¡Buenos días! Ya estamos prácticamente en Navidad, es una época en la que caemos en los excesos, en estas fiestas existe una oferta gastronómica muy
amplia en la que a menudo solemos apartar alimentos “sanos” como verduras y frutas
y tendemos a consumir platos más calóricos y, además, en mayor cantidad.
Es una época en la que encontramos comidas como cochinillos, corderos… carnes generalmente grasas,
acompañados de embutidos, bebidas carbonatadas (coca cola, fantas…) y generalmente esa ensalada que se encuentra en el centro
de la mesa apenas la tocamos.
En la zona de los dulces encontramos turrones, mazapanes, roscón de reyes… todo ello con su debido acompañamiento, lo más típico, el
chocolate caliente aunque otros prefieren el café.
Todo
esto no quiere decir que debamos prescindir de estos pequeños placeres que nos
trae la Navidad, pero sí debemos aprender a controlar qué comemos y cuánto
comemos.
En una comida o cena de Navidad tenemos: unos
entrantes, un primer plato, un segundo, un postre y, en ocasiones, un pequeño
momento de dulces navideños (polvorones, mazapán, turrón…). Pero, ¿qué pasa con
cada una de esas partes? ¿Cuáles son los problemas que traen consigo?
Los entrantes es un momento en el que todos nos
empezamos a sentar a la mesa, hablamos entre nosotros, comenzamos la comida y
la conversación. Mientras esto ocurre vamos cogiendo alimentos de los distintos
platos puestos en el centro de la mesa, un trozo de pan por aquí, jamón y queso
por allá… y sin darnos cuenta nos comemos lo que equivaldría a una merienda y
principio de comida… ¿qué podemos hacer para evitarlo? Podemos servirnos en el plato lo que vamos a comer, esto nos da la oportunidad de valorar qué hay en la mesa,
qué nos apetece comer y posteriormente cuánto me apetece o debería comer
teniendo en cuenta que después viene el primero, el segundo y el postre (como
poco).
La conversación se va animando y esos
langostinos, canapés, embutidos varios…van disminuyendo en volumen en la mesa y
entonces… llegamos al primer plato, lo típico es una crema de calabaza,
calabacín… o caldo de Navidad, son platos que nos ayudan a entrar en
calor en esta época del año, además de ser
platos muy nutritivos. Aquí tenemos que tener cuidado en las cantidades, estos
platos mejor servirlos en cuencos que en platos hondos ya que son de menor
capacidad pero dan sensación de haber ingerido más, lo que aporta
psicológicamente una sensación de saciedad que nos permitirá controlar mejor la
cantidad de carne o pescado consumida en el segundo plato. También tenemos hortalizas como la lombarda, muy típica en estas fechas, rica en antioxidantes, fibra,
vitamina C y ácido fólico, puede resultar muy interesante incluirlo en nuestro
primer plato, porque la verdura no tiene que estar reñida con comidas
especiales.
Para el segundo plato aquí traigo una pequeña reivindicación, es
hora de recuperar esa pobre ensalada a la que casi nadie hace caso, que nos va ayudar con el
cochinillo. La ensalada posee fibra que evitará que parte de la grasa de este
sea absorbida, tomar la ensalada antes o junto con la carne es un buen
complemento, ¡OJO! Esto no quiere decir que podamos atiborrarnos de carne y
embutidos, la ensalada no hace milagros. Un buen sustituto de la carne, y que contiene menor
contenido en grasas, son los pescados,
como el besugo, dorada, merluza… una buena forma de cocinarlos es al horno o al
papillote.
Y ya, por fin… llega el momento de los postres, mi recomendación: fruta. Existen multitud de posibilidades, desde una macedonia de
frutas, hasta unas brochetas coloridas de frutas varias, pasando por mousses de
limón, piña, granada…
Si la
fruta no os convence, lo mejor es optar por mousses ligeras y evitar cosas
azucaradas en exceso.
Estos son pequeños consejos para las fiestas,
pero ¿qué
podemos hacer en estos momentos de pre-fiestas para prepararnos para estas
comidas tan especiales?
Mejor intentar hacer una “mini-dieta” aumentando la ingesta de verduras, comidas al vapor, los
caldos vegetales por las propiedades que estos les aportan y, obviamente, por
el contenido en agua actúan como diurético, si añadimos alimentos integrales ayudaremos
a proliferar la flora bacteriana, mejorando la absorción y digestión en el
intestino, fundamental para las comidas durante estas fiestas.
Con esto me despido, nos vemos en el siguiente
post.
Realizado por Tamara Valencia
Dueñas
Unos consejos buenisimos, pero dificiles de llevar a cabo, hay tantas cosas buenas en estas fechas!. En fin intentare hacer un esfuerzo. Gracias. Un saludo
ResponderEliminarHola María!!
EliminarAunque hay muchas cosas que nos gusten en estas fechas, hay que intentar equilibrar las comidas que hagamos, puede ser difícil pero no imposible; hay que tomarlo como si fuese un día cualquiera, un poco especial, pero como cualquier día.
Un saludo :) el Equipo de Nutrición a las 6
En Navidad es muy dificil no comer de mas, intentare hacer lo que propones pero lo veo complicado, lo que si voy a intentar es los dias NORMALES comer mas verdura y fruta para controlar.
ResponderEliminarSaludos
EEB
Aparte de comer más verduras y frutas es muy importante realizar algo de ejercicio, ya se sabe que por media se engorda unos 3-5 kilos en estas fiestas.
EliminarFelices fiestas!!! :)
El Equipo de Nutrición a las 6