¡Buenos días! Continuamos con las setas en “elige bien a tu comensal”. En el post de hoy
os traemos dos síndromes que tienen un denominador común, la hemólisis, la
única diferencia es si el síndrome
hemolítico es leve o grave.
Ambos se consideran de intoxicación de latencia breve, no obstante los síntomas y
las sustancias responsables cambian como veremos a continuación.
Síndrome hemolítico leve
Su periodo de incubación es corto, de aproximadamente
de 3 a 5 horas tras la ingesta, llegando incluso a las 8 horas.
Hay un buen número de setas que
contienen hemolisinas termolábiles que se destruyen durante la cocción. El
consumo de estas especies crudas o poco cocinadas puede inducir una hemólisis
con emisión de orinas oscuras durante uno o dos días, debido sobre todo a la destrucción de eritrocitos por estas sustancias, además es frecuente la aparición de síntomas
gastrointestinales de
carácter leve.
Si se trata de consumo de Morchellas y Helvellas,
se pueden producir además síntomas
vertiginosos.
El tratamiento en
este caso es básicamente de soporte, se basa en una hidratación
adecuada.
Pero si aparecen síntomas más severos, como dolor
lumbar, intensa y prolongada coluria con hipotensión y oligoanuria, así como
datos de insuficiencia renal aguada nos encontraremos ante una hemólisis grave.
Síndrome hemolítico grave (síndrome
paxilínico, hemólisis inmune)
En este caso, los
síntomas se manifiestan a menudo muy rápidamente entre 1 a 4 horas después de la ingesta.
La intoxicación se debe a la ingesta del Paxillus
involutus crudo o insuficientemente cocinado. Esta especie se consume sobre todo en Europa central y ha causado, y aún sigue causando, numerosas
intoxicaciones graves, algunas de ellas mortales. En la actualidad, el
consumo de esta seta está absolutamente desaconsejado; incluso bien cocinado
puede originar graves problemas sobre todo cuando se realizan ingestas
sucesivas. Se sabe que su toxicidad se
produce por un mecanismo inmunológico. Podemos consumir esta especie
durante años sin alteraciones, y provocarse una intoxicación de manera
repentina. La razón que en la naturaleza se encuentran unas cepas inertes y
otras inmunógenas. Si se consumen cepas inmunógenas, aunque estén bien
cocinadas, producen una pequeña cantidad de anticuerpos. Si se consume un
número suficiente de veces, llega un momento, en el que la acumulación de estos
anticuerpos en el organismo produce una reacción antígeno anticuerpo que da
lugar a una hemólisis de carácter grave que, aunada a otros trastornos
metabólicos, puede ser causa de la muerte del intoxicado. Con todo lo reseñado debemos considerar esta especie a todos los efectos como
potencialmente mortal.
Los síntomas cursan inicialmente con
síntomas gastrointestinales, debilidad e hipertensión, seguida de una hemólisis
de carácter grave, con pigmentación
intensa de la orina, dolor lumbar, cólico,
hipotensión y posible aparición de insuficiencia renal grave.
El tratamiento es complejo. Se basa en un vaciado de estómago y en el adecuado aporte de líquidos
para forzar la diuresis y así evitar el daño renal que pueden producir los
productos resultantes de la destrucción de los glóbulos rojos. Se ha demostrado
que es eficaz la plasmaferesis en casos graves para retirar del plasma los
anticuerpos causantes del síndrome. Dado el mecanismo inmunitario es coherente
el empleo de corticoesteroides en dosis altas aunque aún no hay suficiente
experiencia para demostrar su eficiencia.
Ya sabéis, tener mucho cuidado con lo que coméis y
recordar siempre que si no conocéis la seta que recolectéis lo mejor es no
comerla. ¡Ser felices!
Realizado por Jorge Ibarra Morato
Fuentes
Conocimientos adquiridos durante la Diplomatura de
Nutrición Humana y Dietética.
Setas tóxicas e intoxicaciones. Pedro Arrillaga Anabitarte y Xabier Laskibar Urkiola. Volumen 22
Munibe - Aranzari. 2006.
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