Buenos días, hoy hablamos de un cereal, del que cada día se conocen más
detalles, no es otro que el teff, principal ingrediente para preparar nuestra
receta de hoy.
El
teff es un cereal originario de Etiopía, donde se lleva cultivando
desde hace más de 5000 años. Al ser un cereal que se adapta muy bien a climas
secos y a terrenos áridos, junto a que es resistente a las plagas de insectos y
enfermedades, no necesita cuidados químicos, lo que ha hecho que se cultive en
diversos países como España.
Su
nombre deriva de la palabra amhárica teffa, que significa perdido, en
referencia a su pequeño tamaño, el grano de teff no supera los
1.7 mm de alto por 1 mm de diámetro. Por este motivo siempre se utiliza el
cereal en su forma integral, que hace que aumente su valor nutricional. No
obstante, se utiliza el grano fermentado, lo que potencia sus cualidades
nutricionales, digestibilidad y reduce los antinutrientes.
Constituye
un alimento base de la dieta etíope, siendo el ingrediente principal en panes,
bebidas tradicionales y sopas.
En cuanto a nivel nutricional, el teff representa una fuente de proteínas
importante, totalmente exenta de gluten, incluyendo los ocho aminoácidos
esenciales.
El grano se compone en gran parte de almidón, con características
similares al arroz o al amaranto, y es una fuente importante de energía.
Posee
grandes cantidades de vitaminas y micronutrientes, entre los cuales destacan el
hierro y el calcio, aunque también hay cantidades importantes de magnesio,
manganeso y potasio.
Por su alto contenido en calcio, es altamente recomendable en patologías
debidas a la deficiencia de este mineral, como pueden ser a osteoporosis, la
descalcificación o la desnutrición. Además, es un alimento a tener en cuenta en
etapas de crecimiento infantil, en las que se necesita mantener un alto aporte
de este mineral para un desarrollo óseo óptimo.
Asimismo, es beneficioso para personas con diabetes tipo 2, ya que posee
un índice glucémico muy bajo, y por tanto se controlan los niveles de glucosa
en sangre. Cabe destacar que esta característica, junto al alto contenido en fibra
soluble, produce un efecto saciante y trabaja como regulador del apetito,
además, es altamente digerible y contiene una gran proporción de almidón, lo
que produce una estimulación de la flora intestinal como si fuera un probiótico.
Sin olvidarnos de las vitaminas, como la vitamina C, algo que comúnmente
no se encuentra en los granos de cereal, así como tiamina (B1) y piridoxina (B6).
Ingredientes
- 250 gr harina de teff
- 500 ml de leche (en este caso he utilizado una vegetal)
- 2 huevos
- Sal
Preparamos nuestra masa de crêpes, para ello vertemos todos los
ingredientes en un bol y mezclamos bien con una batidora, hasta conseguir una
masa homogénea, más líquida que espesa.
En una sartén, ponemos un poco de aceite o mantequilla y echamos parte de
la masa dejando que se extienda bien, debe quedar una fina capa. Dejamos cocer
a fuego medio-fuerte hasta que los bordes comiencen a despegarse, en ese
momento le damos la vuelta y dejamos que se haga la otra cara. Repetimos el
proceso hasta agotar la masa.
Y así obtenemos unas ricas crêpes, que podremos rellenar tanto de algo
dulce como salado. En este caso hemos hecho dos tipos de crepes, unas de pisto
y otras con un salteado de pollo.
Con esto nos despedimos hasta el próximo post. :)
Realizado por Jorge Ibarra Morato y Tamara Valencia Dueñas
Fuentes
0 comentarios :
Publicar un comentario