Seguro que muchos de vosotros ha
visto alguna vez la famosa pirámide
alimentaria en algún sitio o incluso la tiene de imán en la
nevera. Pero, ¿cuántos realmente saben qué es o para qué sirve?
Pues bien, la pirámide de la
alimentación es una herramienta que plasma gráficamente las recomendaciones
alimentarias para la población general (hay ciertos grupos que tienen unas
recomendaciones distintas y por tanto, una pirámide distinta, como son: niños,
ancianos, mujeres embarazadas). Es decir, indica la frecuencia de consumo,
incluyendo la ración orientativa, de los diferentes alimentos, o grupos de
alimentos, que hay que ingerir diaria, semanal u ocasionalmente para lograr una
dieta saludable y equilibrada. Se puede representar de muchas formas: el rombo,
la rueda, la pirámide, incluso en Colombia se utiliza un trenecito.
En España la forma más común es en
pirámide. La base de la pirámide incluye aquellos alimentos que deben estar
presentes frecuentemente en la dieta, y según se suba a segmentos superiores el
consumo debe ser menor, teniendo en el vértice aquellos alimentos que se deben
consumir ocasionalmente.
La que muestro a continuación, es
la actual pirámide de la Dieta Mediterránea que se ha adaptado al estilo de
vida actual. Su principal novedad es la localización del aceite de oliva en el
centro de la pirámide y la incorporación de los aspectos sociales y culinarios.
No sólo se trata de comer bien, sino de disfrutar con ello. La acción de
cocinar, se puede realizar en familia o con los amigos y divertirse con ello, y
luego sentarse a la mesa potencia ese sentido y estado de comunidad.
Las comidas principales, comida y cena, deben contener una o dos raciones
de: cereales (pan, pasta, arroz, etc.), verduras (al menos una ración debe ser cruda) y frutas (siendo el postre habitual); es decir,
aquellos alimentos que se encuentran en la base de la pirámide. En la base
también se debería encontrar la leche (aunque la encontramos en la mitad), debido a
que se recomienda el consumo de al menos dos raciones de productos lácteos al
día eligiendo aquellos bajos en grasa.
A continuación, según subimos en la pirámide, encontramos las legumbres,
pescados,
huevos
y carnes
(preferiblemente elegir la carne blanca que es la menos grasa). Estos alimentos
se ingieren de manera alternativa; así por ejemplo, encontramos de 3 a 5 veces
por semana el pescado y la carne (consumiendo más pescado que carne), 3-4 veces
los huevos y 2-3 las legumbres.
En el vértice de la pirámide, y por lo tanto los alimentos que se deben
comer de forma ocasional, encontramos las carnes grasas, los derivados cárnicos y la pastelería y bollería.
La pirámide también incluye recomendaciones en el consumo de vino y cerveza, admitiéndose hasta dos vasitos
al día. Esto no incluye otras bebidas alcohólicas cuyo consumo debe ser muy
ocasional puesto que contienen las famosas “calorías vacías”. El agua es otro componente esencial en la dieta
de la que no nos podemos olvidar, debiéndose consumir al menos 1,5L
preferiblemente 2L.
Por
último, y aunque no tiene carácter alimentario, en la pirámide también se
incluye la práctica de actividad física de una manera
habitual.
Me
despido, ¡hasta el próximo día!
Realizado por Cristina Vallespín Escalada
Muy buen articulo. Animo y seguir en esta linea y mejorando. Un saludo
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