Hoy os traemos un plato que apetece mucho en esta época de invierno para
entrar en calor. Nos referimos a los caldos pero es muy difícil hablar de
un solo alimento, como hacemos en el resto de recetas, por lo que vamos a
cambiar un poco.
El caldo lo podemos considerar como el
líquido que obtenemos de cocer ciertos alimentos y se puede
hacer de muchas maneras, con carne, con huesos, con verduras… Dependiendo el
tipo de alimento que usemos, vamos a tener un tipo de caldo u otro. Los de
verdura suelen ser caldos poco grasos y ricos en vitaminas hidrosolubles,
aunque parte por la temperatura se pierden. Si usamos patata el caldo va a
espesar por los almidones y no será tan líquido. Los caldos que elaboramos con
huesos y carne van a ser caldos con más cuerpo, debido a la grasa que va a
salir del alimento y pasa al líquido; si usamos hueso de jamón ya no haría
falta añadirle sal. Y así con muchos más alimentos, por ejemplo los de marisco
o pescado nos van a servir para hacer ricas paellas o sopas…
La función principal del caldo no es otra que la
hidratación, es muy importante mantenernos hidratados, como vimos en post
anteriores. El caldo está formado sobre todo por agua, por sales minerales
y por las sustancias hidrosolubles y liposolubles de los alimentos que van a
salir y se van a unir al agua de cocción, enriqueciendo el líquido. A parte de
hidratarnos y proporcionarnos nutrientes, como primer plato resulta muy
atractivo al ser ligero y nos va a ayudar a entrar un poco en calor en estas
fechas.
Pero para conseguir un buen caldo hay que saber hacerlo bien. Añadir los
alimentos en agua fría y esperar a que hierva elevando la temperatura va a
ayudar a que todas las sustancias salgan del alimento. Una vez que vemos que
nuestro caldo está en ebullición bajamos el fuego y dejamos a fuego medio-bajo
el tiempo que estimemos oportuno, no es lo mismo utilizar lumbre, que gas o
electricidad; el resultado sí que es el mismo pero no lo es el sabor.
Y si nos queda mucho caldo, lo podemos mantener en la nevera; es un buen
truco para los caldos donde se usen huesos y carne, el frío va a hacer que la
grasa quede sólida en la parte superior del tupper formando una capa que
resulta fácil de quitar y podemos consumir un caldo menos graso, ya que es un
buen método para desgrasarlo. También tenemos la opción de congelarlo, pudiendo
llegar a durar unos 6 meses.
Ingredientes
- 1 nabo
- 1 apio
- 1 puerro
- 2 zanahorias
- ¼ cebolla
- 3 ramitas de perejil (quitando la parte del tallo)
- Sal
En una olla ponemos 1 litro y medio de agua, añadimos los ingredientes y
un poco de sal (que, de ser preciso, rectificaremos al final si resulta
demasiado soso) y calentamos.
Cuando empiece a hervir, empezamos a contar el tiempo, dejando que hierva
una media hora o 45 minutos.
Al finalizar podemos emplatar de las siguientes formas:
- Servir el caldo en un cuenco con un chorrito de limón.
- Servir el caldo con las verduras, que trocearemos previamente, obteniendo así una sopa de verduras.
- Con el caldo hacer una sopa utilizando arroz preferiblemente antes que cualquier otro tipo de pasta.
Nos vemos en el próximo post :)
Realizado por Jorge Ibarra Morato y Tamara Valencia Dueñas
A diferencia de Mafalda, a mi me encanta la sopa; ya sea vegetal, de ave, de cocido.....
ResponderEliminarGracias por la explicación nutricional y la ilustración de vuestro post.
Un saludo
¡¡Muchas gracias María!! Nos alegra que siempre te gusten nuestros post, y los platos de cuchara en esta época entran muy bien.
ResponderEliminarUn saludo el Equipo de Nutrición a las 6.