¡Buenos días! Han pasado ya algunas semanas desde el inicio de la ola de
pánico e histeria en relación a la presencia de aceite de palma en ciertos
productos a la venta en la mayoría de supermercados y grandes superficies. Es
posible que la alimentación se vea muy limitada si leemos muchas de las
etiquetas, ¿cómo vamos a poder seguir una alimentación saludable sin la merluza
rebozada lista en 3 minutos de la sección de congelados?
Efectivamente, esta nueva alarma supone un cambio drástico en la
alimentación de muchos, va a suponer horas de estudio de etiquetas en el súper
y compras de productos envasados menos apetecibles pero eso si… sin grasas
vegetales procedentes de aceite de palma.
Para aquellos intrépidos que desean realizar un viaje fascinante a través
de una ruta alternativa, os dejo una pequeña guía de cómo evitar largas horas
de estudio y desesperación.
Llegados a este punto, ¿quién es responsable de una mala alimentación, la empresa que abarata costes o nuestra propia comodidad e incapacidad de organización? Dejando esta frase a reflexión y debate me despido hasta el próximo post.
Realizado por Tamara Valencia Dueñas
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