¡Buenos días! Con un título tan polémico iniciamos el
post de hoy, ya que la semana pasada llegó una de las noticias más alarmantes
para la salud, la OMS (Organización Mundial de la Salud) informó sobre la crisis de salud que llegará a Europa en
2030, no es nada nuevo que la
obesidad es la pandemia del
siglo XXI, y los datos que da esta organización no son para nada halagüeños.
La oficina regional europea ha
presentado una proyección sobre el impacto de esta enfermedad para dentro de 15
años, es decir, para 2030, que pinta un futuro
bastante negro para los sistemas sanitarios, ya que se estima que seis de cada diez mujeres y siete de cada
diez hombres padecerán sobrepeso.
El informe sitúa a España
entre los países donde se espera un incremento importante de sobrepeso,
con aproximadamente un 30% de obesidad afectando al 36% de los hombres y al 21%
de las mujeres, y un 70% de sobrepeso afectando al 80% de los hombres y al 58%
de las mujeres. No obstante, será en
Irlanda y en Grecia donde se producirán los mayores índices de sobrepeso ya
que, según las previsiones de la OMS, afectará al 89% de los hombres irlandeses
y el 77% de los griegos en 2030.
Incluso
en países que tienen a día de hoy una baja prevalencia de obesidad, como es el caso de Suecia, las estadísticas de la OMS muestran un incremento en los datos de sobrepeso y
culminan con que serán pocos los países europeos que reduzcan o estabilicen los
datos de obesidad que sufrimos a día de hoy.
Parece ser que los Países Bajos, será de
los pocos al que la epidemia no afectará, debido a que los datos estiman que
mejorará los valores de sobrepeso y obesidad que tiene actualmente.
Puede resultar chocante que junto con
España, se sitúen en la cabecera de los países europeos a los que más va a
afectar la pandemia, Irlanda y Grecia, que son países a los que la crisis
económica ha empobrecido radicalmente a la población más humilde, dando lugar a un menor poder adquisitivo de la población, y por tanto, un
peor acceso a los alimentos más sanos, por así decirlo.
Los productos frescos, tales como
carnes, pescados, frutas y verduras, cada día son más caros, lo podemos ver
mientras hacemos la compra, aquel kilo de
manzanas que hace dos años nos costaba “x” ha pasado a costarnos a día de hoy
el doble, por ejemplo; mientras que en los
supermercados los productos precocinados, con altas dosis de ácidos grasos
saturados, azúcares, sal, etc. siguen teniendo un coste bastante “económico” por lo que es más fácil tirar de este tipo
de productos que no van a encarecer la cesta de la compra.
Y no sólo eso, nuestro
patrón alimentario se aleja de la ya famosa y conocida dieta mediterránea
siguiendo una cultura más americana de consumismo, donde el
refresco y la comida rápida dejan de lado el agua y la comida de puchero que
lleva horas y horas de cocción.
Con ello, la obesidad
se expande silenciosa pero para nada invisible, desde los organismos europeos y
los países miembros deberían intentar poner remedio, apostando por verdaderos
planes de salud pública, así como la inclusión de profesionales totalmente olvidados por las instituciones.
Y en este momento es cuando me sale la vena reivindicativa, aludiendo al Señor
ministro de Sanidad, Política Social e Igualdad, y sin olvidarme, de los que
realmente tienen las competencias en materia sanitaria, señores y señoras
consejeros de Sanidad de las 17 Comunidades Autónomas españolas, y de sus 17
sistemas sanitarios diferentes, sólo me queda decir que los dietistas-nutricionistas así como técnicos en dietética existimos.
Se pueden ver los datos,
Países Bajos es uno de los países donde la pandemia parece que no va a afectar,
un país donde esta profesión se incluye en el sistema sanitario,
justamente en la atención primaria, donde debe residir y cobrar fuerza la
figura del nutricionista. Países Bajos cuando
empezó la crisis, una manera de reducir su gasto fue sacar del sistema de salud
a los profesionales en alimentación, lo cuales presentaron a su gobierno un
estudio con lo que se llega a ahorrar el país si se recurre a los
nutricionistas, y se volvieron a readmitir.
La obesidad no es juego, es una
enfermad; como la mecha de un petardo, a medida que se va consumiendo esa mecha,
aparecen nuevas enfermedades relacionadas con la primera tales como enfermedades cardiovasculares, diabetes, trastornos del
aparato locomotor, como la artritis, y algunos tipos de cáncer como el de mama
y el de colon.
Como es España el país en el que me toca
vivir y pelear, piensen un poco ustedes, señores políticos, que estamos ante una de las crisis sanitarias más importantes del siglo
XXI, una crisis que no se puede parar, pero… con intención, con una buen
programa de salud pública, con nutricionistas en centros de salud, podemos al
menos cambiar las cifras y que el gasto sanitario derivado de la obesidad y de
sus patologías asociadas no se dispare.
Estas son las cifras de la pandemia, y con esto me
despido, sabiendo que queridos lectores, suyas son las conclusiones. Nosotros
nos vemos el próximo viernes en la cocina para preparar algo muy típico de San
Isidro, patrón de los madrileños.
Realizado por Jorge Ibarra Morato
Fuentes
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