¡Buenos días! Hoy en el blog os
traemos uno de los artículos científicos más recientes. Siempre se ha hablado
que la
nutrición debe evolucionar de lo general a lo personal, y que en un momento dado la alimentación debe
ser personalizada para cada persona; hasta ahora no se ha llegado a tal punto,
pero parece
ser que cada día este concepto está más cerca.
Bien es cierto que dos personas no
son iguales, y de ahí partimos para que dos dietas no sean iguales. ¿Pero qué
tiene que ver todo esto con un estudio científico?
El estudio
realizado por el Instituto de Ciencia Weizmann de Israel, fue publicado el pasado jueves en la revista
científica Cell, donde se demuestra
que la nutrición personalizada ayuda a las personas a identificar qué alimentos
pueden mejorar o empeorar su salud.
Hay que dejar de lado una nutrición
universal, que para empezar no existe, y centrarnos en una alimentación
totalmente personalizada. Siempre hemos oído que “fulanito come cualquier cosa
y no engorda y yo con un trocito de nada se me ha ido todo al michelín”. Pues
bien, el estudio que os traemos hoy aborda este tema, ya que los mismos
alimentos no necesariamente tienen el mismo efecto en todas las personas.
Para ello se
evaluaron los niveles de azúcar en sangre de 800 personas durante más de una
semana. Se usó una aplicación
de smartphone para registrar todas las actividades diarias que realizaban los
participantes, incluyendo los alimentos que consumían, mientras unos monitores
de glucosa rastreaban los cambios en el azúcar en sangre tras las comidas.
Además, se recogieron datos sobre el estado de salud de los participantes
a través de cuestionarios, y se realizaron medidas corporales y análisis de
sangre.
Junto a ello, los 800 participantes tuvieron
que entregar una muestra de heces para analizar la microbiota intestinal. Ya
que estudios recientes sugieren que las composición de la microbiota está
relacionada con la obesidad, así como con la diabetes.
El estudio se enfocó en los niveles
de azúcar en sangre de las personas dos horas después de consumir una comida,
algo que también se conoce como la respuesta de glucosa postprandial.
De ahí parten las dietas de índice
glucémico bajo, que indican a las personas que eviten los alimentos que tienden
a desencadenar un gran aumento del azúcar en sangre. La lista de alimentos a
evitar incluye el pan blanco, las patatas o ciertas frutas.
Pero los investigadores encontraron varias sorpresas durante
el estudio ya que por un lado, observaron una amplia variabilidad en las
respuestas de azúcar en sangre cuando ofrecían a las personas comidas
idénticas, y por otro, que con el consumo de pan blanco, algunas personas no
mostraron casi ningún cambio en la glucosa, mientras que otras mostraron una
gran respuesta.
No obstante y como ya se conocía,
la edad y el IMC están asociados a los niveles de azúcar en sangre después de
las comidas. Además, se observó que en la
microbiota hay microbios concretos correlacionados con lo que se eleva el
azúcar en sangre después de las comidas.
A nivel dietético, durante el estudio los participantes se
alimentaron normalmente, pero los investigadores les ofrecieron desayunos
idénticos para poder comparar sus respuestas a la misma comida tras un ayuno.
En general, hubo una variación inmensa en las
respuestas de azúcar en sangre ante alimentos particulares, dependiendo de la
persona. Los
investigadores cuentan que “una
mujer de mediana edad con obesidad y pre-diabetes, que había intentado sin
éxito una serie de dietas durante su vida, se enteró de que sus hábitos
alimenticios considerados hasta el momento como saludables, podían en realidad
estar contribuyendo al problema. Sus niveles de azúcar en sangre se dispararon
después de comer tomates, lo cual ocurrió varias veces en el transcurso de la
semana del estudio. Para esta persona, una dieta a medida individualizada no
habría incluido los tomates y habría incluido otros ingredientes que muchos de
nosotros no consideraríamos saludables, pero que lo son de hecho para ella”.
Para finalizar,
los investigadores crearon dietas individuales para 26 participantes, mediante
la inclusión de todos sus datos en un algoritmo que predijo qué alimentos
provocarían grandes aumentos en el azúcar en sangre y cuáles no.
Dando resultados
tan paradójicos como que para algunas personas, una buena dieta incluía
alimentos como pizza y patatas. Pero para otras, esos alimentos quedaron eliminados.
El grupo de personas
elegidas se mantuvo con esta alimentación personalizada, o considerada dieta
personal buena, durante una semana y otra semana con la dieta personal
"mala". En promedio, se observó que con las dietas buenas se reducía la concentración
de azúcar en sangre después de las comidas y se alteraba la composición de las
bacterias del intestino.
No obstante, los
efectos de unas semanas no se pueden considerar muy significativos, por lo que hacen falta todavía más estudios a
largo plazo, pero puede ser una primera
piedra para considerar que la alimentación del futuro, totalmente personalizada
para cada individuo, está cada día más en el presente. Además, los
investigadores esperan que el Proyecto de Nutrición personalizada proporcione
por primera vez el perfil completo de la microbiota del intestino delgado, así
como la primera herramienta para predecir la respuesta de la glucosa
individualizada a comidas complejas.
Con los datos que tenemos ahora
mismo podemos concluir que las recomendaciones generales no siempre ayudan, y
no todas las dietas funcionan igual de un paciente a otro. La nutrición, como
cualquier ciencia, está en continuo cambio y lo que hoy es A mañana es B.
Por último os dejo
un vídeo explicativo del estudio, está en ingles subtitulado pero se entiende bastante bien.
Con esto me despido, esperando que en un futuro la
alimentación de cada persona sea su medicina, totalmente personalizada a lo que
su cuerpo pide y necesita, conociendo la microbiota. ¿Y vosotros que pensáis?
Realizado por Jorge Ibarra Morato
Fuentes
David Zeevi, Tal Korem, Niv Zmora, David Israeli,
Daphna Rothschild, Adina Weinberger, Orly Ben-Yacov, Dar Lador, Tali
Avnit-Sagi, Maya Lotan-Pompan, Jotham Suez, Jemal Ali Mahdi, Elad Matot, Gal
Malka, Noa Kosower, Michal Rein, Gili Zilberman-Schapira, Lenka Dohnalová,
Meirav Pevsner-Fischer, Rony Bikovsky, Zamir Halpern, Eran Elinav, Eran Segal: Personalized
Nutrition by Prediction of Glycemix Responses. Cell (2015).
DOI: 10.1016/j.cell.2015.11.001.
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