¡Buenos días! Hoy os traemos una receta dulce y uno de
sus ingredientes es el anís. Así
que antes de entrar en la cocina, ¿qué os parece aprender un poco sobre esta
especia?
Bajo el nombre de anís podemos encontrar dos tipos, el anís verde o matalahúva, del que
vamos a tratar hoy, y el anís estrellado, anís de China o badiana, que aunque
se considere anís, ya que tiene sabor parecido, proceden de plantas distintas y
por lo tanto no se puede considerar como tal, aunque ambos tienen propiedades
similares.
El anís verde (Pimpinella
anisum L.) procede del sudoeste Asiático y del este
del Mediterráneo, de la zona que comprende Oriente Medio junto con las islas
griegas, donde crece silvestre.
A España lo trajeron los árabes, ya que crece en
numerosos lugares. La recolecta del anís o matalahúva es bien sencilla, se
deben elegir los brotes tiernos y si está con semillas, se pueden guardar para
su uso posterior dejándolas secar.
De la planta, se puede usar tanto el fruto o semilla que es el propio anís,
como sus hojas frescas para
infusiones o como hierba aromática. Los frutos o semillas contienen un aceite esencial formado por anetol, un
compuesto que además de resultar aromático, es muy dulce. Otras plantas y
especias que contienen esta esencia son el hinojo, el estragón, la albahaca, el
regaliz o la menta piperita.
Gracias a este aceite, su uso medicinal viene de
épocas muy antiguas.
Sin embargo, hay que tener cuidado con el consumo ya
que dosis elevadas de anetol resultan
tóxicas para el organismo, sobre todo el sistema nervioso,
produciendo delirios y convulsiones.
Dicho aceite esencial, tiene propiedades analgésicas y antioxidantes, además de
carminativas, que si recordáis cuando os hablamos del post
del meteorismo, quiere decir que favorece la eliminación
de los gases intestinales. De esta manera, facilita
la digestión lo que beneficia a personas que sufren de
meteorismo, digestiones pesadas, acidez estomacal, cólicos y gastritis. Por
otra parte, se utiliza también para casos
de inapetencia y anorexia, ya que el anís, al estimular la
digestión, consigue abrir el apetito.
Asimismo tiene propiedades
diuréticas y sudoríferas.
En caliente, puede servir como expectorante.
El anís se usa como remedio para la halitosis, es decir, el mal aliento. Esto se
debe a que tiene propiedades
bacteriostáticas gracias a una sustancia llamada quercitina, la
cual es capaz de inhibir el crecimiento de las bacterias en la boca.
En embarazo y lactancia, el anís es una planta
ampliamente utilizada en infusión para calmar el llanto o cólico de los
lactantes, aunque no hay datos comprobados científicamente.
Dada su falta de toxicidad a dosis correctas, un
consumo ocasional o moderado sería compatible con la lactancia. Para la
elaboración de la infusión, se utilizan los frutos o semillas de la hierba. El
aceite esencial está formado fundamentalmente por trans-anetol y estragol, con
débil actividad estrogénica.
A dosis elevadas podría disminuir la
producción de leche y provocar toxicidad: el
trans-anetol es neurotóxico y puede originar convulsiones o coma y el estragol
puede ser carcinogénico, por lo que la Agencia Europea del Medicamento (EMA) no
recomienda su uso en menores de 12 años. No
hay ninguna prueba tampoco de que aumente la producción de leche.
Por lo que el riesgo de uso
del anís es Nivel 1 o Riesgo bajo.
Como hemos dicho al inicio, no debemos confundir con
el anís estrellado, que presenta un riesgo
Nivel 3 o Riesgo muy alto, en
caso de dar lactancia al niño, no lo deben consumir ni la madre ni el niño.
Por supuesto, el anís se utiliza en la cocina como especia. Es muy útil para aromatizar sopas o
estofados, así como platos dulces tales
como pasteles, rosquillas o bizcochos, las hojas de anís se suelen usar para condimentar ensaladas
y carnes Por último, el anís se puede destilar, para obtener su
esencia, que es lo que se usa para muchas bebidas alcohólicas.
Y ahora pasamos a la receta para preparar un rico… Bizcocho
de manzana con anises. Para preparar este
bizcocho vamos a usar el recipiente del yogur como vaso de medida.
Ingredientes
- 2 vasos de yogur de azúcar
- ½ vaso de yogur de leche
- ½ vaso de yogur de aceite de oliva
- 3 vasos de yogur de harina de trigo
- 3 huevos
- Ralladura de limón
- Zumo de ½ limón
- 1 puñado pequeño de anises
- 1 manzana
- 1 + ½ sobre de levadura
- Mantequilla
Batimos los 3 huevos en un bol, a continuación,
incorporamos el azúcar y removemos. Tras lo cual, añadimos el yogur, la leche,
el aceite, el zumo de limón y su ralladura, el sobre de levadura y el anís.
Removemos bien y cuando esté todo mezclado, vamos añadiendo la harina poco a
poco sin dejar de remover. Cuando se haya incorporado toda la harina a la masa
y no tenga grumos, la dejamos reposar mientras preparamos el molde que lo
untaremos con mantequilla para evitar que se pegue, salvo que usemos molde de
silicona, que no hará falta poner mantequilla.
Precalentamos el horno a 180oC.
A continuación, pelamos la manzana y la cortamos en
gajos finos, vertemos la masa en el molde y vamos echando encima los gajos de
manzana. Lo metemos al horno durante 20 minutos aproximadamente, aunque iremos
controlando el bizcocho, cuando esté dorado, pinchamos con un cuchillo en
diferentes partes del bizcocho, y éste sale limpio quiere decir que el bizcocho
está listo.
Sólo queda sacarlo y disfrutar, con un sabor muy rico
del anís en grano, con la manzana asada y un toque de limón. Espero que lo
disfrutéis y pongáis sabor a vuestras cocinas.
Con esto nos despedimos hasta la próxima semana,
mientras tanto ¡ser felices!
Realizado por Cristina Vallespín Escalada
y Jorge Ibarra Morato
Fuentes
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