Muy buenos días a todos. Aquí estamos un día más a punto de terminar ya
el mes de Abril. Hoy queremos hablaros sobre el yodo. ¿Empezamos?
El yodo es un mineral muy importante para
la salud. Se encuentra mayoritariamente en la glándula tiroidea,
alrededor del 80%, incorporado en las hormonas tiroideas y los precursores. De
hecho, es el único mineral que es componente esencial de
hormonas, de tal modo que si el organismo no tiene yodo el tiroides
no puede producir las hormonas tiroideas y ejercer su función regulando el
metabolismo energético.
- Como he mencionado, ser sustrato para la síntesis de las hormonas tiroideas (triyodotironina o T3 y tiroxina o T4).
- Intervenir en el buen desarrollo físico e intelectual, es indispensable para el crecimiento y el desarrollo y buen funcionamiento de nuestros órganos, tejidos nerviosos y musculares. Además, interviene en la buena cicatrización junto con otros minerales y vitaminas (lo que conocemos como “Betadine” no es más que una solución yodada), y también interviene de alguna manera en la fortaleza del cabello.
Conociendo ya para qué sirve pasemos a su
absorción. Una vez ingerido con los alimentos, más adelante comentaré cuáles
son, el
yodo se absorbe en forma de yoduro en el intestino delgado. Una vez en el
plasma, es transportado y distribuido hasta ser captado por el tiroides en su
mayoría; el resto, lo captan otros tejidos como las
glándulas salivales, la mucosa gástrica, las glándulas mamarias, etc. y luego
lo que no se necesita es eliminado por orina ya que no existe ningún sistema de
depósito o almacenamiento.
Las ingestas recomendadas de este mineral
varían en función del sexo, edad y estado fisiológico, yendo desde los 35
µg de los recién nacidos hasta los 150-160 µg en los adultos, en el caso de una mujer embarazada o en estado de
lactancia puede llegar a los 200 µg en el embarazo y 300 µg durante la
lactancia.
¿Dónde encontramos el yodo?
El yodo es un mineral que se encuentra de
manera natural en la tierra y piedras, y es transportado por el agua
de las lluvias hasta los ríos y, en última instancia, los océanos. Es por esta
razón por la cual los alimentos más ricos en yodo son los de origen marino: el
pescado, las algas marinas y las hortalizas cultivadas cerca del mar. Por otra
parte, la concentración y cantidad que contienen las plantas de cultivo,
variará en función del suelo donde se encuentren, abono utilizado y las
técnicas de elaboración y manipulación de alimentos.
Debido
a que durante una época el bocio fue un serio problema (y hoy en día sigue
siéndolo en algunos lugares) ya que no se ingería suficiente yodo, las
autoridades comenzaron a agregar yodo a la sal para asegurar que la población
ingería suficiente cantidad de yodo para que esta patología no fuera a más. De
esta manera, se puede decir que la sal yodada es una importante fuente de este
mineral hoy en día.
A continuación os dejo una pequeña lista de los alimentos más ricos en yodo: pescados, mariscos, moluscos
y crustáceos como el arenque, las gambas, los
langostinos, el bacalao, los mejillones, el salmón o el lenguado; las algas marinas, fresas y arándanos rojos, los
productos lácteos, los ajos, la cebolla, el berro y puerro, las
espinacas y judías verdes, la col, la zanahoria, puerro y nabo, los tomates, la
pera, las uvas, el espárrago, las setas, el arroz, la patata, algunas carnes
(aunque en menor cantidad), etc.
A pesar de que la patología por deficiencia de yodo la vamos a tratar la
próxima semana, no quiero despedirme sin hacer una pequeña referencia a los estados de carencia de este mineral. Si no hay
suficiente cantidad de yodo en el organismo, la glándula tiroides no es capaz
de producir la cantidad suficiente de sus hormonas provocando lo que se
denomina “Trastornos por carencia de yodo” o
TCY. Estos trastornos incluyen el aborto, anomalías
congénitas, daños mentales y físicos como retraso mental, daños musculares,
defectos del habla y auditivos; peso bajo de los neonatos, falta de energía
(que se manifiesta a causa de la deficiencia tiroidea), hipotiroidismo, bocio y
cretinismo.
Pero también es importante saber que el
exceso de yodo en el organismo puede resultar perjudicial. Una
ingesta de dosis
elevadas de yodo puede provocar algunos de los mismos síntomas que la
deficiencia de yodo, entre ellos bocio como
hemos mencionado anteriormente. Pero también pueden provocar inflamación de la glándula
tiroidea, hipertiroidismo y cáncer de tiroides. Además el consumo de
una dosis demasiado elevada de yodo, varios gramos por ejemplo, puede provocar
ardor en la boca, la garganta y el estómago, fiebre, dolor de estómago,
náuseas, vómitos, diarrea, pulso débil y coma.
Esto es todo por hoy. La próxima semana volveremos, como he dicho, con la
patología :) Hasta luego.
Realizado por Cristina Vallespín Escalada
No tenia ni idea que fuera tan importante, Gracias por abrirnos los ojos en tantos temas, estoy aprendiendo mucho con vuestro blog.
ResponderEliminarMe encanta, seguir así.
Elena.
Hola Elena,
EliminarEncantados de que aprendas cosas nuevas cada día con nuestros post. :-)
Gracias por seguirnos día a día.
Un saludo de todo el equipo!