¡¡Buenas tardes!! Ya está aquí nuestra primera receta después de la renovación del blog, que mejor que empezar por un molusco que suele gustar a todos, hoy hablamos del calamar.
El calamar (Loligo vulgaris) es un molusco cefalópodo, que significa pies en la cabeza, clasificado dentro de los decápodos por poseer diez brazos (8 cortos y 2 largos), y perteneciente a la familia Loliginidae. El origen de su nombre proviene de su concha interna, reducida a una fina lámina transparente, en forma de “pluma”, y de la bolsa de tinta que posee, pareciéndose a un tintero antiguo o «calamario» (calamarius, en latín vulgar).
Este cefalópodo se caracteriza por su cuerpo musculoso, alargado con forma de cilindro comprimido y afilado, terminado con dos aletas triangulares negras, a modo de torpedo. Formado por dos regiones: la cabeza, cercana a los brazos, donde se hallan los ojos con párpados transparentes y la boca; y el manto, donde se aloja la “pluma” o esqueleto de naturaleza córnea, indicio de la concha de otros cefalópodos, que fortalece al animal y participa en su movimiento.
Los dos brazos más largos o tentáculos son móviles y flexibles, con ventosas rodeadas de anillos de garfios, y los extremos en forma de paleta, que le sirven para capturar a sus presas y llevarlas a los brazos más cortos, que las sujetan hasta que son desgarradas por sus mandíbulas en forma de pico curvado. Las dos aletas triangulares, formando un rombo, se extienden desde el extremo final hasta la mitad del cuerpo. Con gruesas fibras musculares en el manto que le permiten contraerse y relajarse para tomar agua y expulsarla en forma de chorro para su propulsión. Caracterizado por su “flotación dinámica”, necesita nadar constantemente para no hundirse. Son excelentes nadadores, realizando cambios bruscos de orientación, dependiendo de la dirección de expulsión del agua. También utiliza su mimetismo y su tinta como sistemas de defensa.
Tienen sus sexos separados, diferenciados por un tentáculo específico para realizar la fecundación. Suelen medir entre 10 y 25 cm. Los machos son generalmente más grandes que las hembras, y éstas crecen más rápidamente.
En relación a su contenido nutricional, podemos ver que el calamar es rico en proteínas, ácidos grasos omega 3, colesterol, selenio, yodo, hierro, fósforo, niacina, vitamina B12 y vitamina E.
El calamar destaca por su altísimo contenido en proteínas de buena calidad, aportando por tanto la mayoría de aminoácidos esenciales. Además, es bajo en grasas y calorías, a excepción de su contenido en colesterol, que es algo elevado, por lo que aconseja consumirlo con moderación, por ejemplo una o dos raciones a la semana son buenas cantidades para disfrutar de los diferentes beneficios del calamar.
Respecto a su contenido en micronutrientes, destaca por su contenido en minerales, entre los que podemos encontrarnos con el potasio, magnesio, zinc, fósforo, hierro y manganeso. Además respecto a las vitaminas, aporta cantidades muy significativas de vitamina B12, significativas de vitamina E, y moderadas de niacina.
Por todo ello podemos considerar que el calamar es beneficioso para todo el organismo ya que colabora en la formación de las células, promoviendo el crecimiento de las mismas e incrementando las defensas de nuestro sistema inmunológico, además colabora en la formación de los huesos, cartílagos y dientes.
Y tras conocer un poco más sobre este rico molusco, pasamos a cocinar unos ricos… Saquitos de Calamares
Ingredientes
- 200 gr arroz
- 1 Kg de calamares
- 20 gr de aceite de oliva
- 2 cebollas
- 2 dientes de ajo
- 3 hojas de laurel
- 100 gr de tomate triturado (o frito)
- 200 gr vino blanco
- 2 cucharadas de harina
- 4 bolsitas de tinta de calamar
- Sal
- Pimienta
- Masa filo
- Cebollino en tiras
Primero, ponemos un poco de aceite en una sartén y salteamos los calamares, dejamos reposar 5 minutos a fuego lento y posteriormente retiramos un poco de agua para evitar que el plato quede con demasiado líquido.
Después vamos a preparar la salsa. En una cazuela ponemos el aceite y cuando esté caliente añadimos la cebolla y los ajos cortados en tacos, rehogamos todo junto durante ocho minutos. A continuación, añadimos el tomate, la tinta, la harina, el vino y salpimentamos. Ahora cogemos la minipimer, trituramos todo junto durante diez segundos y, después, lo dejamos cocer todo junto durante unos ocho o diez minutos moviendo de vez en cuando.
Cuando la salsa esté lista la añadimos a los calamares e incorporamos las hojas de laurel, dejamos cocer durante 30 minutos para que éstos cojan bien el sabor de la salsa.
Mientras, cocemos el arroz y dejamos templar todo.
Llega la parte más divertida, que es montar las bolsitas. Es conveniente sacar la masa del frigorífico antes para que temple y se maneje mejor. Procedemos a hacer los saquitos.
En un bol añadimos el arroz y los calamares en salsa y mezclamos bien. Cogemos una lámina de masa y en el centro ponemos una cucharada o dos de la mezcla del arroz y calamares, unimos las esquinas para dar forma de saquito y cerramos con una tira de cebollino. Repetimos la acción hasta quedarnos sin masa o tener el número de saquitos que consideremos.
En el horno, precalentado a 180oC, introducimos los saquitos y calentamos durante ocho o diez minutos.
Y… listo para servir en la mesa. Es un plato algo elaborado pero queda muy curioso en la mesa.
Con esto nos despedimos hasta el próximo post. :)
Realizado por Jorge Ibarra Morato y Tamara Valencia Dueñas
Fuentes
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