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El fósforo, un mineral para mantener cuerpo y mente

Escrito por nutriciónalas6 el lunes, 22 de julio de 2013 | 6:00:00


Muy buenos días. Hoy voy a hablar del fósforo, dónde se encuentra, qué funciones tiene en nuestro organismo y un poco de su metabolismo.
Este mineral representa el 1% del peso corporal, unos 500 a 600 mg. La mayor parte de ese contenido, entorno al 85%, se encuentra combinado con el oxígeno en forma de fosfato, el cual, junto con el calcio, forma cristales de hidroxiapatita que forman la parte mineral de huesos y dientes. El resto, se distribuye entre los tejidos blandos del organismo y el líquido extracelular donde forma parte de fosfolípidos, nucleótidos, ácidos nucleicos, enzimas, etc. El 10-15% del fósforo se encuentra unido a proteínas, mientras que el resto forma complejos. En plasma tiene una concentración más variable, 2,5-4,3 mg/dL, dichas variaciones diarias pueden llegar hasta el 50% y no se debe enteramente a la dieta o a la excreción renal. También se ha visto que este mineral muestra un ritmo circadiano, observándose unos valores mínimos por la mañana y unos valores máximos al final de la tarde.
La concentración plasmática de fosfatos es más elevada en el niño y disminuye con la edad, estabilizándose sobre los 25 años.
Funciones
Las principales funciones del fósforo son:
  • Junto con el calcio, es vital para la formación y estructura de los huesos y dientes. El tejido óseo constituye el mayor reservorio en el organismo, esto permite que ante estados de hipofosfatemina, el fosfato sea cedido por dicho tejido.
  • Tiene una función estructural, ya que se une a lípidos para formar fosfolípidos, componentes mayoritarios de las membranas celulares. Por otra parte, juega un papel importante en el metabolismo de los hidratos de carbono, contribuyendo a la absorción intestinal de glucosa en un proceso de fosforilación en el cual el fósforo se combina con la glucosa. Mediante el mismo proceso, estimula también  la reabsorción tubular renal de la glucosa.
  • Interviene en la formación de los ácidos nucleicos, ADN y ARN, ya que es una parte esencial de estos elementos.
  • En los sistemas fisiológicos el fósforo está relacionado con el metabolismo energético ya que forma parte de la molécula energética, el ATP.
  • También forma parte de segundos mensajeros hormonales como el AMPc, el GMPc y el inositol trifosfato; de la molécula reguladora de la liberación de oxígeno por la hemoglobina; de fosfoproteínas como la calmodulina encargada de ligar el calcio, de la estamina que participa en la proliferación y diferenciación celular, y de la glutaminasa encargada de eliminar el NH3 y mantener el equilibrio ácido-base.
  • El fósforo forma parte del tejido nervioso, siendo indispensable para el adecuado funcionamiento, así como para el mantenimiento de la actividad intelectual y sexual.
Absorción, metabolismo y excreción
El fósforo es absorbido a lo largo del intestino, especialmente en el yeyuno, y está estrechamente ligado a la absorción del calcio aunque al parecer, el fosfato es absorbido más eficientemente que el calcio.
La vitamina D3 influye en la absorción del fosfato, como se mencionó en el post dedicado a la vitamina D, la cual aumenta su absorción. También está influido por la parathormona, que de manera indirecta aumenta la síntesis de vitamina D3. Por otra parte, los fosfatos de sodio o de calcio son poco o nada asimilables, por lo que un exceso de calcio o sodio en la dieta puede disminuir la absorción de este mineral ya que el fosfato se uniría a estos minerales y formaría dichas sales.
Una vez absorbido, el intestino, hueso y riñón constituyen los principales órganos involucrados en el mantenimiento de los niveles de fósforo. Su metabolismo está regulado por 3 hormonas: la parathormona (PTH), la vitamina D3 y la calcitonina.
La PTH aumenta la reabsorción ósea del fosforo e incrementa la excreción urinaria de fosfatos; la vitamina D3 interviene en el balance y homeostasis del fósforo incrementando su absorción intestinal, la resorción ósea o su reabsorción en los túbulos renales; la calcitonina, por último, si se encuentra a niveles plasmáticos altos disminuye la reabsorción renal de fosfatos.
La principal vía de excreción del fósforo es el riñón, aunque por las heces se eliminan alrededor de un 30% de los fosfatos ingeridos. En adultos sanos la proporción excretada se encuentra próxima a la absorbida, mientras que en estados de depleción, el riñón responde reduciendo la excreción de fosfatos prácticamente a cero.
La reabsorción renal de fosfatos tiene lugar en el túbulo proximal mediante un proceso activo dependiente de sodio. La regulación no es bien conocida pero se sabe que bajas ingestas de fosfato, la insulina, la hormona tiroidea, la hormona del crecimiento, el glucagón y estados de alcalosis incrementan la reabsorción renal de fosfatos mientras que niveles plasmáticos altos de fosfato, la PTH, la calcitonina, los estrógenos y estados de acidosis la disminuyen.
Ingestas recomendadas y fuentes alimentarias
Al estar tan relacionada la regulación del fósforo con la del calcio, se recomienda la ingestión de ambos minerales en una relación 1:1, es decir, unos 800 mg/día para una persona adulta, sana. En el caso de lactantes, la proporción de fósforo debe ser más baja, tal y como muestra la siguiente tabla.
El fósforo se encuentra ampliamente difundido en la naturaleza en forma de fosfatos, tanto en el reino animal como en el vegetal. Sin embargo, el fósforo de alimentos de origen animal tiene mayor biodisponibilidad que el de alimentos de origen vegetal debido a que en los vegetales el fosforo se encuentra como ácido fítico y su absorción requiere la presencia de la enzima fitasa.
Buenas fuentes de este mineral son los alimentos proteicos como carnes, pescados y lácteos, y alimentos ricos en carbohidratos como legumbres, frutos secos y cereales. Además, el fosfato abunda en alimentos procesados tecnológicamente ya que se les añaden aditivos que contienen este mineral, también en refrescos y en algunas bebidas no alcohólicas.
Carencias y excesos de fósforo
Ya para acabar, destacar que en general, no suelen darse estos estados en personas sanas, sin embargo, hay ciertas enfermedades que tienen especial relación con estas carencias o excesos.
  • La hipofosfatemia aparece en algunas patologías como afecciones intestinales en las que no se absorbe bien el fósforo, en el hiperparatiroidismo o en trastornos en el balance calcio-fósforo. También es frecuente en estados de inanición aunque sólo aparece una depleción de fósforo ya que el catabolismo tisular trata de compensar la falta de fosfato y mantener unos niveles séricos normales. 
    • Síntomas que indican hipofosfatemia son debilidad muscular, alteraciones óseas, raquitismo y osteomalacia, disfunción renal.
  • La hiperfosfatemia puede aparecer en enfermedades como insuficiencia renal, hipoparatiroidismo, glomerulonefritis aguda y crónica y en casos de crecimiento excesivo de los huesos.
Es responsable de síntomas fundamentalmente musculares, como la tetania, debido al depósito excesivo de sales de calcio y fosfato en los tejidos blandos del organismo.
Con esto me despido. Hasta el próximo día. :D
Realizado por Cristina Vallespín Escalada

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