¡Buenos días! En nuestra sección mensual “¿Cómo se hace?” voy a hablaros
de un producto muy popular junto con el
tofu, el
seitán.
Aunque en esencia es un producto de origen chino y japonés, actualmente
se considera como un producto moderno en alimentación vegetariana, vegana y
macrobiótica.
El seitan es un producto de alto contenido proteico ya que no
es más que gluten de trigo, razón por la cual, también, es un producto no apto
para celíacos. Ya que es un producto meramente proteico y debido a que sus
características organolépticas (sabor, olor y apariencia) recuerdan a las de la
carne, el
seitán se suele denominar como “carne vegetal”; además, sus
proteínas, al ser de origen vegetal, se digieren más fácilmente que las de
origen animal.
Se
elabora a partir de la harina de trigo, agua, sal y otros ingredientes como
ajo, jengibre, salsa de soja, Tamari, algas, etc. A continuación os
explico el proceso un poco más en detalle.
1. Formación
de la bola
Se junta la harina de trigo con el agua y se amasa como si fuera pan hasta
conseguir una masa elástica que no se rompa.
2.
Eliminar el almidón
Este paso es el más importante para que el seitán sea de calidad. Para
ello, una vez se ha obtenido la bola de masa, ésta se introduce en un
recipiente lleno de agua fría y se deja reposar unas 2 horas, prensando bien de
vez en cuando para que el agua penetre bien en el interior de la bola. Durante
este tiempo el almidón se va desprendiendo de la masa y tornando el agua
blanca.
Pasado este tiempo el agua se cambia y se repite el proceso hasta que el
agua no se ponga blanca y la masa tiene una textura viscosa, señal de que se ha
eliminado todo el almidón y sólo se obtiene el gluten de trigo. Además de ser
más viscosa, la masa es también más pequeña, porosa y oscura que la inicial.
3.
Cocción
En una olla se introducen el resto de ingredientes (ajo, algas, jengibre,
salsa tamari, etc.) y la bola de seitán, dejando hervir a fuego lento hasta que
las bolas de seitán suben a la superficie.
Tras este proceso, el seitán recupera algo de tamaño al absorber parte
del caldo, más compacta y aún más oscura, pero sigue siendo igual de esponjosa
que tras el lavado.
4.
Envasado
Por último, una vez se ha enfriado, el seitán se envasa al vacío y se
etiqueta debidamente para su comercialización.
Y así llega a nuestras casas. Quiero destacar que las personas
hipertensas deben tener especial cuidado con este producto debido a la cantidad
de sal que contiene proveniente de la salsa de Tamari. Con esto me despido
hasta el próximo post. ¡Saludos!
Realizado por Cristina Vallespín Escalada
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