Frittata de jamón y verduritas

Escrito por nutriciónalas6 el viernes, 13 de noviembre de 2015 | 6:00:00

¡Buenos días! Hoy os traemos una rica receta, pero primero hablaremos de uno de sus posibles condimentos, el tomillo.
El tomillo (Thymus vulgaris L) pertenece a la familia de las labiadas y se suele emplear comúnmente como condimento y como planta medicinal. Este ejemplar se localiza principalmente en el norte de África (Argelia, Túnez) y en la Europa mediterránea.
Es una planta que ha sido muy utilizada desde la antigüedad, incluso el nombre deriva del egipcio (Tham). Los antiguos egipcios la utilizaban en los embalsamamientos.
Los griegos utilizaban el tomillo en sus baños y lo quemaban como incienso en sus templos. También lo utilizaban para elaborar la miel de Herpellon, un alimento utilizado para las enfermedades respiratorias, ya desde la época de Galeno se le reconocía por sus propiedades antisépticas y antirreumáticas
Se cree que su extensión por toda Europa se debe a los romanos y al uso que de esta planta hacían para purificar sus viviendas, perfumar vinos y quesos, etc. 
En la Edad Media, las mujeres lo daban a sus caballeros y a los guerreros como regalo ya que creían que con esto aumentaban el coraje del portador además de protegerlos en la batalla. También se usaba como incienso en los funerales y se ponía en el ataúd de los difuntos con el fin de “asegurar” un buen tránsito a la próxima vida.
Como condimento, el tomillo potencia el sabor de las verduras, carnes (especialmente de ternera) y de los cereales. Se usa para sazonar pistos, patatas fritas, revueltos, pimientos, etc. Pero no solo se usa para aromatizar los platos, también se tienen en cuenta sus propiedades antisépticas y por ello se utilizan para conservas de alimentos.
Forma parte del bouquet garni, ramito de hierbas que incluye generalmente perejil, tomillo y hojas de laurel, muy utilizado en la gastronomía francesa para aderezar sopas y guisos, que se retira justo a la hora de servir. 
Con respecto a su composición nutricional, debemos tener en cuenta en qué momento estamos utilizando el tomillo, al utilizarse como condimento en las comidas, aporta sabor y alguna de sus propiedades, sin embargo las cantidades son muy pequeñas como para que tenga un efecto sobre la salud. No obstante, al utilizarse en infusión sí que podemos disfrutar de sus múltiples propiedades, especialmente a nivel digestivo.
La principal característica nutricional del tomillo es su composición en aceites esenciales como timol, anetol y borneol. El timol es uno de los grandes protagonistas y aporta propiedades a nivel digestivo como regulador de la función intestinal, facilita la digestión de comidas ricas en grasas y evita la formación de gases. También es diurético, antirreumático y colabora en la recuperación de los músculos tras la realización de una actividad física intensa.
Además, una característica común de los aceites esenciales es que tienen propiedades antisépticas, pueden aliviar los síntomas de la gripe, anginas, bronquitis y faringitis. Considerando estas propiedades antisépticas, en preparaciones calientes como los guisos, el tomillo podría ayudar en la prevención de intoxicaciones alimentarias. 
No obstante, también podemos destacar en su composición la presencia de ácidos grasos como el oleico, palmítico, nicotínico y linoleico, y aminoácidos como la cisteína, valina, glicina e isoleucina.
A nivel mineral cabe resaltar el contenido en hierro. Está estudiado que la cantidad de este mineral en 1 gramo de tomillo equivale al 12% de las ingestas diarias recomendadas de hierro en hombres y al 7% en mujeres, por tanto podría ser interesante su uso en problemas como la anemia, pudiendo ayudar a suplir la deficiencia del mismo en el organismo cuando se acompaña de una dieta rica en hierro. 
Ya sabemos qué es el tomillo y sus propiedades, ahora pasemos a la cocina y prepararemos un rico plato que, perfectamente podría ser plato único. Hoy cocinamos… Frittata de jamón cocido y verduritas
Ingredientes
  • 4 huevos
  •  80 gr de jamón cocido (unas 4 lonchas)
  • 1 calabacín
  • 1 pimiento verde y otro rojo
  • 1 cebolla mediana
  • ½ o 1 tomate
  • 1 puerro
  • Mezcla de 4 quesos para espolvorear
  • 250 gr de queso para untar
  • Aceite de oliva
  • Especias al gusto (tomillo, albahaca, romero, etc.)
Preparación
Precalentamos el horno a 180oC.
Comenzamos lavando y cortando en brunoise (cuadraditos) las verduritas y el jamón cocido.
En un bol, cascamos los huevos y los batimos junto con el queso, el jamón cocido y las especias al gusto. Reservamos.
Por otra parte, ponemos una sartén al fuego con un poco de aceite de oliva y sofreímos la cebolla y el puerro. A continuación, echamos el calabacín, dejamos que se cocine y posteriormente incorporamos los pimientos y por último, el tomate.
Cuando están a medio cocinar, echamos la mezcla de huevo, jamón cocido y queso y removemos bien para que se integren bien todos los ingredientes. Cuando comience a separarse un poco por los lados, lo trasladamos a una bandeja apta para horno, espolvoreamos con la mezcla de 4 quesos y metemos al horno hasta que el huevo esté al gusto de cuajo y el queso se haya gratinado.
Sacamos del horno, esperamos a que se enfríe un poco, acompañamos de una ensalada y ¡a disfrutar!
Esta es una preparación que puede sacar de más de un apuro ya que se puede elaborar con cualquier tipo de verduras e incluso se le podría añadir patata.
Con esto nos despedimos hasta el lunes. ¡Feliz fin de semana!
Realizado por Tamara Valencia Dueñas y Cristina Vallespín Escalada
Fuentes

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