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La bulimia y los atracones, dos patologías que van de la mano

Escrito por nutriciónalas6 el miércoles, 17 de julio de 2013 | 6:00:00

¡Buenos días! El mes pasado empezábamos hablando de los TCA (trastornos de la conducta alimentaria)  con la anorexia nerviosa, artículo muy interesante donde podíamos ver qué es un TCA y conocer más de cerca la anorexia.
Queremos terminar este apartado hablando de otro de los TCA más comunes, la bulimia nerviosa, sin olvidarnos de los trastornos por atracones. ¡Empezamos!
¿Qué es la bulimia nerviosa?
La bulimia nerviosa (BN) es un TCA que se caracteriza por episodios de ingesta de alimentos excesiva, tras la cual se intenta compensar con métodos inapropiados, tanto purgativos como no purgativos, entre los que encontramos: vómitos, ayunas, enemas, fármacos, extractos tiroideos, uso excesivo de laxantes y diuréticos, o hacer ejercicio compulsivamente para controlar el peso.
Por lo que podemos clasificar la BN en:
  • Tipo purgativo. Durante el episodio de BN el individuo se provoca regularmente el vómito o usa laxantes, diuréticos o enemas en exceso.
  • Tipo no purgativo. Durante el episodio de BN el individuo emplea otras conductas compensatorias inapropiadas, como el ayuno o el ejercicio intenso.
La BN se desarrolla durante la niñez o la adolescencia y afecta a las mujeres más que a los hombres. Los pacientes afectados con BN muchas veces mantienen estos comportamientos en secreto, ya que se sienten avergonzados cuando se producen los atracones, para luego sentirse aliviados cuando se realizan técnicas inapropiadas.
Es una enfermedad en ocasiones difícil de diagnosticar, ya que se oculta bastante y físicamente no se aprecia del todo bien, las personas con BN normalmente pesan dentro del rango normal para su edad y su altura, o incluso pueden estar en ligero sobrepeso. Sin embargo, a veces tienen miedo a aumentar de peso, tienen ganas de perderlo, o pueden sentirse totalmente insatisfechos con sus cuerpos.
Los síntomas que puede causar la BN son importantes y serios, afectando bastante al estado de salud del paciente. Los vómitos provocados y los atracones pueden causar pancreatitis aguda, pérdida de piezas bucales, hematemesis, ruptura gástrica y desgarro esofágico, entre otras patologías. El abuso de laxantes y diuréticos puede ocasionar dolor abdominal agudo, deshidratación, hipocaliemia, arritmias, fallo cardíaco e incluso la muerte.
Además, un esfuerzo físico intenso, la presencia de diarrea, una altitud por encima de los 1500 metros, una enfermedad infecciosa intercurrente o los golpes de calor son factores que agudizan el proceso.
¿Cómo se llega a diagnosticar la BN?
Al igual que en el caso de la anorexia nerviosa, nos apoyamos en los criterios de la OMS, pudiendo diagnosticar la BN con:
  • Preocupación continua por la comida, con deseos irresistibles de comer. El enfermo termina por sucumbir a ellos, presentándose episodios de polifagia durante los cuales consume grandes cantidades de comida en períodos cortos de tiempo.
  • El enfermo intenta contrarrestar el aumento de peso mediante uno o más de los siguientes métodos: vómitos provocados; abuso de laxantes; período intervalares de ayuno; consumo de fármacos supresores del apetito, extractos tiroideos o diuréticos. Cuando la BN se  presenta en un enfermo diabético, éste puede abandonar su tratamiento con insulina.
  • La psicopatología consiste en un miedo morboso a engordar. El enfermo se fija de forma estricta un dintel de peso muy inferior al que tenía antes de la enfermedad, o al de su peso óptimo o sano. Con frecuencia (no siempre) existen antecedentes previos de anorexia nerviosa, con un intervalo entre ambos trastornos de varios meses o años. Este periodo precoz puede manifestarse de una forma florida, o por el contrario adoptar una forma menor o larvada, con una moderada pérdida de peso o una fase transitoria de amenorrea.
Después de conocer el diagnóstico de la patología es importante ver el tratamiento que se realiza. ¿Qué tratamiento se sigue?
Como cualquier TCA el tratamiento debe ser multidisciplinar, que cuente con médicos, psiquiatras, psicólogos, nutricionistas…
El tratamiento de la BN se centra sobre todo en un tratamiento psicofarmacológico. Cuyos objetivos son:
  • Reducción y/o eliminación de las conductas purgativas y atracones.
  • Mejorar las actitudes asociadas al trastorno alimentario.
  • Disminuir la tendencia a la restricción de comida.
  • Incrementar la variedad de comida.
  • Intentar la práctica de ejercicio físico no compulsivo.
  • Tratamiento de la comorbilidad.
  • Tratamiento de las alteraciones clínicas asociadas al trastorno alimentario.
  • Psicoterapia de las causas que pueden estar subyacentes al trastorno alimentario, como el desarrollo de la identidad, autoimagen, autoestima, dificultades en el área sexual, disfunción familiar y resolución de problemas.
El tratamiento cognitivo conductual es la forma más efectiva de psicoterapia en pacientes con BN, esta terapia es más efectiva que el tratamiento comportamental simple. La práctica clínica sugiere que acercamientos psicoterapéuticos del tipo psicodinámico, interpersonal y psicoanalítico pueden ayudar al tratamiento de alteraciones subyacentes y frecuentes en la bulimia, como trastornos afectivos, ansiedad, alteración del carácter, dificultades interpersonales y alteraciones derivadas de abuso sexual.
Las terapias interpersonal y comportamental también se han mostrado eficaces para mejorar actitudes anómalas frente al peso, la figura y dietas restrictivas. La terapia de grupo ha mostrado eficacia moderada pero sostenida en el tiempo, sobre todo para grupos que incluyan consejo y manejo dietético. La terapia familiar ha sido útil sobre todo con adolescentes.
En cuanto al tratamiento farmacológico, son útiles sobre todo los fármacos antidepresivos que inhiben la recaptación de la serotonina. Varios estudios controlados doble ciego han mostrado la eficacia de la Fluoxetina. La combinación de tratamiento cognitivo-conductual y farmacológico es superior a la de cada uno por separado.
Los antidepresivos tricíclicos, como Imipramina, Desipramina, Amitriptilina, IMAO y Buspirona, son también efectivos, pero con muchos más efectos secundarios. El Ondansentron, antagonista de los receptores periféricos de la serotonina, utilizado para el control de los vómitos asociados a quimioterapia, se ha mostrado útil a la dosis de 24 mg/día en la reducción de compulsiones y vómitos en un estudio prospectivo doble ciego randomizado en un pequeño número de pacientes. La Fluvoxamina a dosis de 50-100 mg es efectiva para disminuir los atracones en pacientes con bulimia.
En cuanto a los atracones, ¿qué son?
El trastorno por atracón (TA) suele ir acompañado de obesidad y tiene una elevada prevalencia en las personas obesas (entre 2 y 3 %). En general, los pacientes con TA suelen ser más jóvenes, han realizado dietas e intentos de pérdida de peso sin éxito y presentan una baja autoestima.
El TA puede acarrear complicaciones importantes, las más significativas las derivadas por el exceso de peso. Por un lado, pueden conducir a un sobrepeso o a la obesidad mórbida (cuando acuden a la consulta del médico los pacientes no comentan los atracones, bien por vergüenza o por desconocimiento del cuadro, y sin este importante dato el tratamiento y la recuperación se complican).
Por otro lado, el exceso de peso conduce a otras patologías normalmente asociadas a la obesidad y el sobrepeso, como la diabetes mellitus tipo (DM2), la dislipemia, la hipertensión arterial (HTA) y patologías respiratorias; también se pueden producir pancreatitis, esteatosis hepática, alteraciones menstruales y pérdida de la libido.
¿Cómo se llega a diagnosticar un TA?
Los criterios de diagnóstico se basan en la presencia de atracones recurrentes, que se caracterizan por la ingesta de alimento en un corto período de tiempo (dos horas), en cantidades superiores a lo que la mayoría de las personas ingerirían en un período de tiempo similar y en las mismas circunstancias; y la sensación de pérdida de control sobre la ingesta del alimento (sensación de no poder parar de comer o no controlar el tipo o la cantidad de comida que se está ingiriendo).
Los episodios de atracón se asocian con al menos tres de los siguientes síntomas:
  • Ingesta mucho más rápida de lo normal.
  • Comer hasta sentirse desagradablemente lleno.
  • Ingesta de grandes cantidades de comida a pesar de no tener hambre.
  • Comer a solas para esconder su voracidad.
  • Sentirse a disgusto con uno mismo, depresión, o una culpabilidad después del atracón.
  • Profundo malestar al recordar los atracones.
Los atracones tienen lugar, como promedio, al menos dos veces por semana durante un período de 6 meses.
Sin embargo, el atracón no se asocia a estrategias compensatorias inadecuadas (purgas, ayuno, ejercicio físico excesivo) y no aparecen exclusivamente en el transcurso de una anorexia o bulimia nerviosa. En cuanto al tratamiento, se basa en cualquier caso en ayuda psíquica.
Con esto me despido, esperando que os haya gustado y así completamos los TCA más comunes, pero no son los únicos.
¡Un saludo! :)
Realizado por Jorge Ibarra Morato

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