Hoy en Nutrición para peques queremos hablaros de la importancia de los abuelos en la alimentación de los más pequeños, coincidiendo con que el 1 de octubre se conmemora el día internacional de las personas mayores desde 1990, a propuesta de la ONU. En España, desde 1998 se conmemora este día el 26 de julio.
Los abuelos no sólo cuidan de los nietos, sino que también juegan un papel esencial en conseguir una buena y equilibrada alimentación en los niños, ya que son los que fomentan y mantienen la dieta mediterránea. Y es que, como consecuencia de la cada vez más ocupada vida de los padres a nivel laboral, incluso el sustento de muchas familias en desamparo social, los abuelos son los que habitualmente corren a cargo de una de las comidas o cenas durante la semana de los más pequeños, y de toda la familia, manteniendo con poco dinero la alimentación más tradicional.
En la sociedad actual, el consumo de platos tradicionales como cocidos, lentejas, potajes, etc. dejan paso a platos de elaboración rápida y sencilla, ya que la mayoría de los padres, ya sea por prisas o por facilidad, prefieren dejar de consumir y preparar los platos que han acompañado durante muchos años la alimentación española para entrar en juego el abuso en el consumo de carnes, platos precocinados, dulces, etc.
En este sentido, los abuelos favorecen que los niños aprendan los alimentos que componen la dieta mediterránea, ya que más de la mitad de los abuelos consume tres piezas de fruta al día, y tres y cuatro veces a la semana preparan verduras y pescado. Sin olvidarnos de los platos de cuchara, un plato calórico pero único donde se pueden juntar todos los nutrientes necesarios en una comida, carbohidratos, lípidos y proteínas.
El problema viene cuando los abuelos consienten a sus nietos y les permiten elegir la comida que prefieren o les preparan sólo aquello que saben que les gusta, evitando alimentos más problemáticos como pescado, verduras o legumbres, alejándonos de un patrón mediterráneo.
Os recordamos que para mantener una dieta equilibrada tanto en los adultos como en los más peques debemos seguir las recomendaciones de consumo de alimentos.
En las comidas principales, siempre debe existir una o dos raciones de: cereales (pan, pasta, arroz, etc.), verduras (al menos una ración debe ser cruda) y frutas (siendo el postre habitual); es decir, aquellos alimentos que se encuentran en la base de la pirámide.
A continuación, encontramos los lácteos, con un consumo de 3 a 4 raciones diarias, eligiendo en los niños con un peso normal los lácteos enteros, y aquellos con sobrepeso y adultos un consumo de lácteos desnatados.
Según vamos subiendo en la pirámide, encontramos las legumbres, pescados, huevos y carne (preferiblemente elegir la carne blanca que es la menos grasa). Estos alimentos se ingieren de manera alternativa; así, por ejemplo, encontramos de 3 a 5 veces por semana el pescado y la carne (consumiendo más pescado que carne), 3-4 veces los huevos y 2-3 las legumbres, siendo estas últimas las que menos se cumplen las raciones aconsejadas.
En el vértice de la pirámide, y por lo tanto los alimentos que se deben comer de forma ocasional, encontramos las carnes grasas, los derivados cárnicos y la pastelería y bollería.
Y con esto nos despedimos, no sin antes dar las gracias a todos los abuelos que consiguen que el patrón de la dieta mediterránea siga vivo.
Nos vemos en próximos post. ¡Ser felices!
Realizado por Jorge Ibarra Morato
Fuentes
Conocimientos adquiridos durante la Diplomatura de Nutrición Humana y Dietética.
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