¡Muy buenos días! Con el post de
hoy, en “elige
bien a tu comensal”, terminamos
de ver todas las intoxicaciones que se producen por el consumo de setas. En
este caso vamos a conocer las intoxicaciones debidas a la acumulación de
metales pesados y radioactividad, y el síndrome de intolerancia.
Ambas patologías se engloban en las
intoxicaciones de período de incubación corto, apareciendo los primeros
síntomas al poco tiempo tras la ingesta de las setas.
Intoxicaciones
extrínsecas la acumulación de metales pesados y radiactividad
No podemos en este caso referirnos
a una intoxicación producida por el hongo en sí, que puede ser comestible, sino
más bien a un problema de contaminación o toxicidad adquirida. Los estudios indican que algunos hongos tienen con
respecto a otros una mayor capacidad de absorción de sustancias tóxicas.
Esta se realiza a nivel del micelio, pasando luego a los carpóforos durante su
desarrollo.
Los hongos que
crecen cerca de vías transitadas por los medios de locomoción o cercanos a
industrias contaminantes, pueden presentar también tasas de metales pesados y
otros elementos tóxicos muy por encima de los umbrales recomendados por la OMS, que se sitúan en los siguientes valores: para el
mercurio 0,05 ppm., para el cadmio 0,5 ppm., y para el plomo 1,00 ppm.
En este mismo
punto cabe mencionar la nube radiactiva provocada por el accidente de Chernóbil el 26 de abril de 1986, que se extendió por una
amplia zona de Europa. Las lluvias arrastraron las partículas radiactivas,
contaminando en mayor o menor grado los hongos de distintas regiones. Se han encontrado dosis de radiactividad bastante altas
en hongos recogidos a muchos kilómetros del lugar de la catástrofe.
La cantidad de radiactividad encontrada en un mismo lugar varía bastante de
unas especies a otras, ello se explica tal vez por la mayor o menor actividad
de los micelios y la profundidad a la que se encuentran los mismos.
Síndrome de
intolerancia
En general suele
ser de carácter leve, se produce porque los hongos son ricos en quitina, polisacárido nitrogenado complejo muy difícil de digerir, además de azúcares especiales entre los que se encuentran la trehalosa y
el manitol. La trehalosa solo puede ser degradada por la trehalasa y en algunas
personas se da una ausencia de esta enzima. Los valores elevados de la
trehalosa en el tracto intestinal junto con el manitol hacen que estas
personas, si consumen setas, sufran dolores abdominales, aerofagia, vómitos,
diarreas y dolor de cabeza.
Otras especies
como por ejemplo los Leucopaxillus contienen antibióticos naturales. Ello hace
que algunas personas sensibles a los mismos presenten reacciones de
intolerancia a estas setas en particular.
En definitiva, la única forma de
evitar este tipo de intoxicaciones es la abstención por parte de aquellas
personas que no toleran bien estas u otras especies.
Con esto nos despedimos dentro de
la sección “elige bien a tu comensal” de las intoxicaciones y riesgos de las
diferentes setas. Nos vemos en próximos post, mientras tanto, ¡ser felices!
Realizado por Jorge
Ibarra Morato
Fuentes
Conocimientos adquiridos durante la
Diplomatura de Nutrición Humana y Dietética.
Setas tóxicas e intoxicaciones. Pedro Arrillaga Anabitarte y Xabier Laskibar Urkiola. Volumen 22
Munibe - Aranzari. 2006
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