
A pesar del ajetreo del día a día puede ser normal pensar que no se tiene
tiempo para dedicarnos a nosotros y menos aún de pensar qué tengo que comer,
sin olvidarnos de la pereza que puede darnos el ponernos a cocinar. Nos hemos
acostumbrado a hacer las cosas rápidamente y nos es impensable dedicar tiempo a
pensar en lo que estamos haciendo y disfrutar con ello.
Para llevar una dieta equilibrada, el primer paso es organizarnos semanal, quincenal o
mensualmente, lo que nos lleva a hacer adecuadamente la compra diaria y semanal, que es
el segundo paso; pero no podemos olvidarnos de un tercer paso: la cocina. Saber cocinar
y disfrutar con ello es igual de importante que los dos pasos anteriores. No
digo que tengamos que ser unos chefs de alto nivel, pero sí que debemos ser
capaces de defendernos y cuanto menos, saber hacer cosas sencillas sin que se
nos queme en el proceso. Es curioso cómo, en una época en la que cada vez
cocinamos menos, triunfan programas televisivos en los que se cocina.
Cocinar
no es difícil, sólo requiere tiempo; que sea más o menos dependerá del
tipo de elaboración que hagamos, por ejemplo el horno puede sernos muy útil,
mientras se cocina al horno (vigilando que no se queme) podemos ir haciendo
otras cosas en casa.
En mi opinión la cocina y las recetas se han convertido en fórmulas
matemáticas en las que si te equivocas en algo ya piensas que no va a salir
bien, cosa completamente falsa. En la cocina hay que innovar, probar, mezclar,
atreverse a juntar diferentes alimentos y colores… pero claro, debemos tener
unas nociones
básicas para poder hacerlo, cosa que hemos perdido por el camino desde hace unas
décadas, ¿por qué? Volviendo al principio del post porque ya no
tenemos tiempo (o no queremos dedicarle el tiempo) a cocinar.
Con respecto a las legumbres, una excusa para no comerlas es por
los gases que producen, y otra es porque “requieren mucho tiempo de cocción, no
puedo estar 3 horas en la cocina”. Es cierto que para que estén tiernas
necesitan de una elaboración, sin embargo, hoy en día con las ollas exprés este
tiempo se reduce, aunque si preferimos hacerlo a la manera tradicional… si
bien, claro que requieren ese tiempo, durante esas 3 horas no necesitamos
estar constantemente en la cocina, podemos ir haciendo otras cosas
mientras se están cociendo; por supuesto que no podemos desatenderlas y
olvidarnos que tenemos la olla al fuego (no vayamos a tener un disgusto).
Además, hoy en día podemos encontrar las legumbres ya cocidas en conserva,
no me refiero al plato ya cocinado como por ejemplo “la fabada”, sino a la
legumbre sola que lo único que tenemos que hacer es quitar el líquido de cobertura y lavarla
bien para luego saltearla con los ingredientes que más nos gusten.
En cuanto a verduras se refiere, podemos poner la excusa
de que hay que lavarlas, pelarlas, trocearlas… es mucho más sencillo coger un
filete y hacerlo vuelta y vuelta a la plancha. Hoy en día podemos encontrar
infinidad de opciones, desde conservas hasta congeladas, pasando por frescas.
Todas ellas ya empiezan a venir troceadas y son opciones saludables, lo único
que tenemos que hacer es leer bien el etiquetado para comprobar que sólo
incluyen la verdura en cuestión. Escogiendo las verduras al natural y no platos
preparados estaremos eligiendo bien.

Con esto nos ahorraremos el tiempo de tener que cocerlas en la olla
exprés y, como las legumbres, sólo habrá que saltearlas, meterlas al horno… en
definitiva cocinarlas un rato y listas para comer, a menos que prefiramos la
ensalada que entonces solo habrá que aderezar y comer.
Con esto me despido hasta la próxima semana. Un saludo y ¡feliz carnaval!
Realizado por Cristina Vallespín Escalada
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