Buenos días, hoy vamos a conocer un poco más sobre la vitamina
C, desde su historia marinera y el escorbuto hasta las múltiples
funciones que llega a ejercer. ¡¡Empezamos!!
En el siglo XVI, Sir Richard Hawkins descubrió que las naranjas y limones
eran eficaces para el tratamiento del escorbuto en los marineros ingleses, tal
descubrimiento permaneció oculto hasta el siglo XVIII, en que James Lind
redescubrió el poder curativo de los cítricos. En 1795, la armada inglesa
decretó que todos los navegantes ingleses debían de tomar jugo de limón en las
singladuras de larga duración.
El factor antiescorbuto fue aislado y nombrado ácido hexurónico en 1928
por Szent-Gyorgyi, después de hallarlo en el tejido suprarrenal, en las
naranjas y en la col. En 1932, él y C. Glenn King demostraron que el ácido
hexurónico era la vitamina C. Dicha vitamina fue sintetizada por primera vez en
1937 por Reichstein.
La estructura del ácido ascórbico o
vitamina C, corresponde a una forma oxidada de la glucosa.
Se
trata de un antioxidante hidrosoluble que no puede ser sintetizado por el ser
humano a partir de la glucosa, al carecer de la enzima necesaria para convertir
la L-gulonolactona en ácido L-ascórbico. Esta deficiencia enzimática en muchos
mamíferos, hace que la vitamina C sea un micronutriente esencial.
Absorción y metabolismo
El ácido ascórbico se absorbe en el intestino delgado, en el
íleon, a través de dos vías:
- Mediante transporte activo, para el cual se requiere ATP.
- Mediante difusión facilitada, para lo cual es necesario que el ácido ascórbico se convierta en ácido dehidroascórbico. Una vez que el ácido dehidroascóbrico se encuentra en el epitelio intestinal se reduce transformándose de nuevo en ácido ascórbico.
La absorción de la vitamina C es
dependiente de la dosis, es decir, cuando la ingestión es baja, de entre
20 y 120 mg, cerca del 90% de ésta se absorbe, mientas que cuando la ingestión
de la vitamina aumenta, la absorción disminuye considerablemente. La biodisponibilidad de la
vitamina C en los alimentos es muy similar a la del ácido ascórbico sintético
puro, se ha observado que las dietas altas en zinc o pectinas disminuyen la
absorción de vitamina C.
Parte de
la vitamina que es absorbida en el intestino puede ser degradada para formar dióxido
de carbono y finalmente ser eliminada por vía pulmonar. La proporción de ácido
ascórbico que no se absorbe resulta ser la causa de los trastornos
gastrointestinales asociados a la ingestión de altas dosis de vitamina C. Por
otro lado, existe otro mecanismo para regular el estado del ácido ascórbico en
el organismo; cuando así se requiere, el ácido ascórbico se reabsorbe
eficientemente en el riñón gracias a un sistema de transporte activo
dependiente de sodio y cuando la ingestión excede la necesidad de ácido
ascórbico, éste no es metabolizado y se excreta por orina.
El
ácido ascórbico no necesita de ningún transportador para viajar por la sangre,
lo hace de forma libre en forma de ascorbato, sin embargo para ser transportado
al interior de las células se puede transformar en ácido dehidroascórbico y
transportarse mediante un acarreador de sodio. El transporte mediante este
acarreador se realiza entre 10 y 20 veces más rápido que el ácido ascórbico.
Se
ha demostrado que, en la célula, la insulina promueve la absorción de ácido
dehidroascórbico y la glucosa lo inhibe. Por ello, los pacientes diabéticos
tienen concentraciones anormalmente elevadas de este compuesto.
En
cuanto al metabolismo, en
los humanos el ácido ascórbico se metaboliza por oxidación a ácido
dehidroascórbico, por hidrólisis a ácido dicetogulónico y por
descomposición a varios compuestos entre los que se encuentran el ácido oxálico
y el ácido treónico, la L-xilosa y el sulfato-2 de ascorbato. Todos estos
metabolitos se eliminan por vía urinaria.
Debido a que las formas oxidadas de vitamina C se reducen
fácilmente, es poca la cantidad de vitamina que se cataboliza y se transforma
en metabolitos de desecho. Con ingestiones muy bajas o nulas no se
excreta la vitamina sin metabolizar, aunque hay una pérdida metabólica
obligatoria de varios miligramos al día. La ingestión de 8 a 10 mg diarios de
vitamina C es suficiente para compensar el catabolismo.
La mayor cantidad de vitamina C se encuentran en la glándula
pituitaria, en las glándulas suprarrenales, en los leucocitos, el páncreas, los
riñones, el bazo y el cerebro.
La
vitamina C es necesaria para una amplia diversidad de funciones biológicas. Actúa
como antioxidante en el sistema de protección contra radicales libres, en
conjunción con la vitamina E, a la que puede contribuir a regenerar.
Una
de sus funciones principales es participar en el proceso de síntesis del
colágeno, que es una de las proteínas estructurales más abundante. El
colágeno está distribuido especialmente en la piel, los huesos, los cartílagos
y el tejido conjuntivo.
Participa en las
reacciones de otros muchos compuestos, incluyendo la tirosina, ácido
fólico, histamina y ácidos biliares. Tiene influencia sobre las funciones de defensa del
organismo frente a agentes infecciosos, potenciando los mecanismos
inmunitarios, la cicatrización de las heridas y las reacciones alérgicas y,
también, manifestando una clara potenciación de las defensas frente al cáncer.
El
ácido ascórbico interviene
en el metabolismo lipídico y en
el proceso de modificación del grado de instauración de los ácidos grasos.
Cuando es ingerido como tal o presente en los alimentos vegetales, aumenta la
absorción del hierro inorgánico cuando los dos nutrientes se ingieren juntos.
También,
el ácido ascórbico participa
en la excreción de algunos elementos tóxicos como el
níquel, plomo, cadmio y selenio, y disminuye la captación intestinal de cobre y
aumenta la de selenio, así como la de hierro.
Requerimientos y toxicidad
Las reservas corporales varían en proporción directa con la
ingesta, aunque la relación no es lineal. La vitamina C se retiene poco en el
cuerpo cuando falta una ingesta continua, por lo que debe aportarse de forma
diaria.
La RDA se ha fijado de modo tradicional en un nivel que evite
los síntomas del escorbuto durante varias semanas con una dieta carente de
vitamina C. Se requieren mayores ingestas de vitamina C para mantener los
niveles plasmáticos normales cuando hay estrés emocional o ambiental agudo,
como traumatismo, fiebre. Las necesidades diarias de los fumadores son más
elevadas, hasta 100 mg cuando menos.
En
términos generales, las necesidades diarias recomendadas de vitamina C son:
- En niños: 55 mg al día.
- En adultos: 60 mg al día.
La
megadosis de vitamina C, puede producir alteraciones de la flora intestinal,
diarrea y un indeseado incremento de la absorción de hierro, que puede llevar a
la peligrosa acumulación excesiva de dicho metal. El exceso de ácido ascórbico se excreta en la orina, puede dar
reacciones falsamente positivas para el azúcar.
Deficiencias
El déficit agudo de vitamina C es el escorbuto, se puede observar
en humanos después de un mes y medio y tres meses sin aporte nutricional de la
vitamina.
Algunas infecciones o la diarrea prolongada pueden favorecer la
aparición del déficit de ácido ascórbico. Los síntomas más frecuentes
cuando existe un déficit de Vitamina C son:
- Irritabilidad.
- Cansancio.
- Dolor articular e inflamación de las articulaciones.
- Hemorragia nasal y gingival (sangrado de las encías).
- Gingivitis (inflamación de las encías).
- Mala cicatrización de las heridas.
- Tendencia a la formación de hematomas.
- Piel áspera y reseca.
- Cabello seco.
- Osteoporosis y huesos frágiles.
- Debilitamiento del esmalte dental.
- Disminución de la capacidad de combatir las infecciones.
- Disminución del apetito.
La vitamina C se encuentra casi exclusivamente en frutas y
verduras. Los alimentos en los que abunda son: guayaba, kiwi, mango, piña,
caqui, cítricos, melón, fresas, bayas, pimientos, tomate, brásicas (verduras de
la familia de la col) y espinacas. Algunos cereales y otros alimentos
vienen enriquecidos o fortificados con vitamina C.
Para aprovechar al máximo el contenido en vitamina C de los
alimentos, los hemos de proteger de la luz, la temperatura, el método de
cocción y del oxígeno del aire, ya que estos factores la destruyen. Por lo
que las mejores fuentes alimentarias de vitamina C son las frutas y las
verduras crudas.
Con
esto me despido hasta el próximo día, espero que os haya gustado. :)
¡¡Un
saludo!!
Realizado por Jorge Ibarra Morato
Fuentes
Nutrición
y alimentación humana. 2a ed. Mataix J. Ergon 2009.
Nutrición
y dietética. Martin Salinas C, Díaz Gómez J, Montilla Valeriano T, Martínez
Montero P. Ediciones DAE (grupo Paradigma) 2000.
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