre
los oligosacáridos destacan:
- Rafinosa, es un trisacárido formado por la unión de glucosa, fructosa y galactosa, presente en ciertas legumbres, espárragos y coles; es la responsable de la aparición de flatulencias tras la ingesta de estos alimentos; esto se produce por la acción de la enzima α-galactosidasa producto derivado de la acción descomponedora de ciertas bacterias del intestino, dando como resultado la producción de gases.
- Oligofructosa, como su propio nombre indica, deriva de la unión de varias moléculas de fructosa.
- Estaquiosa, es un tetrasacárido formado por dos moléculas de galactosa, una de glucosa y otra de fructosa. Aparece en numerosos vegetales, sobre todo en las legumbres. También trae problemas de flatulencias ya que no se descompone completamente en el intestino.
- Acarbosa, es otro tetrasacárido. Éste se extrae de la bacteria Actinoplanes utahensis. Es utilizado para el tratamiento de la diabetes, este componente inhibe las enzimas que descomponen los hidratos de carbono complejos en glucosa, especialmente la acción de la enzima alpha-glucosidasa. Tiene ciertos inconvenientes y es que puede interferir en el buen funcionamiento del hígado.
Los polialcoholes son el resultado de la
hidrogenación de azúcares, un proceso industrial que da como resultado
alcoholes de azúcares como el sorbitol, manitol, dulcitol, lactitol, xilitol e
inositol. A pesar de obtenerse
industrialmente en su mayoría, el sorbitol y el inositol son excepciones ya que sí se
encuentran en diversos alimentos, sobre
todo de origen vegetal.
¿Cómo digerimos los hidratos de carbono?
El objetivo final del metabolismo de los
carbohidratos es la conversión de todos los hidratos de carbono en glucosa, de
ahí el organismo obtiene la energía necesaria para realizar el resto de las funciones.
Además de energía, los carbohidratos son necesarios para obtener glucógeno
que se almacena en forma de reserva energética en el hígado y para obtener
grasa que queda depositada debajo de la piel o como protectora de los órganos.
El proceso se inicia en la boca, en ese momento se produce la acción de la saliva sobre
los mismos empezando el proceso de disgregación. De la boca el alimento pasa al
estómago, donde actúan los ácidos estomacales continuando así con el proceso de disgregación.
Posteriormente, llega al intestino donde los hidratos de carbono deberán ser
transformados por la acción de enzimas en azúcares simples.
Las principales enzimas que intervienen en el
proceso son:
- Amilasa. Descompone el almidón, el glucógeno y la dextrina en maltosa.
- Maltasa. Descompone la maltosa en glucosa.
- Sacarasa. Transforma la sacarosa en glucosa y fructosa.
- Lactasa. Descompone la lactosa en glucosa y galactosa.
La
glucosa y la fructosa no son atacadas por enzimas y se absorben junto con la
galactosa a través de los capilares del intestino, donde son conducidos al hígado para ser almacenados y transformados en
glucógeno, hasta que el organismo necesita esa glucosa.
El incorrecto metabolismo de los hidratos de carbono
puede ser responsable de algunas enfermedades metabólicas. Entre ellas, la
obesidad, un metabolismo demasiado lento,
junto con otros factores como el sedentarismo, una dieta inadecuada o el
estrés, son las causas más comunes de este problema.
Los hidratos de carbono simples, a
excepción de los que se encuentran en las frutas, suponen un riesgo para la
salud consumidos en exceso, ya que no
requieren de un proceso tan complicado de disgregación para ser absorbidos, por
lo que entran directamente a la sangre. Esto provoca unos picos de glucosa en sangre importantes que
obligan al cuerpo a actuar mediante la secreción de insulina. Estos picos
mantenidos en el tiempo provocan un fallo en la producción de insulina con los
problemas metabólicos que ello conlleva,
una de las principales complicaciones es la
diabetes.
Los hidratos de carbono complejos, por el
contrario, se absorben más lentamente por lo que se controla mejor el nivel de
glucosa en sangre evitando
todos los problemas que he mencionado anteriormente.
Por último, es muy importante la función
que los hidratos de carbono tienen en el cerebro. Para
poder desarrollar sus funciones, el cerebro necesita energía y su única fuente
energética es la glucosa, sin ella podríamos desarrollar trastornos y
afecciones cerebrales importantes.
Con esto me despido hasta el próximo post :)
Realizado por Tamara Valencia
Dueñas
Muy bien....dame glucosa que quiero pensar...
ResponderEliminar;-))
Hola Patricia,
EliminarRazón por la cual con las dietas cetogénicas podemos llegar a afectar al cerebro, ya que sólo se "alimenta" de glucosa.
Un saludo ;)
El Equipo de Nutrición a las 6.