¡Buenos días! Se acerca la llegada de sus Majestades los Reyes de Oriente y, en este último festejo que concluye las fiestas navideñas es tradición tomar el Roscón de Reyes.
A pesar de que este dulce es indiscutiblemente navideño hoy en día, lo cierto es que su origen parece tener lugar en la antigua Roma donde se realizaban unas celebraciones paganas en honor a Saturno, dios de la agricultura y cosechas. Durante una semana se festejaba y entre las muchas comidas había un postre a base de miel con forma de torta en donde se introducían frutos secos, dátiles e higos. Siglos después se empezó a introducir un haba que simbolizaba prosperidad y fertilidad a quien lo encontrada.
Cuando la religión cristiana se impuso en el Imperio Romano, muchas de las fiestas paganas fueron desapareciendo, entre ellas las Saturnales, pero no así algunas costumbres como esta de la torta. Llegamos así al siglo XVIII, corte del rey Luis XV. Para contentar al monarca, su cocinero hizo una modificación en la torta y además de introducir la famosa haba, como novedad introdujo un medallón de oro, por lo que el haba dejó de tener el simbolismo original de prosperidad.
En España ya había una tradición, en Nochebuena, de llevar un bollo anisado a la misa del gallo para su bendición. Sin embargo, Felipe V fue quien inició la modalidad de introducir la moneda y el haba dentro.
Tras esta introducción, os imaginareis que la receta que os traemos hoy es un rico Roscón de Reyes
Ingredientes
Prefermento
- 90 gr de harina de fuerza
- 50 ml de leche
- 5 gr de levadura fresca de panadería
Resto de la masa
- 340 gr de harina de fuerza
- 80 ml de leche
- 60 gr de mantequilla
- 2 huevos medianos
- 15 gr de levadura fresca
- La piel de 2 naranjas y 1 limón
- 30 gr de agua de azahar
- 1 palo de canela o 1 cucharada de esencia de vainilla
- Una piza de sal
- 1 huevo
- Azúcar humedecido
- Almendras laminadas
Preparación
1. Prefermento
En un cuenco ponemos la leche templada y diluimos la levadura. En otro cuenco ponemos la harina, hacemos un hueco en el centro a modo de volcán y echamos la leche con la levadura diluida. Comenzamos a amasar bien. Cuando consigamos una bola, tapamos el cuenco y dejamos reposar unas 3 horas cerca de una fuente de calor (el calor hará que la masa crezca más rápido).
2. La masa
Primero le daremos sabor a la leche, para ello ponemos la leche con la piel de 1 naranja y medio limón y el palo de canela o esencia de vainilla al fuego. Cuando hierva, la retiramos del fuego, la colamos y dejamos que temple un poco (ten en cuenta que al colar es posible que obtengas menos de 80 ml de leche, mídelo y añade un poco si te falta). Por otra parte, también vamos a aromatizar el azúcar, para ello ponemos la piel de la otra naranja y la otra mitad de la piel del limón junto con el azúcar en un vaso para batidora y trituramos bien.
A continuación, cascamos los huevos en un cuenco, añadimos el azúcar aromatizado y batimos enérgicamente. En la leche saborizada templada diluimos la levadura. Ponemos en otro cuenco toda la harina, hacemos un hueco en el centro e incorporamos la mezcla de los huevos y la leche saborizada con la levadura. Comenzamos a mezclar, de dentro hacia afuera. Añadimos la mantequilla a temperatura ambiente, la esencia de azahar y la masa madre, y continuamos mezclando. La masa que vamos obteniendo es pegajosa pero firme. Cuando obtenemos una bola, tapamos la masa y dejamos reposar hasta que la masa duplique su volumen.
3. Damos forma de roscón
Espolvoreamos un poco de harina en la encimera (o superficie de trabajo), nos engrasamos las manos con aceite, cogemos la masa y la amasamos un poquito para desgasificarla. Dejamos reposar 15 minutos y pasamos a darle forma de roscón. Para ello, introducimos los dedos en el centro de la masa y la vamos levantando dando vueltas, con su propio peso la masa se irá estirando y quedando redonda. Cuando hayamos obtenido la dimensión adecuada, lo colocamos sobre el papel para hornear en una bandeja para horno. Pincelamos con huevo el huevo batido (si añadimos unas gotitas de leche, cuando lo horneemos no se nos quemará) y dejamos reposar 2 horas para que vuelva a doblar su volumen. Cuando haya leudado, volvemos a pincelar con huevo y añadimos el azúcar húmedo y las almendras laminadas.
4. Horneamos
Con el horno precalentado a 200oC, horneamos durante 15-20 minutos hasta que la superficie esté doradita. Si vemos que se tuesta demasiado, cubrimos con un trozo de papel de plata.
Con esto me despido hasta el próximo día. Espero que hayáis sido buenos y sus majestades os traigan todos vuestros deseos.
Realizado por Cristina Vallespín Escalada
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