¡Muy buenos días! Hoy os traemos la
primera parte de un especial sobre el etiquetado. Con toda la polémica que
tenemos a día de hoy con la carne de caballo en muchos productos, queremos
enseñaros a leer las etiquetas, porque muchas personas ni se fijan o directamente
no las entienden.
Para poder aprender a leer una
etiqueta, que mejor que usar un ejemplo para ir entendiendo todo. Pero antes de
empezar, entraremos un poco en teoría.
En primer lugar, nos encontraremos
la lista de ingredientes que lleva el producto, ordenados de mayor a menor
cantidad en el producto final.
En segundo lugar, encontramos la
información nutricional. En España, el etiquetado de productos en general es
obligatorio y nos da una información sobre el producto. No en todos
los casos es obligatorio, el etiquetado nutricional es opcional y su
normativa no se aplica a aguas minerales ni complementos dietéticos, salvo
que se diga que son “bajos en colesterol”, “ricos en calcio”, etc.
En el análisis nutricional
coexisten dos tipos de formatos:
- El primero y más básico, solamente indica el valor energético en Kcal y kJ, y la cantidad en gramos de proteínas, carbohidratos y grasas, en este orden.
- El segundo, más completo y que más se suele emplear, es más detallado y puede incluir la información sobre la cantidad de azúcares, ácidos grasos saturados, fibra alimentaria e incluso la cantidad de omega-3 en el producto.
Algunos también presentan la
Cantidad Diaria Recomendada (CDR), que varía según el sexo, la edad y el nivel
de actividad física, siendo las necesidades nutricionales diferentes en cada
caso particular. La CDR en las etiquetas corresponde, habitualmente, a las
necesidades de una mujer adulta. También se pueden indicar las cantidades de
algunas vitaminas y minerales en función del porcentaje de la CDR que supongan.
Las CDR que podemos ver en los
etiquetados son:
Nutriente
|
CDR mujer adulta
|
Energía (Kcal)
|
2000
|
Proteína (gr)
|
45
|
Carbohidratos (gr)
|
230
|
Azúcares (gr)
|
90
|
Grasa (gr)
|
70
|
Grasa saturada (gr)
|
20
|
Sal (gr)
|
6
|
Equivalente en sodio (gr)
|
2.4
|
Fibra (gr)
|
24
|
También es importante conocer que
en nuestro país y en la unión europea está prohibido atribuir a los alimentos
cualidades preventivas, curativas o terapéuticas, así como indicar que un
producto tiene alguna propiedad que comparten todos los alimentos de su clase.
Muchos productos incumplen estas normas y muestran mensajes como “100%
saludable” o “fuente de salud”.
Últimamente ha aparecido un nuevo
tipo de etiquetado usando un código de colores, conocido como el semáforo nutricional, al contener los
colores de un semáforo: verde, amarillo y rojo o naranja.
Nos da mejor idea del contenido que
hay de un determinado nutriente en el alimento, lo que resulta más sencillo al
consumidor, por ejemplo:
Como vemos, tenemos los diferentes colores según el nutriente, ¿pero cómo lo interpretamos?
En un primer momento nos podemos asustar, porque tenemos en rojo la grasa
saturada, por lo que pensaríamos que ya no hay que tomar este producto. Que
tenga más o menos casillas en rojo no quiere decir que un alimento sea malo o bueno,
nos indica que contiene un alto aporte de ese nutriente, es decir, a lo largo
del día deberemos elegir alimentos que no sigan conteniendo altas cantidades de
grasa saturada.
El color verde nos indica un aporte bajo, el amarillo
medio y el rojo aporte alto, este método es mucho más sencillo para
el consumidor, pudiendo llegar a equilibrar muy bien la alimentación.
Después de explicar un poco la teoría, nos ponemos con la práctica, y os
traigo el etiquetado de una pizza congelada:
Ingredientes:
- Guarnición (57,1%): quesos (Mozarella, Edam, Emmental) (45,3%), agua, pulpa de tomate, proteínas de leche, grasa vegetal, almidón modificado de patata, azúcar, orégano, sal, ajo, albahaca, aromas (con nueces), sales fundentes citratos de sodio, colorante beta-caroteno.
- Base (42,9%): Harina de trigo, agua, aceite de girasol, levadura, sal.
- Peso total en gramos: 340 g (porción 85 g).
Nos encontramos ante una etiqueta típica de cualquier producto, pero ¿cómo sabemos si el producto llega a ser bueno o
malo?
En la lista de ingredientes aparecen grasas vegetales, y ya que no
sabemos cuáles pueden ser, deberíamos pensar mal (y en estos casos podemos
acertar), ya que estamos hablando de grasas seguramente de palma o coco ricas
en grasas saturadas; pero no podemos determinar si 2.4 gr que aporta una
porción es un valor alto o bajo.
Como hemos visto que el semáforo nutricional es una forma muy buena para
leer el etiquetado, podemos llegar a realizarlo nosotros mismos con una simple
“regla de 3”.
Para productos normales, usamos como valores:
- En verde los nutrientes cuyo aporte es inferior al 7.5% de las CDR.
- En amarillo los nutrientes cuyo aporte es un nivel medio de las CDR entre el 7.5% y el 20%.
- En rojo los nutrientes cuyo aporte es superior al 20% de las CDR.
En caso de
nuestra pizza, al tratarse de un producto precocinado, debemos usar los
siguientes valores para calcularlo:
- En verde los nutrientes cuyo aporte es inferior al 10% de las CDR.
- En amarillo los nutrientes cuyo aporte es un nivel medio de las CDR entre el 10% y el 35%.
- En rojo los nutrientes cuyo aporte es superior al 35% de las CDR.
Ahora aplicamos los valores que hemos obtenido a una porción de pizza, y
podemos ver:
Una porción nos va a proporcionar niveles bajos de energía, carbohidratos,
azúcares y fibra pero niveles medios de proteínas, grasas, grasas saturadas y
sodio.
No decimos que el producto sea malo, sólo que se debe tomar de vez en
cuando y sabiendo que hay un aporte bajo de algunos nutrientes, que en el resto
de comidas podremos contrarrestar aumentándolos hasta llegar a un equilibrio.
Con esto me despido, recordando que continuamos con el especial del
etiquetado el próximo lunes. También espero que a partir de ahora, aplicando el
método del semáforo nutricional podáis leer todas las etiquetas de una manera
más fácil. ¡Saludos!
Realizado por Jorge Ibarra Morato
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