Hasta hace unos meses estaba muy de moda eso de decir: “no puedo tomar leche, me sienta mal. Tengo intolerancia a la lactosa”. Y lo que pregunto yo, ¿realmente se ha hecho una prueba para determinar fehacientemente que se padece esta enfermedad? No me cansaré nunca de repetir que ante cualquier sospecha lo mejor es ir al médico para verificarlo o descartarlo.
Lo primero de todo, habrá que definir qué es la lactosa. La lactosa es el nombre del azúcar que encontramos de forma natural en la leche de cualquier mamífero (vaca, oveja, cabra y leche humana). Este azúcar también puede encontrarse en muchos productos preparados, por lo que es muy importante leer bien el etiquetado de todos los alimentos.
Para poder obtener energía de la lactosa, ésta tiene que ser fraccionada y transformada en porciones o moléculas más pequeñas que son la glucosa y galactosa. ¿Quién se encarga de este proceso? Este proceso se lleva a cabo en el intestino delgado donde se encuentra una enzima, llamada lactasa.
Así que podemos decir que la intolerancia a la lactosa aparece cuando hay una disminución o ausencia total de lactasa en el conducto digestivo y por lo tanto, la lactosa no puede ser digerida. Cuando la lactosa llega al intestino grueso, al ser un azúcar, se transforma en un caldo de cultivo que las bacterias endógenas del colon van a utilizar para alimentarse (van a fermentar dicha lactosa) y van a producir hidrógeno y otros gases, con el consiguiente dolor, distensión, flatulencias, náuseas y diarrea, síntomas propios de la intolerancia a la lactosa.
No todos somos iguales y existen diferentes niveles de intolerancia. La sensibilidad a la lactosa puede variar mucho, algunas personas notan los síntomas en seguida tras consumir pequeñas cantidades mientras que otras personas los notan en un rango de tiempo más amplio o a mayores cantidades. Así nos encontramos con personas que toleran perfectamente los quesos y yogures, donde la mayor parte de la lactosa está ya fermentada y transformada en ácido láctico que es más fácil de digerir por nosotros, pero no son capaces de tomarse medio vaso de leche; por ello es muy importante saber cuál es su nivel de tolerancia para no sobrepasarlo.
La sensibilidad se ve afectada también por el tiempo y el estado propio de salud del organismo. Por ejemplo, una gastroenteritis que cursa con diarrea puede reducir temporalmente los niveles de lactasa y, de forma temporal, seremos incapaces de tomarnos un vaso de leche hasta que nuestros niveles vuelvan a la normalidad.
Tipos de intolerancia:
1. Intolerancia primaria o genética, en la que se produce una pérdida progresiva de la producción de la lactasa. Es decir, con el tiempo se va perdiendo la capacidad de digerir la lactosa y las personas van notando cómo la ingesta de leche les causa cada vez más síntomas. Es progresiva e incurable ya que la persona no puede recuperar la enzima. Puede darse en cualquier momento de la vida, en ciertos grupos étnicos, y viene condicionado genéticamente.
2. Intolerancia secundaria, la disminución en la producción de lactasa se debe a un daño intestinal temporal. Cuando la mucosa intestinal se regenera, la intolerancia a la lactosa desaparece. Por lo tanto, es una intolerancia transitoria y curable. Las causas de dicha disminución se pueden deber a problemas intestinales provocados por infecciones, enfermedades intestinales como la enfermedad de Crohn, operaciones quirúrgicas del intestino delgado, situaciones de malnutrición, quimioterapia, enfermedad celíaca, ingesta excesiva de alcohol, etc.
3. Intolerancia completa o Alactasia, es una forma poco corriente de intolerancia que se debe a un defecto congénito, por un error del metabolismo, en el que la lactasa falta desde el nacimiento. En este tipo de intolerancia es imprescindible prescribir una dieta sin lactosa al lactante para evitar lesiones y complicaciones graves durante su desarrollo y controlar bastante la dieta del lactante para verificar que no tiene falta de ningún nutriente.
Sabiendo un poco ya de qué va la cosa, ahora pasaré a los aspectos nutricionales.
Desde el punto de vista nutricional, en mi opinión, no recomendaría en absoluto eliminar el consumo de alimentos lácteos ya que son la principal fuente de calcio que, como sabemos, mantiene en buen estado nuestra masa ósea. Lo que yo recomiendo es disminuir el consumo e ir testando nuestra propia tolerancia, buscar los lácteos que toleramos (y en qué cantidad) y consumirlos dentro de una alimentación variada que incluya otros alimentos ricos en calcio. De esta manera los síntomas tan molestos del consumo de lácteos se evitan.
Parece ser que se tolera mejor la lactosa si va acompañada de otros alimentos, si son alimentos que enlentecen el vaciado gástrico mejor, tales como la fibra y alimentos sólidos. Otra opción es sustituir la leche por otros productos lácteos que tengan una mayor viscosidad, como la leche fermentada y el yogur, ya que la leche no está fermentada y contiene mayor cantidad de lactosa. A continuación os pongo una tabla que muestra la cantidad de lactosa que se encuentra en distintos productos lácteos:
Alimentos
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Contenido en lactosa, gr. por 100 gr.
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Leche de vaca
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5-4,3
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Leche de cabra
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4,5
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Leche de oveja
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5,1
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Leche en polvo desnatada
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53
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Leche condensada
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12,3
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Quesos frescos (requesón-queso quark-
queso en porciones)
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2,7-2,4-2,5
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Quesos curados
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Trazas
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Nata
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2,4
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Mantequilla
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0-0,5
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Yogur
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2,7
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Yogur que contiene leche en polvo
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4,7-5
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Para los que tienen una intolerancia mayor y no pueden consumir ni siquiera los productos que ya están fermentados, hoy en día existen en el mercado productos lácteos a los que se les ha “eliminado” (hidrolizado) la lactosa y, por lo tanto, nos aportan todos los beneficios de los productos lácteos sin producirnos esas molestias gastrointestinales comunes.
También existen en el mercado unos suplementos de lactasa que se deben tomar antes de las comidas. Al consumirlas nos proporcionará la enzima, la enzima hará su acción fraccionando la lactosa y así no deberíamos sufrir los síntomas; sin embargo, es un efecto a corto plazo o momentáneo es decir, que el efecto sólo dura para una comida con lo cual se debe tomar cada vez que vayamos a comer. Es muy importante encontrar la dosis adecuada, la cual dependerá del grado de intolerancia y la cantidad de lactosa ingerida.
Para terminar, os dejo con el “El semáforo del intolerante a la lactosa” realizado por ADILAC (Asociación de intolerantes a la lactosa de España), que con colores muestra los alimentos a los que los intolerantes deben prestar especial atención. Recordar leer bien las etiquetas para confirmar que lo que vamos a consumir no contiene lactosa, porque como veis en la tabla hay medicamentos o dentífricos que la contienen.
Presencia de lactosa en alimentos
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Contienen lactosa
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Alimentos:
Leche de vaca, leche en polvo, batido de leche, derivados lácteos, nata, quesos frescos y poco fermentados, mascarpone, quark, feta, crema de leche, postres lácteos, margarina, mantequilla, helados, salsa bechamel.
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Ingredientes y aditivos:
Lactosa, monohidrato de lactosa, azúcar de la leche, sólidos lácteos, lactitol (E966), trazas de leche, suero, suero de leche, lactosuero, suero en polvo, suero lácteo, cuajo, cuajada, grasas de leche.
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Según tolerancia (precaución)
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Alimentos:
Purés y sopas, pan, pasteles, fiambres, embutidos, pasteles y frituras de carne, huevos guisados con leche, sucedáneos de huevo en batidos, flanes, puré de patatas, crema o puré, bollería, crèpes, bollos, bizcochos, galletas, tostadas, precocinados, cereales enriquecidos, aderezo de ensaladas, mayonesa, sorbetes, tartas, yogures, quesos curados, batidos y ponches, malteados, chocolate con leche, rebozados, sucedáneos de chocolate, sopas instantáneas, bebidas espirituosas, sidra y vino.
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Productos:
Medicamentos, complejos vitamínicos y dentífricos.
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No contienen lactosa
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Alimentos:
Fruta natural, frutos secos, mariscos, cereales, huevos, miel, mermelada, patatas, arroz, pasta, verduras, carnes, pescados, legumbres, soja, bebidas vegetales.
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Ingredientes y aditivos de origen lácteo*:
Lactatos (E325,E326, E327), esteres lácticos (E472b), lactilatos (E481, E482), proteínas de leche, caseína, caseinato, caseinato de calcio (H4511), caseinato de sodio (H4512), caseinato potásico, caseinato magnésico, lactaalbúmina, lactoglobulina.
Ingredientes y aditivos:
Ácido láctico (E270), riboflavina (E101), almidón.
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*Precaución con ingredientes y aditivos de origen lácteos, aunque en un principio se pueden tomar al encontrarse en el grupo de que no contienen lactosa, debemos contactar con el fabricante para que nos garantice que no existe una contaminación cruzada de lactosa al tener un origen lácteo.
Con esto me despido hasta el próximo día.
Realizado por Cristina Vallespín Escalada
Muy bien explicado, ya entiendo poque no puedo tomar un vaso de leche o cafe con leche, me pongo malisima, pero quesos y yogures si puedo.
ResponderEliminarGracias por vuestras explicaciones y recetas que estan buenisimas.
H.
Que no toleres la leche y sí el queso o yogur, puede significar que tengas una intolerancia leve a la lactosa. Como hemos dicho en el artículo quien lo tiene que diagnosticar es el médico con unas sencillas pruebas.
EliminarComo curiosidad, al nacer tenemos niveles altos de lactasa, que con el paso del tiempo va disminuyendo.
Un saludo de Nutrición a las 6.
Es contradictorio:
ResponderEliminarYogur 2,7 (Amarillo)
Mantequilla 0-0,5 (Rojo)
La precisión es tan baja y tan poco de fiar que parece hecho en España.
Hola,
EliminarAntes de dar una respuesta a tu comentario, sólo tenemos que decirte que el desprestigio a un país sobra en los comentarios.
Las fuentes recogidas en la tabla, son valores que puedes pedir a ADILAC (Asociación de intolerantes a la lactosa de España) o puedes encontrar en libros sobre nutrición. Siendo datos correctos los que aparecen en ellas.
El yogur está en el apartado amarillo, porque se puede tomar según tolerancia. El yogur se realiza a través de la fermentación láctica de la leche a partir de microorganismos, pasando el azúcar de la leche, la lactosa, a ácido láctico, por lo que el contenido de lactosa disminuye considerablemente al de la leche de partida, por ello se puede tomar según tolerancia, ya que siempre queda un porcentaje de lactosa.
En el caso de las mantequillas, no se utiliza la lactosa para su realización, es un componente hidrosoluble que quitamos, ya que sólo nos interesa la grasa para formarla, así salen valores muy bajos en lactosa. Pero aparece en rojo como alimento no permitido porque se pueden añadir sólidos lácteos a la composición de la mantequilla y no aparecer en el etiquetado, es por ello la razón por la que se desaconseja.
Antes de que vuelvas a criticar a España por el tema de la legislación sobre el etiquetado, estas normativas se rigen por la Unión Europea.
Un saludo.
El Equipo de Nutrición a las 6.
¿Puede perjudicar un dentífrico que lleve lactosa a una persona intolerante a la lactosa?
ResponderEliminarHola,
EliminarPuede existir un riesgo de de que se produzca una reacción intestinal debido al dentífrico por la presencia de lactosa en el mismo, aunque va a depender del grado de intolerancia que se tenga a ésta.
Por esto te recomendamos buscar un dentífrico que no contenga lactosa.
Un saludo.