¡Buenos días! Hoy me gustaría
escribir un post para reflexionar,
esta sección no trata de hablar única y exclusivamente de todas las dietas
milagro que existen, que creo que pueden ser ilimitadas, el objetivo último es
hacer ver a la población que una alimentación equilibrada es más que suficiente
para tener salud. He revisado algunos posts de esta sección y no creo que el
mensaje que queremos transmitir esté llegando, es más creo que lo único que
llega es la información de estas dietas pero no el por qué no son las adecuadas
para la salud.
¿Qué limites
estamos dispuestos a sobrepasar con el fin de seguir unos patrones de belleza
“correctos”? ¿Son
realmente esos, unos patrones adecuados, reales y respetuosos con la salud?
Con el fin de alcanzar la
perfección tendemos a buscar cosas que disimulen o borren nuestros defectos,
porque parece ser que la moda no es ser auténticos sino perfectos, las
imperfecciones no venden y no son atractivas. Debido al avance a la tecnología
en el mundo de la moda ya no sólo se tapa con maquillaje sino que además se
recurre al photoshop para conseguir la foto “perfecta”, el
mejor tono de piel, la silueta más estilizada hasta extremos de lo más
insospechados, etc. Hace pocos días compartimos en redes sociales una llamada a
la cordura hecha por una de las actrices más relevantes actualmente en nuestro
país.
En la imagen podéis observar la
foto real de la sesión de fotos, tomada con la cámara del móvil de la actriz, y
la publicada en la revista. La diferencia es notable, el photoshop tiene
grandes virtudes nos ayuda a mejorar la foto cuando estas a veces se nos quedan
un poco oscuras o no se realza el color del momento que es lo que queríamos
retratar, pero… ¿usarlo para cuadrar las medidas de una persona en unas medidas
casi imposibles?
Todo esto es un
caldo de cultivo para la creación de dietas milagro que se alimentan de todas
estas pautas que a su vez crean en la población un sinfín de inseguridades. Luego nos echamos las manos a la cabeza
cuando vemos las cifras de trastornos alimentarios y cuando escuchamos que se
añade un nuevo trastorno al largo catálogo de este tipo de patologías, “Pero
¿cómo puede ser esto?” nos preguntamos, “Si lo que cuenta ahora es la salud y
los hábitos saludables” decimos. “JA” digo yo, perdonad que me ría pero resulta
que todos somos conocedores de lo que es la salud, los hábitos saludables y no
hablemos de lo que es una alimentación saludable; todo el mundo sabe qué comer,
cuándo y porqué pero entonces, si tan bien lo sabemos, ¿por qué existen las
dietas milagro? ¿Por qué existe ese típico “el lunes me pongo a dieta”? ¿Por
qué a lo que se supone que es “comer bien y saludable” lo limitamos a un
período de tiempo para perder peso, y encima lo asociamos con estar a dieta?
¿Por qué hay personas que dicen “vivir siempre a dieta”?
Todos en la teoría sabemos lo que
son unos buenos hábitos saludables pero en la práctica, las prisas y las ganas por conseguir las “medidas
perfectas” llevan a coger el camino fácil, a escoger esa dieta que aunque tenga
repercusión en la salud a medio-largo plazo en un primer momento quita todos
esos kilos que uno piensa que son los que sobran. No importa si hay
que restringir alimentos al máximo (es más, casi parece que es lo que gusta,
cuantos más alimentos “prohibidos” mejor), cambiar el consumir alimentos por
productos sustitutivos, gastarse todo el dinero posible en suplementos, todo vale con el fin de conseguir aunque sea brevemente
esas medidas imposibles.
Todo vale excepto, claro está, acudir a un nutricionista que ponga un poco de cordura,
que ayude a cambiar esos objetivos por otros más razonables y saludables y por
supuesto ni hablamos de cambiar de hábitos, todo eso cuesta mucho,
no es ni de lejos rápido y por supuesto, no vende.
Tengo la sensación de que en ese
campo los nutricionistas que queremos llevar cierta ética en consulta y no
vender lo de siempre “Pierde peso rápidamente, sin esfuerzos, sin
cambiar de hábitos” es como darse de bruces contra una pared una y
otra vez sin resultado.
En mi caso, elegí el camino largo,
elegí reeducarme en la alimentación y no sin esfuerzo poco a poco lo he
conseguido. ¿Y tú?
No quisiera finalizar el post sin
dejar clara una cosa: los nutricionistas no
existimos única y exclusivamente para que la gente adquiera hábitos saludables,
pierda peso y se vea mejor, puede parecer que sí pero de ser así con
un cursillo de 6 meses tendríamos más que suficiente, pero en cambio
estudiamos, y mucho, durante años para ser el especialista
que una persona debe buscar para cualquier aspecto relacionado con su
alimentación, esto incluye lo anterior citado pero también cuál es la alimentación óptima para cada etapa de la
vida, patologías, alergias e intolerancias alimentarias, etc.
¿A quién acudimos cuando tenemos
fiebre y dolor? Respuesta fácil, al médico. ¿Y cuando
tenemos problemas concretos, problemas cardíacos, de tiroides, dentales u
oculares? La respuesta sigue siendo sencilla al cardiólogo, al endocrino, al
dentista y al oculista, respectivamente. Así de fácil, ellos son los expertos
médicos para tratar las patologías, prescribir la prueba precisa para
diagnosticar y poner tratamiento. Pero ellos se especializan en esas patologías
y puede que alguno se preocupe por la alimentación pero muy pocos caen en esa
cuenta, resulta que el mejor tratamiento es operar o medicar pero ¿y la
alimentación? ¿Puede ayudar al tratamiento? ¿Puede prevenir de tomar medidas
drásticas?
Aquí es donde entramos nosotros,
porque hemos decidido ayudar a las personas a través de la alimentación, porque
una alimentación adecuada SI que ayuda y previene en la
enfermedad, y mejora la salud.
Por tanto, los nutricionistas no somos “gordólogos” como la mayoría
de la población cree, somos SANITARIOS especializados en alimentación y
nutrición, no prometemos milagros, pero sí salud.
Con esta reflexión, me despido
hasta el próximo post. :)
Realizado por Tamara
Valencia Dueñas
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