¡Buenos
días! Recientemente se celebró el día mundial contra el cáncer, una enfermedad
cada vez más común y que según el tipo, tiene un índice de mortalidad bastante
elevado. Por esto, hoy me gustaría hablar de cómo alimentarse cuando se tiene
esta enfermedad y cómo prevenir sus síntomas desde la alimentación.
¿Qué es el cáncer?
La
célula es la unidad funcional básica de todo ser vivo, somos
seres pluricelulares y por tanto, estamos compuestos por miles de millones de
células que trabajan en conjunto para llevar a cabo todas las funciones
necesarias para nuestra vida.
Las
células tienen un periodo de vida limitado; como todo ser vivo, se dividen y
multiplican para dar lugar a nuevas células con el fin de garantizar el
correcto funcionamiento del organismo.
Este
proceso de división deber ser regulado, se deben desarrollar una serie de
mecanismos que controlen esa división, desde cuándo comenzar hasta
cuándo no realizar esa función. Existen otros mecanismos capaces de detectar un daño
celular irreparable que acaba, en consecuencia, en la
autodestrucción de la célula para evitar que dicho error se transmita a las
células descendientes.
Si estos mecanismos
fallan, la célula afectada y sus descendientes inician una división
incontrolada, que con el tiempo dará lugar a un tumor.
Podemos
encontrar dos clases de tumores:
- Tumor benigno: si las células que lo constituyen no poseen la capacidad de invadir y destruir otros órganos.
- Tumor maligno o cáncer: estas células crecen sin control y otras alteraciones como la de adquirir la facultad de invadir tejidos y órganos de alrededor, trasladarse y proliferar en otras partes del organismo.
1.
Displasia. División
descontrolada que desemboca en un cúmulo de células, dando lugar, por lo
general, a un bulto o tumor.
2.
Neoplasia. Las
células dejan de actuar como deben y adquieren nuevas propiedades que
configuran el carácter maligno.
3. Capacidad de invasión. El cáncer
puede extenderse por el organismo, utilizando para ello diferentes vías. Las
más comunes son:
- Propagación local. Las células tumorales invaden los tejidos adyacentes, infiltrándose en ellos.
- Propagación a distancia. Ocurre cuando algún grupo de células malignas se desprende del tumor original donde se generó para trasladarse a otros lugares del organismo, lo que se denomina metástasis. Fundamentalmente, se propagan por los vasos sanguíneos y linfáticos.
Existen
muchos tipos de cáncer, y cada uno va a tener sus propias particularidades así
como una evolución completamente distinta en función de la persona y estado del
tumor.
La
alimentación en el cáncer
La
alimentación mejora la calidad de vida de los enfermos sometidos a terapias
curativas o paliativas. Es un apoyo
importante en los tratamientos curativos, teniendo
como objetivos el mantener un buen estado nutricional, lo que lleva a la mejora
de la calidad de vida, y mejora del estado en general.
Se
trata de que la persona no caiga en una malnutrición
proteico-energética, limitando las posibilidades de éxito clínico
contra la enfermedad. Es por tanto un modo de evitar la pérdida de masa
muscular y reservas grasas, y
prevenir deficiencias a nivel vitamínico y mineral.
El
cáncer puede convertirse en una enfermedad crónica, lo que alarga la vida de
las personas que lo padece, no sin consecuencias ya que el tratamiento supone
importantes trastornos tanto físicos como psíquicos. Sin embargo, mediante una
adecuada alimentación se pueden paliar algunas de las consecuencias de esta
situación.
Cuando
se interviene desde la nutrición es fundamental tener clara la finalidad
de la terapia y, por
tanto, tener
en cuenta que la estrategia de la alimentación se debe plantear a tres niveles:
- Preventivo: se busca mantener, durante el mayor tiempo posible, el buen estado nutricional que presenta en la situación de partida.
- Coadyuvante a otras terapias: en aquellos casos en los que el estado nutricional es deficitario y además se aplican tratamientos antitumorales, se debe aplicar un tratamiento nutricional específico con el fin de afrontar mejor los efectos de dicho tratamiento.
- Paliativo: con el fin de aliviar los trastornos producidos por la enfermedad.
1. Para estados de anorexia
y trastornos del apetito. Hay que asegurar un correcto aporte
nutricional mediante la planificación de comidas pequeñas pero frecuentes a lo
largo del día, asegurando la variedad en el menú. Aunque las comidas sean de
pequeño volumen deberían ser ricas en calorías (sin caer en el error de
alimentos grasos en exceso) y evitar aquellos alimentos de bajo contenido
calórico.
2.
Trastornos del gusto y olfato. Evitar
comidas y alimentos con aromas fuertes como el café, la coliflor, el marisco;
elegir técnicas culinarias sencillas evitando que aumente el olor y sabor de la
comida siempre hay que tender a comidas suaves y poco aromatizadas. El frío
reduce el olor y, en ciertas comidas, el sabor.
3.
Para la boca
seca. Recurrir a líquidos y alimentos blandos; en el
caso de que sean más sólidos, acompañarlos de salsas y siempre, en la medida de
lo posible, comidas templadas. Masticar bien y hacer especial hincapié en la
higiene bucal.
4. Boca y garganta dolorida. Comidas
con texturas blandas es lo ideal, se puede añadir algún tipo de complemento
rico en energía para darle un mayor valor nutritivo. Siempre evitar alimentos
ácidos y ásperos que tienden a irritar aún más.
5. Para las náuseas
y los vómitos. Hay que
tener en cuenta la tolerancia a los alimentos (sólidos, líquidos,
semisólidos…), aconsejando comer lentamente y masticando bien.
6. Diarreas. Evitar
alimentos demasiado grasos, con alto contenido en fibra (ya que ésta favorece
dicho problema), consumir alimentos astringentes y mantener una adecuada
hidratación.
7.
Estreñimiento. En este
caso, es preferible decantarse por alimentos ricos en fibra, además de realizar
un ejercicio ligero, como caminar.
La
alimentación va a consistir en formas culinarias sencillas (a la
plancha y hervidos), y usando salsas suaves sin muchas especias. Al igual que se
deberán escoger alimentos de sabor suave y que se mezclen fácilmente con otros
para que se puedan preparar: pudín, cremas, pasteles de carnes, pasta,
vegetales, etc. Las legumbres se suelen tolerar mejor y
son más fáciles de ingerir en forma de puré.
Todas
estas recomendaciones dependen exclusivamente de los gustos y situación del
enfermo.
Como
resumen, a nivel nutricional se recomienda tomar:
- De 1 litro a litro y medio de líquido al día.
- 2 raciones de proteína por día: carne, pescado, huevo o proteínas de origen vegetal equivalentes.
- De 2 a 3 piezas de fruta al día.
Queda aún un largo camino por recorrer para conocer cómo y por qué se
desencadena el cáncer, pero con cada nuevo descubrimiento damos un paso
adelante en su cura definitiva.
Con
esto me despido :) Nos vemos en el siguiente post.
Realizado por Tamara Valencia Dueñas
Fuentes
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