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Antioxidantes, ¿son tan buenos cómo los pintan?

Escrito por nutriciónalas6 el miércoles, 3 de abril de 2013 | 6:00:00


¡Buenos días! Siguiendo el hilo del otro día sobre el EPOC vamos a hablar sobre uno de los aportes de nutrientes aconsejado para ayudar en esta patología, son aquellos alimentos ricos en antioxidantes.
Empecemos por el principio. ¿Qué son los antioxidantes?
Los antioxidantes son elementos o sustancias químicas que protegen de la oxidación celular, este proceso da lugar a una serie de compuestos que, si bien en pequeñas cantidades no son tóxicos, hay que tener cuidado cuando se encuentran en mayores proporciones, estos son los radicales libres.
Se producen, como ya hemos dicho, por la oxidación. Muchos procesos que se llevan a cabo en nuestro organismo conllevan una oxidación pero este proceso también se ve influido por factores externos, tales como la polución, fumar, beber alcohol, etc.
Los radicales libres ayudan en las funciones de carácter inmunológico pero también pueden afectar a elementos importantes, como el ADN, dando lugar al envejecimiento celular acelerado, al desarrollo de enfermedades degenerativas, cáncer y alteraciones del sistema circulatorio y nervioso, entre otros. De ahí que para mantener un equilibrio de estos radicales libres debemos introducir los antioxidantes en la dieta y evitar o reducir ciertas situaciones al igual que controlar la ingesta de ciertos alimentos.
Para ello deberíamos reducir el consumo de sustancias como alcohol o tabaco, y controlar el consumo de productos de origen animal ricos en grasas saturadas ya que favorecen considerablemente la aparición de estos radicales. También evitar el estrés es fundamental para muchos problemas además de la posible aparición de radicales libres.
Pero, ¿cuáles son los compuestos antioxidantes?
Entre los compuestos antioxidantes destacan dentro de las vitaminas la vitamina E, uno de los antioxidantes más importantes presente en los aceites protegiéndolos del enranciamiento producido por la oxidación de los ácidos grasos. Otra vitamina con efecto antioxidante es la vitamina C, muy presente en alimentos como los pimientos, la acerola y, por supuesto, los cítricos como naranjas, pomelos, kiwis o limones. Por último y no menos importante, encontramos también los betacarotenos, precursores de la vitamina A, los cuales previenen la aparición de cáncer sobre todo de pulmón y estómago. Poseen gran cantidad de betacarotenos el brócoli, la zanahoria, la calabaza y las espinacas, entre otros.
Los minerales también son potentes antioxidantes. Entre ellos encontramos el selenio, tiene una función fundamental y es la de intervenir en el proceso de síntesis de glutatión, un potente antioxidante, además, este mineral es muy importante en la prevención de cáncer de próstata, colon y pulmón, que podemos encontrarlo en cereales como la avena o arroz integral y frutas como los melocotones; el zinc, es otro mineral importante que está presente en el apio, espárragos, higos, etc.; y por último, entre los minerales destacamos el cobre presente en frutos secos y legumbres.
Otros elementos antioxidantes son los flavonoides, componentes importantes en frutas y verduras; el licopeno, que aporta el color rojo a los tomates; y las clorofilas.
¿Qué ocurre con los suplementos? ¿Son buenos o malos?
En ocasiones, como es el caso de patologías como el EPOC, se necesita suplementar los antioxidantes. Estos suplementos suelen estar compuestos por un conjunto de las vitaminas y minerales que hemos citado antes, además de otros compuestos que ayudan en la prevención de la oxidación y mejora de otros procesos, como son las sustancias coenzima Q10, otros polifenoles, etc. No obstante, hay que tener cuidado con estos suplementos, no se recomienda una ingesta habitual de los mismos ya que a pesar de los efectos beneficiosos que tienen los antioxidantes y la potenciación que adquieren gracias a la suplementación, un consumo prolongado puede ser incluso contraproducente y favorecer la aparición de los efectos que se pretende prevenir como es la aparición de cáncer u otras patologías graves. 
Es decir, que los antioxidantes se tienen que tomar en su justa medida, no por tomar mayor cantidad de antioxidante vamos a tener un mayor efecto y protección sino todo lo contrario. En dosis elevadas se vuelven tóxicos y en vez de actuar como antioxidantes, ayudando al organismo a disminuir el número de radicales libres, actúan como oxidantes aumentando los mismos, lo que intentamos evitar al final lo agravamos.
Por lo tanto, siempre hay que mantener una alimentación saludable, incorporar alimentos ricos en antioxidantes a nuestra alimentación, disfrutar de los colores, olores y sabores de estos alimentos y por supuesto realizar actividad física con regularidad. Ese es mi consejo para prevenir la mayoría de las enfermedades, como alguien dijo alguna vez “somos lo que comemos” y además cómo vivimos.
Con esto me despido. Nos vemos en el siguiente post. :)
Realizado por Tamara Valencia Dueñas

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