¡Buenos días! Hoy es el Día Mundial del Corazón y aunque ya hemos
hablado de la hipertensión,
de la hipotensión
y de algunas cardiopatías
en otras ocasiones, hoy quería recalcar la importancia de la alimentación a la
hora de prevenir problemas cardiovasculares. Para ello he seleccionado algunas
vitaminas y minerales de los que ya hemos hablado en algún momento en el blog,
para recalcar su importancia en la salud cardiovascular.
Vitamina C
La vitamina C es el antioxidante más conocido y del que más se
habla; es precisamente por esto por lo que ayuda al mantenimiento de arterias y
venas, y a prevenir posibles coágulos. Este poder antioxidante previene del
daño oxidativo muy presente en las enfermedades cardiovasculares.
La vitamina C se encuentra casi exclusivamente en frutas y verduras. Los
alimentos en los que abunda son: guayaba, kiwi, mango, piña, caqui, cítricos,
melón, fresas, bayas, pimientos, tomate, brásicas (verduras de la familia de la
col) y espinacas.
Vitamina E
La principal función de esta vitamina es la de actuar como vitamina antioxidante.
De esta manera, el α-tocoferlo actúa como un
potente antioxidante lipofílico y supresor del daño oxidativo en membranas,
lipoproteínas y tejidos. Además, ejerce de protector frente al proceso aterogénico, debido a que actúa sobre la enzima reguladora de la
síntesis del colesterol, reduciéndola y, en consecuencia, descendiendo los
niveles de colesterol sérico. Además, evita la formación de trombos que
dificultan la circulación en los vasos sanguíneos. Por esto disminuye el riesgo
de padecer un infarto de miocardio, angina de pecho o embolias.
La vitamina E puede encontrarse en
múltiples alimentos, entre los que destacan los aceites vegetales como el de girasol y maíz, y en granos de cereales
y frutos secos principalmente.
Vitamina B9 o ácido fólico
Es una vitamina conocida comúnmente por su
efecto beneficioso en la prevención de la espina bífida durante el período de gestación
pero también actúa sobre el sistema circulatorio.
Durante el desarrollo del feto esta
vitamina reduce el riesgo de padecer defectos cardíacos, además de la prevención de la anemia megaloblástica, teniendo en cuenta que el ácido fólico se necesita
para la formación y maduración de eritrocitos y leucocitos en la médula
espinal.
Posteriormente es importante en la
prevención de enfermedades del corazón y derrames cerebrales, ya que reduce
los niveles de la homocisteína,
responsable de dichas enfermedades, niveles elevados de este compuesto supone
un factor de riesgo para las enfermedades del corazón.
Las principales fuentes alimentarias de
folatos son las verduras y hortalizas de hoja verde, aunque también los vamos a encontrar
en legumbres, frutos secos, diversas frutas, cereales integrales y levadura de
cerveza.
Vitamina A
La vitamina A o retinol previene
la formación de placa en las paredes de las arterias. La placa de ateroma se forma por oxidación del
colesterol LDL al reaccionar con el oxígeno.
En la alimentación encontramos esta
vitamina en la porción grasa
de muchos productos animales,
aunque se habla más del contenido de carotenos (precursores de esta vitamina) y
su presencia en el reino vegetal. No hay que perder de vista los productos de
origen animal, pero es cierto que en sinergia con otros nutrientes se puede
aprovechar mejor esta vitamina de frutas y verduras
con carotenos. Por ejemplo, poseen gran cantidad de beta-carotenos el brócoli,
la zanahoria, la calabaza y las espinacas, entre otras.
Los minerales también son potentes
antioxidantes e importante en la prevención de enfermedades cardiovasculares.
Entre ellos encontramos el selenio,
que podemos encontrar en cereales como la avena o arroz integral, y frutas como
los melocotones.
El magnesio también influye sobre el sistema cardiovascular y
circulatorio interviniendo en la contractibilidad del corazón; es un mineral cardioprotector,
antiisquémico, vasodilatador y antiinflamatorio. En el sistema sanguíneo además ejerce funciones
antitrombóticas, estabiliza eritrocitos y aumenta la producción de leucocitos.
Este mineral abunda en frutos secos y
granos de cereales integrales principalmente, aunque también está presente en
frutas, verduras y hortalizas.
Por último, aunque no menos importante, el
calcio ayuda a controlar la tensión arterial actuando con el resto de minerales. Fuentes
importantes de calcio son, sobre todo, la leche y sus derivados, pero también contienen
cantidades significativas los frutos secos y ciertas variedades de verduras y
hortalizas, sobre todo aquellas de hoja verde.
Después de conocer dónde encontrar estas
vitaminas y minerales, podemos afirmar que no existen alimentos milagro para la
prevención o el tratamiento de problemas cardiovasculares. Volvemos a la
premisa que llevamos defendiendo desde el principio, es
fundamental llevar una alimentación variada y equilibrada con el fin de
conseguir una óptima salud.
Con esto me despido, nos vemos en el
próximo post. :)
Realizado por Tamara Valencia
Dueñas
Fuentes
Nutrición
y alimentación humana. 2ªed.
Mataix J. Ergon 2009.
Nutrición
y dietética. Martin Salinas Cm Días Gómez
J, Montilla Valeriano T, Martínez Montero P. Ediciones DAE (grupo Paradigma)
2000.
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