¡Buenos días! Hoy hablaremos de la diarrea.
La diarrea consiste en una aceleración importante del tránsito intestinal, que
deriva en un aumento de la frecuencia de defecación y el volumen de las heces, las
cuales son generalmente
líquidas o sin forma, debido a que el colon no absorbe correctamente el agua de
los alimentos ingeridos.
Por lo general, no suele haber una causa concreta de su origen y,
normalmente, suele ir asociada a una patología mayor, siendo la diarrea
simplemente uno de los síntomas.

Diarrea aguda
Generalmente asociada a agentes infecciosos ya
sea de tipo vírico, bacteriano o protozoario. No obstante también los fármacos pueden tener un papel relevante en el
origen de este problema, un ejemplo son los laxantes, pero también es
susceptible cualquier fármaco siendo la diarrea un efecto secundario a su
acción principal. El consumo de alimentos, ya sea por intolerancia o por la
ingesta de los mismos en mal estado, son la tercera causa de la diarrea aguda.
Otras causas frecuentes son la intoxicación por metales o la malnutrición.
Para paliar la diarrea aguda:
- Interrumpir el consumo del alimento o fármaco responsable.
- Proporcionar una ingesta adecuada de líquidos y electrólitos con la finalidad de lograr la repleción de volumen y mantenerla.
- Modificar la dieta para mejorar la sintomatología y asegurar una correcta recuperación.
Para tratar nutricionalmente la
diarrea aguda hay que recurrir a una dieta astringente que
estimule lo menos posible las secreciones intestinales y el tránsito
intestinal. Esta dieta, entra dentro de las dietas denominadas progresivas ya
que se van introduciendo los alimentos paulatinamente según se vaya mejorando.
Por lo general habría que:
- Suprimir los alimentos estimulantes del peristaltismo: café, alcohol, chocolate y zumos muy azucarados.
- Evitar los alimentos ricos en fibra insoluble, es decir, la fibra vegetal ya que aumenta el volumen intraintestinal y estimula el peristaltismo.
- Del mismo modo, excluir los alimentos que incrementen el residuo fecal.
- Evitar alimentos lácteos, sobre todo la leche, ya que debido a esta problemática puede haber déficit de lactasa.
- Limitar la grasa ya que estimula el tránsito.
- Evitar los alimentos flatulentos.
- Ingerir los alimentos a temperatura templada ya que los alimentos muy fríos estimulan el peristaltismo.
- Comidas pequeñas y frecuentes.
- Beber abundante líquido.
La dieta se realiza en diversas etapas. Durante las primeras 24 horas, debe ser una dieta líquida dada en
pequeñas cantidades y frecuentes, mediante soluciones de rehidratación oral comerciales o
caseras, agua de arroz, agua de manzana hervida, agua de zanahoria, té y
limonada natural.
En los siguientes 2-3 días se irán incorporando alimentos sólidos con
carbohidratos complejos y sin fibra ni grasa, arroz hervido, sémola de arroz,
patata y zanahoria hervidas (mejor en puré), manzana asada o en compota,
membrillo, plátano maduro, pan tostado.
En los días siguientes se procede a la introducción progresiva de alimentos,
inicialmente pobres en fibra y en grasa y sin lactosa, alimentos animales
(pescado, pollo y pavo). Poco a poco se van incorporando
alimentos, hasta volver a una alimentación normal.
Diarrea crónica
Como he dicho antes, suelen tener una duración superior a dos semanas.
En este caso estarían más asociadas a enfermedades y patologías, sobre
todo aquellas con afectación gastrointestinal.
En este caso, según la problemática pueden precisar cambios dietéticos persistentes, como por
ejemplo, una dieta restringida en lactosa, en caso de deficiencia de lactasa;
dieta baja en grasas, en caso de mala absorción de la grasa; dieta con elevado
contenido de fibra dietética, en caso de síndrome de colon irritable o dieta
sin gluten, en caso de celiaquía.
Para su tratamiento, en caso de
enfermedades temporales se debería, como en la diarrea aguda, asegurar un correcto aporte de líquidos para
asegurar una buena hidratación y un correcto aporte mineral, al menos durante 1
o 2 días.
La dieta debe progresar hasta incluir
alimentos relativamente fáciles de digerir, una dieta blanda,
cuidando que sea baja en grasa y baja en fibra. Tener en cuenta que las comidas
deberán ser frecuentes y poco copiosas. Siempre dejar lácteos para reincorporarlos
al final y siempre introducirlos con precaución.
Existe otro tipo de diarrea, la diarrea del viajero, que como su propio nombre
indica se da cuando se viaja a países en desarrollo.
Por supuesto esto no siempre sucede, se estima que el 40% de quienes viajan a
los países en desarrollo enfermará de diarrea (Koo y DuPont, 2006).
Para que se de este tipo de diarrea, la persona tiene que:
- Estar en estado físico inmunocomprometido.
- Acidez gástrica reducida.
- Susceptibilidad genética (Yates, 2005).
La diarrea del viajero se transmite por aquellos alimentos y bebidas
contaminados con bacterias, virus o parásitos; para reducir el riesgo, se debería evitar:
- Alimentos lavados en agua y servidos crudos.
- Leche no pasteurizada.
- Adobos y salsas.
- Mariscos mal cocidos.
- Carnes crudas o mal cocidas.
- Alimentos de venta en la calle, uno de los factores de mayor riesgo.
- Bebidas carbonatadas embotelladas (si el sello está intacto).
- Alimentos cocidos y servidos a temperatura muy alta.
- Alimentos secos como panes y cereales.
Para finalizar, decir que hay que tener especial cuidado cuando la diarrea afecta a niños
y/o ancianos, ya que se deshidratan con mucha facilidad; por lo que debería
controlarse muy bien el desarrollo de la misma. En el caso de los adultos esto
suele controlarse por sí mismos y aplicando la dieta no suele requerirse un
tratamiento especial o visitar al médico. No obstante sería conveniente acudir al médico si:
- Dura más de tres días.
- Causa dolor intenso en el abdomen o recto.
- Provoca una fiebre de 39°C o más.
- Produce sangre en las heces o heces negras, parecidas a alquitrán.
- Se acompaña de signos de deshidratación.
Realizado por Tamara Valencia Dueñas
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