¡Buenos días! Entramos en la recta final antes de las
vacaciones de navidad, y en esta penúltima semana vamos a hablar de una
patología, la malabsorción a la fructosa.
Pero antes de empezar debemos saber qué es la
fructosa. La fructosa es un hidrato de
carbono de absorción rápida que consta de una sola molécula, por lo
que se clasifica como monosacárido.
La podemos encontrar en frutas y miel en
su forma liberada y,
unida a la glucosa, forma sacarosa que
es la forma de denominar al azúcar común.
Así que todos los
productos azucarados también contienen fructosa, una vez que se separa de la
glucosa en el proceso de digestión, queda libre y puede dar sintomatología.
¿En qué consiste la malabsorción?
El síndrome de malabsorción de la fructosa se produce por la carencia de suficientes receptores en
la mucosa intestinal que transporten este azúcar y atraviesen la pared hacia el
interior, concretamente de GLUT5.
La malabsorción de fructosa se produce porque hay una disminución del
transportador GLUT5. En este caso, el exceso de fructosa que no se absorbe
sigue avanzando por el intestino hacia el colon, donde reacciona con
la microbiota dando como resultado gases, flatulencias, dolor y distensión
abdominal, diarrea, malestar, etc.
El porcentaje de población que sufre este proceso es
muy variable, ya que puede haber casos muy leves sin apenas síntomas y sin
diagnosticar, frente a otros más severos en cuanto a mayor restricción en
cantidad de fructosa que se puede tomar. El grado de tolerancia es siempre
individual y depende del número de receptores intestinales que se posean.
¿Qué alimentos están implicados en el
síndrome de malabsorción a la fructosa?
Los alimentos que contienen fructosa
libre en su composición y por tanto, mayor implicación tienen en el desarrollo
de la malabsorción son las frutas, la miel y el alcohol.
También existen
algunos elementos en la dieta que pueden mejorar o empeorar la captación de
fructosa por parte de los receptores intestinales implicados en
la tolerancia a la fructosa.
Por ejemplo, si en la dieta también hay glucosa, el
número de moléculas que pueden transportar la glucosa y fructosa aumenta. Esto
quiere decir que aumenta la absorción y, por tanto, aumenta la tolerancia hacia
la fructosa. Por ejemplo, una manera de tomar conjuntamente fructosa y glucosa
es en forma de sacarosa. Así el contenido de fructosa de la dieta sin que
provoque sintomatología puede ser mayor. Aunque hay que tener en cuenta la
tolerancia individual de cada persona. Esto es debido al transportador GLUT2,
que es capaz de transportar tanto glucosa como fructosa, lo que pasa es que la
cantidad de GLUT2 depende sobre todo de la cantidad de glucosa que llegue al
intestino.
Cuanta más glucosa llegue, más cantidad de GLUT2 se
forma. Si tomamos alimentos que llevan bastante glucosa se forma mucho GLUT2 y
entonces, aunque tomemos alimentos que contengan fructosa, no tendremos
molestias, porque esa fructosa se va a absorber. Si no hay glucosa, el
transportador GLUT2 disminuye entorno a un 80-90%.
En cambio, otro elemento
como el sorbitol, usado ampliamente como aditivo en muchos productos
denominados “sin azúcar”, utiliza los mismos receptores que la fructosa y ambas
moléculas han de competir por ellos. De esta manera, en presencia de sorbitol,
la absorción de fructosa se reduce. Por tanto, también es conveniente controlar
el sorbitol en caso de malabsorción de fructosa.
Los alimentos que contienen sorbitol son
principalmente productos “sin azúcar” especiales para diabéticos, golosinas,
chicles y fármacos que lo llevan como aditivo. En estos casos, la vigilancia de
los etiquetados se hace imprescindible. El
sorbitol en etiquetas aparece como (E-420).
Hay que controlar individualmente la cantidad de
fructosa para que no exceda la tolerancia y no se produzcan síntomas, pero
tampoco hay que eliminar sin justificación este azúcar y no tomar frutas ni
verduras con el consiguiente déficit de micronutrientes tales como la vitamina
C, ácido fólico, fibra, etc.
¿Cómo se trata?
Hay que evitar los productos con gran cantidad de
fructosa, y probar la tolerancia con el resto de alimentos que tienen un
porcentaje alto de glucosa como algunas verduras.
Contenido en fructosa de los alimentos
|
||
Grupos
|
Alimentos permitidos por bajo contenido en fructosa
|
Alimentos a evitar por mayor contenido en fructosa
|
Azúcares, edulcorantes y alimentos dulces
|
Glucosa, maltosa, maltodextrina, aspartamo,
sacarina, ciclamato, sacarosa*, chocolate negro (mayor nivel de pureza).
|
Fructosa, sacarosa*, sorbitol (E-420), chicles,
caramelos, gominolas, chocolate, helados, polos, jalea real, miel, mermelada,
dulce de membrillo, alimentos para diabéticos, bollería y galletería.
|
Frutas y semillas
|
Aguacate, papaya, coco, limón, lima, aceitunas,
pipas de calabaza y girasol.
Precaución con: naranja,
mandarina, plátano, kiwi, sandía, melón, mango, granada, uva.
|
Manzana, pera, ciruela, cereza, melocotón, arándano,
caqui, fresa, frambuesa, mora, albaricoque seco, nectarinas, paraguayas,
tomate. Incluido sus zumos naturales y mermeladas.
|
Verduras y hortalizas**
|
Grupo A (< 0.5 gr de fructosa / 100 gr): Acelga,
brócoli, espinacas, apio, alcachofas, berros, tapioca, setas y champiñones,
lechuga, escarola y endibias, patatas viejas.
Grupo B (0.5 – 1 gr de fructosa / 100 gr): Calabacín, calabaza, col, coliflor, espárragos, nabos, pepino, puerro, rábanos, patatas nuevas. |
Grupo C (> 1 gr de fructosa / 100 gr): Remolacha,
zanahoria, coles de Bruselas, berenjena, cebolla, cebolleta, espárragos, maíz
dulce, pepinillos, pimientos, tomate, batata, chirivía, etc., verduras
procesadas enlatadas con azúcares no permitidos.
|
Frutos secos
|
Almendras, avellanas, nueces, castañas, pistachos.
|
Higos secos, pasas, dátiles secos, orejones.
|
Cereales
|
Cereales refinados y sus harinas (trigo, arroz,
maíz, avena, trigo sarraceno, quínoa), pasta blanca, pan blanco no azucarado.
|
Cereales integrales y salvado, cereales azucarados,
con miel o con frutas, harina de soja.
|
Leche y derivados
|
Leche, queso, yogur natural, mantequilla, leche en
polvo no edulcorada.
|
Leche condensada, batidos, helados de frutas, yogur
con fruta o saborizados, bebida vegetal de soja.
|
Bebidas
|
Agua, café, infusiones, cacao, bebidas lácteas sin
fructosa o sorbitol.
|
Zumos de frutas, bebidas alcohólicas, refrescos,
bebidas edulcoradas con fructosa o sorbitos.
|
Carne, huevos y pescados
|
Productos frescos
|
Embutidos, salchichas y patés elaborados con
fructosa o sorbitol, palitos de cangrejo y otros elementos elaborados.
|
Legumbres
|
Lentejas, pequeñas cantidades de garbanzos y
alubias.
|
Guisantes, judías verdes, soja.
|
Salsas, condimentos y especias
|
Sal, vinagre, mostaza, especias, mahonesa casera.
|
Kétchup, mahonesa comercial, vinagre balsámico, nuez
moscada, vainilla, sopas comerciales y todas las salsas que contengan
fructosa o sorbitol.
|
Grasas
|
Aceites y grasas vegetales o de origen animal.
|
*Sacarosa:
probar tolerancia, en caso de molestias retirarla de la alimentación.
** Verduras y
hortalizas: probar tolerancia, se considera un nivel muy alto de contenido en
fructosa cuando el contenido es superior a 3 gr de fructosa / 100 gr de
alimento.
Como recomendaciones generales podemos encontrar que:
- Las frutas mejor toleradas con bajo contenido de fructosa incluyen la naranja, mandarina, plátano, limón, lima, fresa, kiwi, aguacate, mora, uva y melón. No obstante con algunas de ellas hay que probar tolerancia.
- Ingerir alimentos con fructosa en pequeñas cantidades repartidas a lo largo del día, ej. tomar sólo una pieza de fruta o equivalente cada vez, máximo 2-3 piezas al día.
- Las verduras mejor toleradas incluyen acelga, brócoli, espinacas, apio, alcachofas, berros, tapioca, setas y champiñones, lechuga, escarola y endibias. Las patatas viejas contienen menos fructosa que las nuevas.
- Mediante la cocción las verduras pierden fructosa (se pierde en el caldo de cocción, debemos desecharlo), lo que mejora su tolerancia.
- Limitar la ingesta de alimentos con un contenido de fructosa superior al de glucosa así como alimentos que contengan mezclas de fructosa y sorbitol. Esto ocurre en algunas frutas (manzanas, peras, ciruelas, cerezas, melocotones, albaricoques…), zumos de frutas comerciales y algunos dulces (chicles, caramelos, golosinas…).
- Los alimentos de origen animal (carnes, pescados, huevos, leche…) se pueden comer sin problema si no están elaborados. En el procesamiento pueden añadirse fructosa y sorbitol.
- En general se deben evitar bebidas comerciales de frutas (zumos y refrescos) y todas aquellas edulcoradas con fructosa y sorbitol, al igual que las bebidas alcohólicas.
- Muchos medicamentos en jarabe contienen glucosa o sorbitol. Aunque la cantidad ingerida es pequeña y generalmente no provoca síntomas, se debería consultar con el médico por posibles alternativas.
Realizado por Jorge Ibarra Morato
0 comentarios :
Publicar un comentario