¡Buenos días! Como cada viernes os
traemos una receta y hoy os proponemos un rico plato de pescado, pero antes,
hagamos una breve presentación del… Bacalao.
El bacalao (gadus morhua) o bacalao del Atlántico, es un alimento de
origen animal dentro de nuestra dieta, de la familia de los
gádidos. A esta familia también pertenecen el abadejo, el carbonero, la brótola y la faneca.
Es un pescado blanco con un bajo contenido graso, característico
de este tipo de pescados. Sin embargo, su grasa es muy apreciada para la
elaboración de aceite de pescado. La grasa se acumula sobretodo en el hígado,
lugar de donde se extrae, por lo que también recibe el nombre de “aceite de
hígado de bacalao”. Debemos tener en cuenta entonces, que este
alimento también aporta colesterol a la dieta muy importante para
el buen funcionamiento celular.
Su carne es rica en proteínas de alto valor biológico muy
recomendable para el correcto crecimiento y desarrollo de los niños ya que
favorece, por sus propiedades plásticas, la función
estructural, inmunológica, enzimática y homeostática (mantenimiento del pH del
organismo); además, posee una amplia variedad de vitaminas y minerales.
Se podría decir que al ser un pescado blanco, poco graso, las vitaminas
liposolubles son prácticamente inexistentes. No obstante, puesto que la grasa
se almacena en el hígado en estos animales, es ahí donde vamos a encontrar un
contenido discreto de vitaminas de este tipo (A, D, E), destacando la vitamina D muy
importante para la estimulación de la absorción de calcio y fósforo importante
para el mantenimiento del sistema óseo, además de intervenir en el crecimiento
celular y funcionamiento del sistema inmune. El calcio además es muy importante
en la transmisión del impulso eléctrico a través de las neuronas dentro del
sistema nervioso.
De las vitaminas
hidrosolubles, destaca el grupo B:
- Vitamina B3, también conocida como niacina, indispensable para el sistema circulatorio. Estabiliza los niveles de glucosa y ácidos grasos en sangre, y reduce el colesterol secretado por el hígado.
- Vitamina B12 o cobalamina, es beneficiosa para las funciones del sistema nervioso. Favorece el mantenimiento de la envoltura de mielina (envoltura gracias a la cual ciertas neuronas que la poseen consiguen transmitir la información, el impulso nervioso, con mayor rapidez). Además, participa en la síntesis de neurotransmisores. No sólo es relevante para el sistema nervioso, esta vitamina participa en la transformación de ácidos grasos en energía, y ayuda a mantener la reserva energética de los músculos. La cobalamina interviene en la formación de glóbulos rojos y la síntesis de ADN, ARN y proteínas.
- Vitamina B6 o piridoxina, el bacalao favorece la formación de células sanguíneas y hormonas, interviene en la síntesis de carbohidratos, proteínas y grasas, y colabora en el mantenimiento de los sistemas nervioso e inmune. Esta vitamina es importante para los procesos menstruales, reduce los niveles de estrógeno, aliviando así los síntomas previos a la menstruación, y en embarazadas, estabiliza los niveles de azúcar en sangre.
Las vitaminas del grupo B, como ya
hemos dicho en otras ocasiones, colaboran unas con otras para
realizar sus funciones, la carencia de alguna va a llevar a un intento
por las demás de equilibrar la balanza; por esto es fundamental que exista un
equilibrio en la ingesta de las mismas, razón por la cual se deba realizar una
alimentación equilibrada en la que estén presentes todos los grupos de
alimentos.
En cuanto a su contenido mineral, destaca el selenio, fósforo y sodio, este último debería
tenerse en cuenta sobre todo en personas hipertensas, aunque no debería ser
excluido ya que también contamos con la presencia de potasio que, por sus
propiedades, contrarresta las del sodio manteniendo un equilibrio.
El selenio es
un mineral cardioprotector, antioxidante y estimulador del sistema inmune, retarda el proceso de
envejecimiento celular. Este mineral trabaja en consonancia con la vitamina E
para realizar sus funciones.
Otro mineral relevante, como hemos
citado anteriormente, es el fósforo,
que además de mejorar el rendimiento intelectual
y la memoria, interviene en la formación de tejidos, y durante la lactancia ayuda en secreción de leche materna, entre otras
funciones.
No debemos olvidarnos de su aporte
de yodo, tan importante para la
glándula tiroides, como hemos citado en anteriores post, el cual interviene en el metabolismo de otros nutrientes.
Ya conocemos a nuestro protagonista
ahora pasemos a la cocina para preparar… Buñuelos de
bacalao
- 200 gr. de bacalao desalado
- 1 diente de ajo
- 1 cebolla pequeña
- 1 huevo y 1 yema
- Perejil
- 1 pizca de sal
- 130 gr. de harina de tempura
- Agua
- Aceite de oliva
Lo primero que hacemos es picar el diente de ajo, la
cebolla y el perejil, los ponemos en un bol y reservamos.
A continuación, picamos el bacalao desalado y lo
añadimos al bol. Después, echamos el huevo y la yema junto con la harina y la
pizca de sal, y vamos removiendo todo a la vez que vamos añadiendo agua hasta
obtener una masa ni demasiado líquida ni demasiado sólida.
Una vez que tenemos la masa preparada, ponemos
abundante aceite de oliva en una sartén y cuando esté caliente con ayuda de una
cuchara vamos añadiendo la masa. Dejamos freír y cuando estén listos nuestros
buñuelos, los sacamos y los ponemos sobre papel absorbente para eliminar el
exceso de aceite.
Y ya tenemos listo nuestros ricos buñuelos de bacalao.
Con esto nos despedimos esperando vuestras
impresiones, feliz fin de semana. :)
Realizado por Tamara Valencia Dueñas
y Jorge Ibarra Morato
Fuentes
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