¡Buenos días! Hoy os traigo un nuevo post para la sección “Elige bien a tu comensal…”. Muchos estáis de vacaciones o las estáis planificando, por tanto os quería hablar de un virus fácil de contraer entre los viajeros que no toman medidas antes de realizar su viaje, especialmente a países en vías de desarrollo. Hoy hablamos de la Hepatitis A.
Existen al menos 6 clases de virus de la hepatitis, pero sólo los virus de las hepatitis A y E se trasmiten de persona a persona, por contacto o contaminación de alimentos o el agua; el resto lo hacen por vía sexual o sanguínea.
La hepatitis A se manifiesta en epidemias en el mundo entero, y tiende a reaparecer periódicamente. Es capaz de persistir en el medio y puede resistir los procesos de producción de alimentos usados habitualmente para inactivar y/o controlar las bacterias patógenas, es decir, es resistente a pH ácidos y a la cloración normal del agua.
Cualquier persona que no haya sido vacunada o no se haya infectado antes puede contraer la hepatitis A. En las zonas donde el virus está extendido, la mayoría de las infecciones se producen durante la primera infancia. Entre las causas de su propagación encontramos:
- Saneamiento deficiente
- Falta de agua salubre
- Drogas inyectables
- Convivencia con una persona infectada
- Viajes a zonas de alta endemicidad sin inmunización previa
Su período de
incubación es de 2 a 4 semanas, aunque está presente en las heces de
1 a 2 semanas antes de que aparezcan los síntomas y también durante la primera,
segunda o tercera semana de la enfermedad. Estos
son generalmente leves, pero pueden durar hasta varios meses,
especialmente en adultos. Dichos síntomas abarcan desde orina oscura hasta ictericia (piel amarilla) pasando por fatiga, picazón, inapetencia, fiebre baja, náuseas y
vómitos y/o heces de color
arcilla o pálidas. El virus infecta las células hepáticas causando hepatitis (inflamación y lesión
hepática). Es raro que se desarrolle insuficiencia hepática grave y peligrosa
para la vida, esto solo ocurre en el 1 % de los casos. El resto evoluciona
favorablemente, elimina el virus, no queda como portador sano y se hace inmune
a este virus.
En cuanto al tratamiento, no existe ninguno específico para este virus, generalmente se recomienda descansar y un tratamiento de los síntomas como la diarrea y los vómitos que habrá que rehidratar y remineralizar. Las comidas con mucha grasa pueden causar vómitos y lo mejor es evitarlas durante la fase aguda de la enfermedad.
Para finalizar, es importante mantener unos hábitos de higiene adecuados para evitar posibles infecciones no solo de este virus, sino de otras bacterias. Es fundamental lavarse muy bien las manos después de usar el baño y, si se da el caso, cuando se entre en contacto con la sangre, las heces u otro líquido corporal de una persona infectada. También es conveniente evitar los alimentos y el agua que no estén en condiciones de salubridad adecuados.
Con esto me despido hasta el próximo post. :)
Realizado por Tamara Valencia Dueñas
Fuentes
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