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Artritis, ¿qué es y cómo tratarla?

Escrito por nutriciónalas6 el miércoles, 20 de febrero de 2013 | 6:00:00

¡Buenos días! En el post del calcio hicimos referencia a una enfermedad que cada vez es más frecuente en la población, la artritis reumatoide. Así que he decidido hoy profundizar un poco más en el tema.
Esta enfermedad afecta al 0,3-1% de la población lo que supone 100-200 millones de personas afectadas por esta enfermedad.  En España afecta al 0,5% de la población adulta.
Además, existen diferencias entre la población afectada dependiendo del país, región, edad e incluso sexo. Es un problema tres veces más frecuente en mujeres que en hombres, y más frecuentes a mayor edad de la población.
La artritis es una enfermedad crónica-degenerativa, debido a un trastorno autoinmune que en su origen viene influenciado tanto por factores genéticos como otros factores de tipo ambiental o hábitos de vida. Provoca una inflamación en la membrana sinovial, que es una membrana situada en las distintas articulaciones y protege los cartílagos de las mismas. Esta inflamación cursa con dolor, hinchazón de la zona y sensación de rigidez, síntomas que, aquellos que lo padecen, saben que suele darse por la mañana.
Si esta inflamación persiste, ocasiona daños en el hueso con la consecuente aparición de pequeñas erosiones. Por lo general, las zonas más afectadas suelen ser muñecas, manos, pies, caderas, rodillas y tobillos.
Como hemos dicho antes, entre sus factores causantes nos encontramos:
  • Factores genéticos: existen varios genes implicados, alelos causantes de la predisposición de la persona a padecer esta enfermedad.
  • Antecedentes familiares: siempre la carga genética es un factor predisponente, pero debemos aclarar que no es determinante en la aparición de esta enfermedad.
  • Factores no genéticos: entre los cuales encontramos infecciones, hormonas femeninas, tabaco, estrés, obesidad, hábitos alimentarios, etc.
Por lo general, esta enfermedad se ve influenciada por el estado emocional, y es por esto que una situación de estrés puede ser el desencadenante de los primeros síntomas y de temporadas en el que el dolor y la rigidez se vean intensificados.
Estos primeros síntomas son de origen articular que, como hemos dicho anteriormente, cursan con dolor, inflamación y rigidez, siendo los primeros afectados articulaciones pequeñas como las manos y los pies, y poco a poco se va extendiendo a muñecas, codos, rodillas… Como efectos secundarios a estos síntomas tenemos un malestar general, pérdida de apetito, cansancio (debido a los dolores sufridos durante la noche).
En este punto, debemos  aconsejar evitar posiciones extrañas (por ejemplo sentarse en el sofá en una postura a medias entre sentado y tumbado, u otras posiciones algo más “contorsionistas”) en apariencia pero que tienden a calmar el dolor ya que no implica la solución al problema, al contrario, puede provocar daños en el músculo o atrofia, e incluso en el tejido óseo.
Según avanza la enfermedad, los movimientos se van viendo dificultados y se produce una deformación esquelética partiendo de las articulaciones afectadas. Se puede prevenir con un tratamiento a tiempo, así se limitará la progresión de las lesiones articulares y las deformaciones esqueléticas.
Hasta ahí la afectación articular, pero al ser una enfermedad autoinmune que cursa con inflamación puede afectar a otros tejidos y órganos. Estas afecciones suelen producirse en etapas más avanzadas de la enfermedad y especialmente frecuente en aquellas personas portadoras del factor reumatoide, que es un autoanticuerpo presente en el 80% de los afectados.
Las manifestaciones más destacables son la vasculitis, los nódulos reumatoides y las que afectan a algunos órganos o tejidos en concreto, en particular el corazón, los pulmones, los ojos y la sangre. 
La afección del corazón o la aparición de los nódulos reumatoides casi siempre derivan de la vasculitis. Esta última manifestación está producida por la propia enfermedad autoinmune, debido a la presencia de tejido conectivo en los vasos sanguíneos que son la diana perfecta para los autoanticuerpos que el sistema inmune fabrica. Afecta particularmente a los vasos sanguíneos más pequeños y es muy peligroso por el riesgo de obstrucción de dichos vasos.
El tratamiento nutricional consiste en controlar la inflamación y otros problemas comunes derivados, como alergias o malabsorción intestinal.
Para la inflamación, el mejor aliado son los antiinflamatorios naturales, los omega 3 presentes, como ya hemos dicho en posts anteriores, en pescados de aguas frías (pescados azules) como el salmón o en el aceite, sobre todo de lino.
También se recomiendan alimentos ricos en carotenos, como la zanahoria o el brócoli. Además de vitaminas A, C, E, D, B12 y minerales como el zinc y el selenio, magnesio o manganeso.
Evitar las grasas saturadas de carnes rojas, embutidos, etc..., y reducir el consumo de lácteos.
Con el avance de la enfermedad, el dolor tiende a causar falta de apetito, de ahí podemos deducir que entramos en un problema de nutrición, con déficits de muchos nutrientes. La alimentación se descompensa. Además, si la articulación de la mandíbula se ve afectada, se va a limitar la apertura de la misma y, por tanto, a dificultar la ingesta cuyo final derivaría en problemas de desnutrición, malabsorción y déficits de nutrientes.
Existe otro problema asociado, el síndrome de Sjögren, el cual cursa con falta de secreción salival y sequedad de ojos; por esto, se debe mantener una hidratación adecuada, estimular la secreción de saliva y, si se precisa, recurrir a la medicación adecuada.
Por lo tanto, evitar el estrés todo lo posible, dormir entre 8-10 horas, para paliar la rigidez matinal recurrir al baño de agua caliente, evitar estar de pie de forma prolongada, y llevar una alimentación equilibrada y una hidratación adecuada.
Antes de despedirme quería aclarar las diferencias entre artritis y artrosis:

Fuente: www.amapar.org
La artrosis como podéis observar es mucho más frecuente. Su forma de diagnóstico es más simple y está más asociado a factores genéticos y de cambios hormonales, como la menopausia.
La rigidez es más acusada en la artritis siendo más intensa al levantarse, y el dolor más prolongado, además no mejora con el reposo.
Con esto me despido. Nos vemos en el próximo post. :) 
Realizado por Tamara Valencia Dueñas

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2 comentarios :

  1. Gracias por explicarla para que la podamos entender, en verdad es una enfermedad horrible y dolorosa.
    Como siempre con vosotros aprendemos mas cosas .

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    1. Nuestra intención es llegar a todo el mundo con explicaciones sencillas. Nos alegra que hayas entendido bien la enfermedad, que como bien dices es dolorosa, y al ser degenerativa y crónica la tendremos siempre con nosotros.

      Muchas gracias por tu apoyo.

      Un saludo muy grande del Equipo de Nutrición a las 6.

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