Comenzamos una semana muy especial para nuestro blog, el motivo lo
descubriremos el viernes con la sección de recetas. Mientras tanto, hoy
volvemos a traer una nueva dieta milagro para ponerla de manifiesto. En esta
ocasión hablaré de la “Cookie diet” o “Dieta de
la galleta”. ¿Adivináis en qué puede consistir?
Antes que nada, empezaré por su historia y cómo ha nacido esta dieta.
Hace mucho tiempo, allá por el año 1975, estaba este doctor, llamado Dr.
Siegal, en su consulta de Miami tratando a sus pacientes con problemas de peso
y se le ocurrió inventar unas galletas “especiales” para ayudar a sus pacientes
a perder peso. Son galletas cuya composición tiene una mezcla de
aminoácidos de distintas sustancias proteicas que él mismo elabora, unas 60
calorías por galleta y fibra, diseñadas para saciar el apetito. A lo
largo de los años y hasta el día de hoy, este doctor a reformulado la receta
para hacerla más natural, apta para vegetarianos y más asequibles. Otra mejora ha sido reducir su aporte calórico a la mitad,
teniendo cada galleta unas 33 calorías, para así poder comer más cantidad
a lo largo del día.
Viendo la
fama que tuvo, dio el salto y, además de su clínica en Miami, abrió una en
Beverly Hills, California, lo que le dio alas y de ahí al estrellato.
Claro que, el hombre se debería de dar cuenta que las galletas pueden
aburrir; así que, decidió también sacar al mercado unos batiditos muy
ricos también, de diferentes sabores, para que podamos sustituirlos por una galleta en algún momento
determinado.
Por supuesto, estas galletas no las puedes encontrar en ningún otro
sitio más que en su página web a un “módico precio”. Eso sí, hay una
gran variedad de sabores: de chocolate, de vainilla, con pasas, con arándanos,
con plátano, de manteca, etc.
Pero si nos fijamos en la composición
nutricional y los ingredientes que tienen estas galletas, lo único que vamos
a ver es que su composición no difiere mucho (o nada) de cualquier otra galleta que
podamos encontrarnos por la calle. Claro que, por otra parte es
normal, no creo que el susodicho esté dispuesto a poner en la composición
nutricional la fórmula mágica de estas galletas.
Y bien, ¿en qué consiste esta dieta? Muy fácil, se han de comprar dichas galletas y tomar 9 al día (si son
las de 33 calorías entonces podrás tomar más cantidad), y una cena ligera de no más de 300 calorías que contenga
proteína magra (pollo, por ejemplo) y una verdura. Esto hace que al día se tomen alrededor de
unas 1000-1200 calorías. Hasta vosotros os daréis cuenta que es una
barbaridad (no de muchas calorías sino todo lo contrario), ¿verdad? En cuanto a
las bebidas, la dieta te deja beber toda el agua que quieras y café o té sin
azúcar; pero nada de alcohol. Tampoco te deja comer dulces, tomar lácteos ni
cualquier otro alimento a parte de la carne o el pescado magro y algunas
verduras. Según testimonios, siguiendo esta dieta se pueden perder, al menos, 4 kilos
y medio, si no son 6. Comiendo sólo 1000 calorías al día, ¿quién es
el torpe que no bajaría de peso? Eso sí, se comenta que durante las primeras semanas se está
cansado, apagado y sin energía para realizar cualquier actividad física.
¿A alguien le extraña? Lo que me extraña a mí es que la gente sea capaz de
levantarse de la cama y poder incluso ir al baño... (vale, soy una exagerada
pero es la realidad).
En
una entrevista que salió publicada en el periódico The Times, el doctor
admite que 1.200 calorías son pocas, pero aseguraba que es la mejor manera de
perder peso: “Por supuesto que 1.200 calorías es poco, pero es así como se
pierde peso. Todas las dietas son duras y tienes que estar motivado, pero
no hay ningún peligro para la salud. He tratado a cientos de miles de pacientes
y no he visto todavía a nadie que haya sufrido un problema”.
Llegados a este punto, es dónde me empieza a hervir la sangre... Cómo
hacer entender a la gente que para perder peso no es necesario sufrir ni
recurrir a milagros (¡que no existen!). Aunque no se lo crean, la mejor manera de perder peso es
comiendo de todo, en su justa medida y sin sufrir. Por supuesto que
hay que estar motivado, eso nadie lo niega, puesto que nuestro ánimo influye
muchísimo, pero tomar 1000 calorías al día, sufrir aunque estaremos de “buen
ánimo” (es un poco contradictorio porque se está sufriendo, si se sufre no se
puede estar contento) ya que perdemos mucho peso y rápido... ¿merece la pena?,
¿alguien piensa en qué pasará cuando dejemos de comer las galletas y al cabo
del tiempo recuperemos el peso?, ¿y cómo nos sentiremos cuando hayamos
recuperado el peso?, ¿alguien piensa en cómo se resiente su salud, sus órganos
y el propio cuerpo al seguir esta dieta? Me parece que no, porque sino no nos
creeríamos toda esta publicidad engañosa.
Y... ¿el doctor todavía no ha visto a nadie que haya sufrido ningún
problema? Esto me da risa. Pues claro que todavía no ha habido problemas... los
problemas aparecen con el paso de mucho tiempo y, lo más importante de todo, si
se hace un estudio y seguimiento de esos pacientes y viendo cómo llevan su vida
después de hacer la dieta. Lo que esto convencida es que, tras dejar de comer esas “magníficas”
(ejem, ejem) galletas, los pacientes vuelven a comer como lo habían hecho hasta
ahora y volverían a ganar peso, como siempre pasa. ¿Por qué pasa
eso? Muy sencillo, porque no hay una reeducación en los hábitos de la persona (lo que si os acordáis y habéis leído la posición
de la AEDN con respecto a las dietas milagro, es lo que nos indica que estamos
ante una dieta milagro).
Sigamos con los testimonios del doctor: “No hay nada mágico en las
galletas”, asegura, “no cambian tu metabolismo ni nada de eso, sólo sacian el
hambre, y cualquier adulto que siga una dieta de 1.200 calorías va a adelgazar”.
En su
opinión la idea de que la mejor manera de perder peso es hacerlo poco a poco
está errada. “Nada motiva más a mis pacientes que pesarse en la báscula
y ver que su peso ha bajado enormemente”, asegura Siegal. “Si el peso baja
demasiado lento el proceso es desalentador”.
Nada tengo que añadir que no haya dicho hace dos párrafos... Sólo
preguntarme y preguntarle, ¿por qué esta errada la idea de perder peso poco a poco?
Es la única manera para que el cuerpo de acostumbre y acople al nuevo peso y no
tenga la necesidad de volver a ganarlo para estar en lo que él piensa es la
normalidad. Queramos o no, cuando adelgazamos el cuerpo lo ve como
algo raro, no está acostumbrado a ese peso y lo único que quiere es volver a
él, a su normalidad; pero si le damos tiempo de ver como normal el nuevo peso,
nuestro organismo no querrá volver al peso previo.
Y llegamos al punto que más gracia me hace y que todos vosotros deberíais
poder identificar. El propio Siegal recomienda dejar de tomar las galletas
pasado un tiempo; es decir, no podemos estar toda la vida comiendo
estas galletas. Qué gran sorpresa me da leer este testimonio (por si no se
nota, va con un sentido totalmente irónico).
Para ir terminando el post, destacar que con la poca cantidad de verduras que se toman,
y nula cantidad de fruta, es de esperar que haya deficiencia de vitaminas y
minerales. Por este motivo, y siendo muy listo, el doctor Siegal
recomienda a sus clientes (¿no deberían llamarlos pacientes?) consumir suplementos vitamínicos que, supongo que
a nadie sorprende, vende también.
Como reflexión definitiva, a todos nos encantaría de primeras tener una
dieta a base de galletas o chocolate o las cosas que más nos gustan y sabemos
que no son demasiado sanas para comer todos los días, pero a la larga y si nos
obligan a comerlo, al final nos aburriría y, no sólo eso, al no poder comer más
que esos alimentos al final nos llevaría al aislamiento social ya que el resto
de la humanidad tiene una dieta normal en la que come todos los grupos de
alimentos. Es decir, “hay que vivir en
el mundo real, y en el mundo real la gente no come galletas, come
comida”, tal y como dice Sian Porter, portavoz de la
Asociación Británica de Dietistas que, con motivo del desembarco de la dieta de
las galletas en Gran Bretaña, ha explicado en The
Times, en una entrevista que se le hizo.
Con esto me despido hasta el próximo día.
Realizado por Cristina Vallespín Escalada
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