¡Muy buenos días! Llega el fin de semana, sí, solo
quedan unas horas, y eso significa que nosotros os traemos una nueva y
deliciosa receta que seguro que a lo largo de estos dos días os entran ganas de
probar. Hoy hablamos de la seta ostra.
Desde tiempos inmemoriales se llevan consumiendo
setas, ya sea como alimento, como condimento para realzar el sabor de otros
alimentos, para curar enfermedades o incluso como droga en el caso de algunas
especies con efectos alucinógenos. Por esta última propiedad, algunos pueblos celtas las consumían en algunas fiestas,
en la mayoría de los casos para ritos de carácter religioso. Sin embargo, su consumo viene de antes, en la antigua Grecia se conocían
ya sus propiedades gastronómicas.
Por otra parte, los romanos también conocían dichas
cualidades aunque también las empleaban por sus propiedades medicinales.
Incluso en la Edad Media, algunas especies de setas eran tan apreciadas que
sólo algunos caballeros tenían el privilegio de consumirlas.
Las setas son la
parte comestible de los hongos y difieren en forma, tamaño,
aroma y color. Esto hace que exista un gran número de variedades de setas,
diferenciando además entre comestibles y no comestibles. Y de una de las tantas
especies que encontramos es de la que vamos a describir hoy, aunque el valor
nutricional lo estudiaremos en general.
La seta ostra,
“Pleurotus ostreatus”, es una especie
frecuente en los hayedos, que crece de
forma gregaria sobre los árboles ya caídos. Su sombrero es de tamaño variable, pudiendo ir de los 5 a los
15 cm, con una forma que recuerda a la
concha de una ostra. Su color también es muy variable, aunque se
suelen encontrar con mayor frecuencia las de colores grises u ocre-grisáceos.
Sus láminas son apretadas y poco homogéneas de
un color blanquecino tirando a crema. El pie
es corto y totalmente lateral, de un color parecido a las láminas;
de hecho, en algunos casos es tan corto que no se diferencia del resto de la
seta. Por último, pero no menos importante, la carne es consistente, con un olor suave y de sabor dulce.
Y ahora pasemos a ver el valor nutricional de las setas. Como ya os contamos hace algún
tiempo en este post, son ricas en potasio, fósforo,
selenio y algunas vitaminas.
El principal
componente de las setas es el agua,
que supone más del 90% de su composición,
como podéis comprobar en la tabla de composición de las setas que encontraréis
en dicho post. Destaca de las setas también su poca
cantidad de grasa, sólo el 0,3%, siendo en su mayoría ácidos grasos poliinsaturados. Esto se traduce
en que las setas son un alimento con muy poco
valor calórico, 26 kcal por 100 gramos.
En cuanto a las vitaminas,
cabe destacar que las setas contienen una sustancia llamada ergosterol, que tiene acción provitamina-D; es decir, tiene la capacidad de
transformarse en nuestro cuerpo en forma activa de la vitamina D, la cual, como
sabéis, favorece la absorción del calcio y el fósforo para formar los huesos y
dientes. Además de esta provitamina, en las setas podemos encontrar buena
cantidad de vitamina
B2 y vitamina
B3.
En cuanto a los minerales,
encontramos un buen aporte de yodo, potasio
y fósforo, relacionados con el crecimiento y metabolismo,
transmisión y generación del impulso nervioso, y con una función
estructural, respectivamente.
Debido a este aporte de yodo, personas que padecen de alguna alteración del tiroides
deberían restringir su consumo, por el contrario, para prevenir la aparición de bocio, resultan un
alimento bastante conveniente.
Asimismo por su aporte en fósforo, mujeres embarazadas y niños en crecimiento se van a ver
beneficiados por su consumo, al igual que personas que llevan una dieta de adelgazamiento, siempre y cuando se
cocinen las setas con poca cantidad de aceite.
Aunque no es un alimento que aporte especialmente una
cantidad considerable de proteínas, mencionar que sí que es un alimento rico en
purinas, de tal manera que en casos de
hiperuricemia, gota y litiasis renal se deberían consumir moderadamente.
Y ahora entramos en la cocina para preparar un rico Arroz
con setas al estilo Nutrición a las 6
Ingredientes
- 150 gr arroz
- ½ cebolla
- 100 ml de agua
- 1 vasito pequeño de vino blanco
- 1 cucharada de aceite
- Albahaca
- Cúrcuma
- Pimienta
- Sal
Primero preparamos las setas y la cebolla, para ello
lavamos y cortamos las setas y reservamos. Troceamos la cebolla y, en una
sartén con el aceite, la pochamos.
Una vez la cebolla está lista, añadimos las setas y
rehogamos para, posteriormente dejar cocer a fuego lento durante 10 minutos.
Pasado ese tiempo, añadimos el arroz, rehogamos e
incorporamos el vino, dejando cocer hasta que el alcohol se evapore. En este momento, añadimos las especias (la
albahaca, la cúrcuma, la pimienta y la sal) y el agua. Dejamos cocer durante 20
minutos.
Pasado ese tiempo ya está listo para emplatar y
degustar.
Con esto nos despedimos hasta la semana que viene.
Realizado por Cristina Vallespín Escalada
y Tamara Valencia Dueñas
Fuentes
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